Informe naval del ataque a Omoa, 1779

Teniendo noticias que los españoles habían atacado nuestros dominios en la Bahía de Honduras, el 12 de septiembre de 1779 salimos de Port Royal con dirección hacia la costa de la Mosquitia. Con nosotros iba el capitán Dalrymple, Comandante de las Fuerzas Terrestres; nos acompañaban también un grupo de Irlandeses Leales. El 27 de septiembre logramos llegar sin ninguna novedad hasta el río Negro. La situación de esta bahía es de extremo peligro, ya que los fuertes vientos del norte obliga a los barcos a buscar refugio en alta mar; la dificultad de desembarcar, más la barra del río, hacen más incómoda la estadía.

Pero una vez que se logra vencer el obstáculo de la entrada del río Negro, que se ramifica por más de 150 millas, se puede disfrutar de una de las vistas más hermosas jamás imaginadas, diversificada con maderas preciosas, frutales, colinas y valles. El Capitán Pakenham y yo tuvimos la oportunidad de disfrutar estos paisajes, ya que pasamos varios días en tierra, invitados por el intendente del Río Negro.

El 4 de octubre se mandó varios marinos al mando de Mr. Cork en busca de carne fresca, pero con tal mala suerte que al querer cruzar la barra, todos perecieron ahogados. El 5 de octubre, el rey indio, príncipes, generales y jefes cenaron abordo con todos nosotros; y tratando de satisfacerles les hicimos un saludo de 21 cañonazos; al final los enviamos de regreso a tierra, completamente ebrios y muy contentos.

Los capitanes Pakenham y Dalymple ultimaron los planes de ataque a los españoles en el Golfo de Honduras; además aprovechamos para llegar con nosotros más de 100 indios y voluntarios del área del Río Negro al mando del General indio Tempest.

Partimos de la costa de la Mosquitia el 6 de octubre, con vientos suaves del Oeste; el 7 de octubre logramos ver tres grandes naves en el noreste con dirección hacia nosotros; mediante señales logramos averiguar que también eran naves de nuestra Majestad y eran: El Charon, El Lowestoft y El Pomona; confirmándonos ellos de la acción exitosa de los españoles en el Golfo de Honduras. Además nos informaron que iban en persecución de dos galeones españoles y que se habían refugiado en la bahía bajo la protección de la fortaleza de San Fernando de Omoa cuyo lugar parecía demasiado seguro para un ataque simple; pero con los refuerzos de los Buques Porcupine y el Indian, sería suficiente para llevarlo a cabo. Unánimemente se acordó atacar por mar y tierra. Para esta operación pasamos bajo el mando del Comodoro Luttrell y zarpamos con dirección hacia el oeste.

El 8 de octubre nos dirigimos a la isla de Bonacca (Guanaja) para adquirir madera, navegando a velocidad lenta debido a los vientos variados, pero que nos servía para poder trabajar, haciendo escaleras de madera, anclamos en la Bahía de Trujillo, donde nos abastecimos de agua y leña y nos organizamos. Partimos el 11 con toda nuestra nueva fuerza, compuesta de los siguientes buques, fragatas y veleros:

Charon——– 44  cañones——- 300 hombres
Lowestoft—–32  cañones——- 220 hombres
Pomona——-28  cañones——- 200 hombres
Porcupine—– 16   cañones—— 100 hombres
Racehorse——8  cañones——- 50 hombres
Peggy———— 6  cañones——- 15 hombres

100 indios y voluntarios
12 Irlandeses Leales

El 13 de octubre tuvimos vientos moderados, lluvia y el tiempo brumoso pero logramos pasar las islas de Barbareta, Ruatán, Morat y Helena; el 14 anclamos en Utila con las condiciones del tiempo en perfecta calma, y el 16 llegamos a la bahía de Puerto Caballos.

A las 09:00 de la noche desembarcamos una fuerza de 300 marineros, los indios y voluntarios más los irlandeses; llegando a totalizar una fuerza de 450 hombres, todos al mando del capitán Dalrymple. Se enviaron los indios a tomarse los centinelas del enemigo, logrando matar uno y tomar dos prisioneros. A medianoche todos comenzaron la marcha por la playa con dirección oeste y mediante señales pre-acordadas, nosotros los seguimos por el mar en apoyo.

El domingo 17 de octubre todas las tropas hicieron un alto para descansar y los buques estuvieron tranquilos a una milla de la costa; a las 10:00 a.m. se reanudó la marcha y en horas de la tarde comenzó el ataque terrestre, logrando tomarse la residencia del Gobernador que estaba situada en una colina, desde donde se podía observar la fortaleza de una manera perfecta.

A las tres de la tarde hicimos señal a las fuerzas terrestres, que el apoyo naval iba a comenzar y a las 4 p.m. entramos a la bahía de Omoa en posición de ataque, comenzando el cañoneo a la fortaleza; el enemigo contestó de inmediato el fuego con 20 ó 30 cañones pesados; a las 5:00 p.m. el pueblo de Omoa se encontraba completamente en llamas, hasta quedar en cenizas en su totalidad con una gran parte de sus habitantes; a las cinco y media el buque Lowestoft se acercó lo más posible a la fortaleza haciendo uso al máximo de sus cañones y así mismo soportando el fuego de la fortaleza.

A las 6 p.m. los buques no pudieron soportar más el ataque, por los daños en sus mástiles y cuerdas; y viendo que no había progreso en su ataque, decidieron salir de la bahía e ir hacia alta mar; tiempo que aprovechó el enemigo para atacar nuestras fuerzas terrestres, siendo repelidos por éstas, tuvieron que regresar a la fortaleza.

Nuestras pérdidas en este primer día de acción es el siguiente:
Charon———-     2 muertos——- 9 heridos
Lowestoft——-4 muertos——– 10 heridos
Pomona———1 muertos——– 0 heridos
Porcupine——-1 muertos——– 2 heridos
Racehorse——-0 muertos——- 0 heridos
Peggy————-0 muertos——- 0 heridos
Fuerzas      3 muertos——- 4 heridos
Terrestres-
TOTAL         11 muertos—— 25 heridos

A la media noche se envió un refuerzo a las fuerzas terrestres de 100 marinos más, bajo el mando de un teniente con la misión de establecer un canal de comunicación; pero no pudieron hacerlo por los ataques del enemigo tratando de recuperar la casa del Gobernador, sin ningún éxito.

El 18, temprano en la mañana, volvimos a la bahía para reanudar el ataque a la fortaleza, pero los fuertes vientos no nos permitieron hacerlo. Hasta las 10 a.m. se le ordenó al buque Lowestoft que anclara fuera de la bahía y comenzara a reparar sus daños, mientras el Charon, Pomona y Porcupine deberían mantenerse a la entrada de la bahía para atraer la atención del enemigo y estar listos a la primera oportunidad de ataque.

Desde las 10 a.m. hasta en horas de la tarde, los Capitanes se dedicaron a planificar como establecer las comunicaciones con las fuerzas terrestres, mientras un inmenso cañoneo se mantenía desde la fortaleza hacia la mansión del gobernador para destruir nuestras fuerzas en esa colina.

A las 5 p.m. viendo una bandera inglesa desplegada en el bosque y cerca de la playa, se le ordenó al Porcupine, desembarcar sus cañones, logrando realizar esa tarea bajo un nutrido fuego desde la fortaleza. Yo fui enviado a tierra con 50 marinos con la misión de atacar las defensas enemigas y tratar de hacerlos retroceder hasta una colina empinada que se encontraba por allí; lo hice a través del pueblo de Omoa, que todavía continuaba quemándose; sólo logré perder un hombre y conseguí tres heridos. Uno de los heridos perdió un brazo, tratando de salvar un perro el que yo alcancé a recoger y poniéndole de inmediato el nombre de la fortaleza. Después regresé al buque.

A las 09:00 una batería nuestra de cuatro cañones mantuvo un fuego intenso sobre el enemigo, pero ellos también respondían de la misma manera, durando este intercambio de fuego casi toda la noche por ambos lados. Uno de nuestros cañones fue destruido por el enemigo.
Muertos y heridos el 18:
Marinos——–  3 muertos—— 5 heridos
Indios———– 1 muertos——-2 heridos
Voluntarios—-1 muertos——-0 heridos
Negros———0 muertos——–3 heridos
TOTAL               5 muertos——10 heridos

El Teniente Whiteman es de los marinos. Herido.

El 19 de octubre, en la mañana me ordenaron de nuevo que tomara el mando de una fuerza de desembarco, se me proporcionó toda la munición y armas disponibles más 100 hombres. Tres baterías comenzaron un fuego nutrido sobre la colina del Gobernador; a media noche recibí órdenes de entregar el mando a un oficial voluntario y que me regresara de nuevo ya que en la mañana el Pomona, el Charon y el Lowestoft atacarían la fortaleza. Mi buque fue excluido de este ataque porque todos los cañones se encontraban en tierra. No me quedó más remedio que unirme a la tripulación del Pomona.

El 20 de octubre, comenzó un cañoneo pesado sobre las posiciones enemigas, otros 300 hombres fueron enviados a tierra. A las 06:00 vimos la bandera española venirse abajo, y la bandera inglesa desplegarse en las paredes de esta gran fortaleza, que fue tomada por un puñado de marinos; también capturamos dos galeones, un velero cargado de abarrotería, setenta mil dólares, gran cantidad de azogue, 300-400 esclavos, 60,000 libras en telas de seda, más anclas, cables, etc. en resumen, se calculó que el valor total de todo el botín era cerca del millón de libras esterlinas.

Muertos y heridos el 20:

Marinos———— 4  muertos—— 5 heridos
Otros—————-6 muertos——-3 heridos
TOTAL                   10 muertos—— 8 heridos

El 21, el Primer Teniente del barco Charon fue promovido para comandar el Porcupine; el capitán Pakenham fue enviado a casa con los reportes de la batalla de Omoa más las condiciones de capitulación. Respecto a mí, el Comodoro me trasladó del Porcupine hacia el Charon con la misión de comandar el buque Español Santo Domingo teniendo bajo mi mando un segundo comandante, tres asistentes y 36 de los mejores marinos del Charon.

El 27, comenzamos a subir los cañones que habíamos enviado a tierra, la reparación de velas y otros preparativos para zarpar. El 8 de noviembre salí en compañía del Charon, el Lowestoft, el Pomona y el galeón San José; quedando el fuerte de Omoa y el velero con la abarrotaría bajo la protección del Porcupine y 20 hombres en la custodia del fuerte.
Continuará…

“Extracto del Libro inédito traducido y compilado “Extranjeros hacia Honduras” Ramón Rosa Izaguirre.

Fuente: “Memoirs of Robert E. Nuggent, letters, poems and appendices”.
Herbert Stone Co. 1898.