El informe

Por: Noé Pineda Portillo
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Todo informe de trascendencia nacional, no siempre es completo y mucho más cuando tiene que procesarse muchos datos e información, tanto documentales como de campo, así que el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), era de esperarse que no satisficiera a todo mundo. No obstante, dándole el crédito correspondiente al equipo o comisión encargada de realizarlo para orientar al pueblo y gobierno hondureño, nos parece bastante bien. Y decimos esto, porque si bien es cierto, mucho de su contenido ya era de pleno conocimiento del pueblo hondureño, la verdad es que, cuando a uno le reafirman conclusiones donde se ve que hay lógica, con mayor satisfacción las acepta.

A nuestro parecer, dadas las exposiciones y la información publicada,  hay conclusiones y recomendaciones de la Comisión que deben tomarse muy en serio, tales como establecer la figura del juicio político; actualización de la Constitución Política; no dar funciones políticas a las Fuerzas Armadas; evaluar la actuación del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos; investigar los casos de corrupción denunciados; establecer las auditorías sociales en todas las instituciones del Estado; reglamentar los mecanismos para la coordinación institucional y tantas otras que acertadamente sugiere la CVR.

El Informe de la Comisión mencionada, podemos considerarlo como un gran avance en el equilibrio político del país. Que se considere esta acción como una advertencia a todos los sectores de la sociedad hondureña, para que no se vuelva a repetir un golpe de Estado más en Honduras, suficientes lecciones hemos tenido en el pasado reciente y debemos dar ejemplo de restauración y conciliación para el desarrollo nacional. Es la gran mayoría del pueblo hondureño sin distingos de clases sociales que nos ha tocado vivir una gran pesadilla y cuyas consecuencias todavía las sufrimos. Es tiempo de decirle adiós a esa práctica abominable de la tortura, el secuestro, la desaparición forzada, el genocidio, el destierro y el conculcamiento a los derechos humanos, ahora es buscar los mecanismos de restañar las heridas  y cumplir con programas de desarrollo social como el empleo, la salud, educación, vivienda, servicios ambientales  y de llevar una vida acorde, tan siquiera, con la satisfacción de las necesidades básicas.

Por eso vemos con buenos ojos que el Presidente de la República convoque a los distintos sectores sociales y políticos para buscarle la salida a los distintos problemas, ya que ello también sirve para reconciliar en parte la familia hondureña.  Qué Dios ilumine a los hombres y mujeres de buena voluntad para gloria de Honduras.