TEGUCIGALPA.- Con un rosario de delitos, que van desde asaltos hasta muerte violenta de jóvenes, vinculan los habitantes de la populosa colonia Jonh F. Kennedy y sus alrededores a los policías que laboran en la estación de esa zona.
Después que LA TRIBUNA diera a conocer que de adentro de esa posta policial opera una mafia comandada por un oficial apodado “El Diablo”, se han recibido otra serie de denuncias donde los vinculan con asaltos, robo de vehículos y hasta asesinatos a jóvenes en la colonia Las Palmas.
Los residentes, vía telefónica, señalaron que por muchos años han sufrido amenazas y abusos de los policías, que se valen de sus uniformes para cometer sus fechorías.
Señalan que las operaciones las comanda el oficial apodado “El Diablo”, junto a otros elementos de escala básica, quienes lo cuidan y cumplen las misiones irregulares a cambio de bonificaciones.
A raíz de las primeras publicaciones, ahora se suman los conductores de varias rutas interurbanas de la zona, quienes señalaron que a cada uno le toca aportar 200 lempiras, el lunes de cada semana, para entregárselos a los policías.
Ya ni vergüenza les da a los uniformados, pues los 16,000 lempiras los llegan a recoger en las patrullas. Anteriormente no se atrevían a realizar las denuncias por temor a ser asesinados mientras realizan sus labores.
ASALTO
También se denunció que una familia, cuando regresaba de cenar de un restaurante de la colonia Kennedy y se dirigía hacia su vivienda en la colonia Villanueva, fue interceptada por una patrulla.
El hombre relató que acababa de recibir 5,000 lempiras de su trabajo y en la cena únicamente gastó 700 lempiras y cuando la Policía le pidió “mordida”, se sacó el dinero y al ver la cantidad el policía se lo arrebató de la mano.
Como era un vil asalto, el ciudadano se fue a la posta de la Kennedy a poner la denuncia, solicitando ayuda al jefe a cargo ese día. Pero cuál fue su sorpresa, cuando este le respondió: “mejor andate de aquí si no querés que te perdamos”.
Las denuncias llegan por decenas de los pobladores de la Kennedy, cuando recuerdan de la forma que muchos de los uniformados los han parado, les piden los documentos personales, y al final les quitan el celular y el dinero y los amenazan que si los denuncian ellos mismos se encargarán de callarlos.
ASESINATO Y ROBO DE VEHÍCULOS
También los habitantes de la colonia Las Palmas denunciaron que las recientes muertes de varios jóvenes fue causada por policías, sin embargo ellos mismos se las han atribuido a mareros para salir librados.
Los muchachos fueron asesinados casi al frente de sus hogares por hombres a bordo de motocicletas, y que algunas de las personas los identificaron como policías de la posta de la colonia Kennedy.
También se conoció en el sector de plaza Miraflores, la Kennedy y el anillo periférico, los agentes se encargan de robar vehículos y motocicletas, sometiendo con sus armas de reglamento a los conductores.
Los denunciantes señalaron que los vehículos son llevados para planteles de la colonia San Miguel, donde en confabulación con los agentes de la estación policial de esa zona, se encargan desmantelarlos o venderlos.
Según uno de los afectados, a él varios policías le robaron su vehículo a inmediaciones de la colonia la Kennedy, y al día siguiente recibió una llamada donde le decían que tenían su carro y que lo podría recuperar por 80,000 lempiras.
Esta situación mantiene atemorizado a este sector capitalino, que demanda una amplia investigación en esa estación policial, porque se sienten desprotegidos, debido a que no hallan a quién acudir y se sienten indefensos.
SE ELIMINAN ENTRE ELLOS
Lo más grave, es que entre ellos se están eliminando. El callejón del Bloque 16, de la zona dos es un fuerte corredor de la droga que es protegido por varios agentes de tránsito, apostados en la primera calle de la colonia Kennedy.
Los pobladores denunciaron que todos ellos viven en una casa que está al final de la calle del Bloque 16, cerca de la cancha de futbolito, de donde controlan el paso de la droga en el área.
Un policía, que había sido trasladado el año pasado y que no conocía cómo operaban sus compañeros, se había vuelto prestamista, pero sucedió que uno de ellos ya no le podía pagar, por lo que optó por liquidarlo.
Un viernes salieron a beber a un expendio en la zona, pero como a las 11:30 de la noche, al calor de los tragos, el policía prestamista decidió ir a acostarse y a la altura de la canchita, el deudor le salió al paso para matarlo de un disparo en la cabeza. El caso se sumó al de los centenares que están en la impunidad.
También la denuncia abarca el de otro policía, que al ir a visitar a una hermana por la cuarta entrada, un compañero lo esperó que saliera como a las 9:00 de la noche y cuando le dio la espalda, le hizo dos disparos, uno en la espalda y lo remató con otro en la cabeza.
A los dos minutos llegaron dos agentes en una motorizada y uno de ellos le quitó el arma al muerto y recogió la que dejó tirada el hechor.
Todos los vecinos observaron la acción del policía en ensuciar la escena del crimen, pero cuando llegaron los agentes de la DNIC no reportaron nada. Los pobladores no reportaron el hecho por temor a represalias de los agentes.
Los pobladores han sentido que con la llegada del oficial apodado “El Diablo” la situación de inseguridad en la colonia Kennedy ha cobrado fuerza, porque el lunes de la semana pasada fue asaltada una casa de hamburguesas, que apenas queda a dos cuadras arriba de la estación policial, pero a ninguno le dio por llegar a ver qué era lo que pasaba.