Comisionado de DD. HH. condena atentado contra LA TRIBUNA

TEGUCIGALPA.- El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, condenó el atentado perpetrado contra las instalaciones de diario LA TRIBUNA, en la que resultó herido un guardia de seguridad, por lo que exigió al gobierno del Presidente Porfirio Lobo, una profunda investigación hasta dar con los responsables del hecho criminal y se les aplique todo el peso de la ley.

El gerente general de LA TRIBUNA, Manuel Acosta, sufrió un atentado el 23 de mayo y hasta el momento las autoridades no han podido dar con el paradero de los responsables.

Custodio declaró que lo acontecido contra diario LA TRIBUNA y el guardia de seguridad, es un atentado contra cada uno de nosotros, los que creemos en la libertad de pensamiento y de expresión.

“Todos debemos sentirnos ofendidos y debe ser un aldabonazo para demandar del gobierno y en particular del Poder Ejecutivo, una investigación de todas las causas que motivan estos atentados en contra de periodistas y de los mismos medios de comunicación”, señaló.

Las instalaciones de diario LA TRIBUNA, en Tegucigalpa, fueron objeto de un atentado en horas de la madrugada, por personas desconocidas que se conducían en un automóvil desde donde hicieron varios disparos contra una de las puertas de vidrio donde se encontraba uno de los guardias de seguridad, que resultó herido y trasladado posteriormente a un centro hospitalario.

En días recientes, el titular del organismo humanitario, Ramón Custodio, denunció ante instancias internacionales de derechos humanos y de defensa de la libertad de expresión, las amenazas y los actos de intimidación de los que son víctimas periodistas y editores de diferentes medios de comunicación en el país, que denuncian actos de corrupción y la falta de transparencia en la administración pública.

Custodio declaró que con este tipo de denuncias lo que se quiere evitar es que se alargue la lista de periodistas asesinados, que suman más de una docena en lo que va de este gobierno.

Recordó que en países como Colombia y México primero fueron las amenazas y luego lo consumaron con hechos reales, es decir, matando periodistas.

“No queremos que se alargue la lista de las víctimas que ya cayeron”, dijo Custodio en referencia a los más de veinte periodistas ejecutados en los últimos cinco años en el país.

El ombudsman hondureño denunció que en Honduras hay un “aparato controlado de poder” que busca aterrorizar periodistas y a todos los que defendemos la libertad de expresión y luchamos contra la corrupción y la impunidad en el país.

Reiteró que ese interés que existe en aterrorizar y acallar la voz de los periodistas, que con valentía denuncian los actos en la corrupción y la impunidad en el país, es condenable.

Agregó que ese tipo de hechos son una muestra evidente de la situación de violencia a la que están expuestos los periodistas hondureños como resultado del ejercicio de su profesión.

En una carta que remitió al Congreso Nacional, Custodio denunció que hay autoridades policiales que abusando de la autoridad con que han sido investidos, tienen un aparato organizado de poder que de hecho les otorga licencia para atentar contra el sagrado derecho a la vida de las personas, gozando de hecho de la impunidad por un sospechoso desempeño de sus superiores.

Según Custodio, la violencia contra periodistas continúa siendo una amenaza muy grave para el ejercicio del derecho a la información, particularmente contra quienes cubren y denuncian problemas sociales, como el crimen organizado, el narcotráfico, violaciones a los derechos humanos y actos de corrupción.

Custodio subrayó que los periodistas son servidores de la opinión pública y merecen la mayor de las seguridades y, sobre todo, que con ellos debemos estar todos los que luchamos contra el terrorismo de cualquier sector, venga de donde venga.

“Honduras es un pueblo que quiere vivir en paz y sin terrorismo de ninguna naturaleza”, enfatizó el ombudsman hondureño.

Consultado sobre el impacto que genera este tipo de hechos en la agenda informativa expresó que la primera consecuencia es la autocensura, porque los periodistas se preguntan qué es lo que debo y qué es lo que no debo decir.

En los últimos días, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos recibió denuncias de amenazas e intimidación de las que son objeto el periodista Renato Álvarez, conductor del programa “Frente a Frente” que se transmite por Televicentro, del periodista Francisco Hernández que labora para la cadena Globo TV.

Además, el Conadeh recibió la denuncia de periodistas y editores de los diarios El Heraldo y LA TRIBUNA que han sido objeto de amenazas contra su integridad física, la vida y la libertad de expresión.

En todos los casos, dijo Custodio, las víctimas han recibido mensajes insultantes, denigrantes e intimidatorios que ponen en riesgo su integridad física y la de sus familiares.

AMENAZAS Y ATENTADOS A LA TRIBUNA
Registros del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos indican que en los últimos meses periodistas, fotógrafos y ejecutivos de diario LA TRIBUNA han sido objeto de amenazas por agentes del Estado y por personas desconocidas.

El 1 de febrero de 2009, el periodista Martín Ramírez denunció que fue agredido, en horas de la madrugada, por miembros de la Policía mientras tomaba fotografías de un accidente vial suscitado en el bulevar Fuerzas Armadas, en las cercanías del Instituto Central Vicente Cáceres, en Tegucigalpa.

Los agentes de la Policía la arremetieron contra el reportero al extremo que uno le apuntó en la frente con la pistola para luego golpearle la cabeza con el arma, seguidamente le doblaron el brazo hacia atrás. El periodista fue “enchachado” (esposado) y mantenido en la patrulla durante una hora, posteriormente lo trasladaron a la sede de la Policía Metropolitana donde fue dejado en libertad.

El 19 de agosto de 2010, el fotógrafo Amílcar Luque denunció ante el Conadeh la agresión de la que fue objeto mientras tomaba fotografías en las inmediaciones del Congreso Nacional. La víctima narró que una turba se le fue encima y “comenzaron a golpearme y a despojarme de mi reloj, de mis cadenas y de la cartera. Me robaron 300 dólares y otro dinero que andaba en la cartera. También me dañaron la cámara”.

El 4 de octubre de 2010, el periodista editor de las páginas económicas, Danilo Antúnez, denunció ante el Conadeh que fue objeto de un atentado luego que dos sujetos dispararon cerca de su humanidad, en el momento en que se disponía a abrir la puerta de su auto.

El atentado ocurrió a eso de las 6:20 de la tarde cuando el comunicador salía del diario rumbo a su residencia. El periodista relató que en el momento que abría la puerta de su carro, utilizando la alarma, dos sujetos aparecieron y dispararon. Los disparos pegaron en la puerta delantera del carro doble cabina, mientras que otros tres proyectiles se incrustaron en la puerta de atrás.

El 26 de noviembre de 2010, el columnista de diario LA TRIBUNA, Federico Álvarez, denunció ante el Conadeh, la decisión de la Secretaría del Interior y Población de suspenderle la nacionalidad hondureña por naturalización, que adquirió desde enero del 2009. Álvarez, es miembro de la Unión Cívica Democrática (UCD) y uno de los principales críticos del gobierno.

El 23 de mayo de 2011, el gerente general de diario LA TRIBUNA, Manuel Acosta Medina, resultó herido tras ser atacado a balazos por desconocidos a eso de las 5:45 de la tarde, mientras se transportaba en su vehículo entre los bulevares Fuerzas Armadas y el Kuwait, cerca del Club Social de Colegio Médico de Tegucigalpa.

El 23 de noviembre, también se recibió la denuncia pública de diario LA TRIBUNA en la que se detalla que el 20 de noviembre, uno de los miembros del equipo de investigación de ese rotativo, al salir del periódico, en horas de la noche, con destino a su casa, individuos que se conducían en un vehículo le hicieron dos disparos, de los cuales por fortuna ninguno impactó en su humanidad.

El viernes 18, una persona que se identificó como policía asignado en la colonia John F. Kennedy preguntó sospechosamente por el nombre del reportero que cubre sucesos.

Entre el 9 y el 11 de noviembre, en horas de la noche, uno de los editores fue detenido en dos operativos de la Policía Nacional, en el bulevar de las Fuerzas Armadas, frente a la posta de Las Brisas, donde lo abordaron para solicitarle la licencia de conducir y la boleta de revisión de su vehículo.

De acuerdo con el relato, los policías adoptaron una actitud hostil cuando se identificó como empleado de LA TRIBUNA, por lo que lo obligaron a bajarse del vehículo, al parecer, en busca de armas. Luego de varias consultas telefónicas lo dejaron ir, sin embargo, ahora es objeto de persecución tanto en el bulevar de las Fuerzas Armadas como en el anillo periférico.

Finalmente uno de los fotógrafos de diario LA TRIBUNA fue amenazado por el policía Marco Antonio Álvarez, quien se encontraba en la Sala del Juzgado de lo Penal de Francisco Morazán y mientras el reportero gráfico le tomaba fotografías, lo amenazó diciéndole “recordá que voy libre, si me sacás mañana te busco…”.

El 5 de diciembre de 2011, las instalaciones de diario LA TRIBUNA, en Tegucigalpa, fueron objeto de un atentado, en horas de la madrugada, por personas desconocidas, que se conducían en un automóvil desde donde hicieron varios disparos contra una de las puertas de vidrio, donde se encontraba uno de los guardias de seguridad que resultó herido y trasladado posteriormente a un centro hospitalario.

OTROS MEDIOS DE COMUNICACIÓN VÍCTIMAS DE ATENTADOS
En los últimos años también han sido objeto de atentados las instalaciones de diario El Heraldo, La Prensa, Tiempo, Canal 11, Radio América, Emisoras Unidas, Radio Cadena Voces, Canal 6, el edificio Torre Libertad donde funciona Canal 10 y Abriendo Brecha, el edificio de Televicentro donde se transmiten los noticiarios Hoy Mismo, TN5 y TVC.

El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos también recibió la denuncia que en el 2009 varios hombres armados ingresaron a las oficinas del diario digital Hondudiario tras romper a balazos el llavín de la puerta de entrada procedieron a amenazar a los empleados y cortar los cables que daban acceso a la red de internet.