ALGUNOS RECUERDOS

Mientras me practicaba unos exámenes clínicos en un laboratorio capitalino, me encontré con un contemporáneo del barrio La Ronda, compañero en la escuela Francisco Morazán, ligado a viejas familias rondeñas y de la vecindad de una de los más antiguos callejones de ese sector capitalino donde residían en hermosas casas de diferentes estilos  que contrastaban con el empedrado colonial de la calle hacia La Cabaña.

1 Antiguo rincón rondeño con la capilla Adventista.

Pablo Hernández y su esposa, viven ahora en Estados Unidos con sus hijos y nietos, pero no olvidan sus años de niñez y juventud haciendo remembranzas de esas épocas que hoy son nostálgicos relatos de lo que era la Tegucigalpa del ayer especialmente en ese sector donde vivían los Ferrari Bustillo, los Lanza, los Elvir, los Interiano, los Chavarría, los Triminio, los Sánchez, los Hernández, los Salgado y otros que han de añorar rincones que como el de la capilla adventista (FOTO 1) constituían atractivo de la antigua capital.

Los pocos minutos que platicamos con Pablo y su esposa, sirvieron para trasportarnos a ese pretérito que alimenta los corazones con sentimientos de añoranzas porque cuando vemos hoy tanta desesperanza, revivimos un pasado pletórico de recuerdos inolvidables.

En Tegucigalpa por esos años el cine Palace  (FOTO 2) era el mayor centro de presentaciones de artistas extranjeros, especialmente cantantes, tríos, cuartetos, conjuntos, cómicos, ilusionistas, prestidigitadores y famosos ventrílocuos.

Quizá uno de los personajes  más recordados por sus sonados éxitos en los espectáculos que ofrecía fue Paco Miller (FOTO 3) un ecuatoriano que triunfó en México con el arte de manejar sonidos  sin mover la boca, haciendo hablar a distancia de sus cuerdas vocales a muñecos maniobrados por el mismo.

El muñeco más famoso del ventrículo Miller fue don Roque el que hacía descansar en sus piernas durante sus presentaciones y doña Marraqueta una calavera que hacía cantar cuando accionaba sus terroríficas  mandíbulas.

2 El cinema Palace fue el centro de presentaciones de artistas que llegaban a Tegucigalpa.

En el Palace los capitalinos disfrutaban de esas compañías, la mayoría mexicanas, que en su proscenio permitía,  por la amplitud del mismo,  esas presentaciones artísticas que arrancaban  los aplausos de de público que en su aforo  entre galería, luneta y palco no excedía de 500 personas.

Así como Paco Miller, muchos han de recordar las presentaciones de la gran vedette norteamericana que hizo su carrera en la danza tropical en México y  por su escultural figura y lo cadencioso de sus bailes cautivó en los años cincuenta, Yolanda Montez la famosa “Tongolele” (FOTO 4).

Los románticos de aquella época dorada de la música tampoco pueden olvidar a la cantante mexicana María Victoria (FOTO 5), cuya voz sensual hizo triunfar canciones como “Cuidadito”, “Eso”, “Venganza” y “Mil Besos”.

En el escenario del Palace hicieron imborrables sus presentaciones los grandes cómicos como Viruta y Capulina, Resortes y Germán Valdez el inolvidable “Tin Tan” (FOTO 6).

No podemos dejar de ofrecerle un recuerdo a uno de los más afamados conjuntos de la península Ibérica que llegaron a la capital para ganarse el cariño de los tegucigalpenses, Los Churumbeles de España (FOTO 7) y su vocalista Juan Legido que por esta temporada dedicada a las madres llenaba el ambiente con el sentimiento de la bella canción “Cariño Verdad”.

Podemos seguir relatando mucho de esa época y haciendo recuerdos gráficos, pero nos concretamos por hoy y como regalo a las madrecitas hondureñas a llevarles algunos recuerdos.

Hasta la próxima semana.