Queman aletas de tiburón decomisadas a pescadores

TEGUCIGALPA.- Unas 114 aletas, de 57 tiburones, decomisadas a pescadores, fueron incineradas este jueves en la Fuerza Naval Hondureña como señal de que en Honduras se cuida la biodiversidad y en el marco de la celebración de la declaratoria –hace un año– de aguas territoriales marítimas hondureñas como “Santuario de Tiburones”.

El Presidente Lobo Sosa, junto a los expertos, explica sobre la importancia de preservar las distintas especies de tiburón.

El evento estuvo presidido por el Presidente Porfirio Lobo Sosa; el ministro de Recursos Naturales y Ambiente, Rigoberto Cuéllar, y el director de la organización no gubernamental, Ecología Marina, Steve Box.

“Es importante lanzar un grito para proteger a los tiburones, no puede seguir siendo y espero que muchos países y naciones amigas hagan conciencia para prohibir caza de tiburones”, dijo el gobernante hondureño.

Además expresó que “estoy comprometido en que sigamos luchando para proteger las especies y lo que hoy tenemos que es prestado y que tenemos que devolver a nuestras futuras generaciones”.

Hay que resaltar que el santuario no busca proteger a un tipo de tiburón solamente, sino a las 300 especies existentes e identificadas; para el caso en el norte de Honduras hay 45 especies, en el sur hay 11 especies.

La quema se produjo la mañana de ayer en la Fuerza Naval de Honduras.

Luego de la exposición sobre la necesidad de proteger a esa especie, el mandatario, junto a los expertos en el área, se trasladaron hasta un sector de la Fuerza Naval Hondureña, donde presenciaron la queja de las 114 aletas.

Se estima que en el mundo mueren anualmente unos 73 millones de tiburones de diferentes tipos.

Las aletas fueron recuperadas en decomisos a pescadores de varias zonas pesqueras, y luego fueron quemadas pese a que son caras, para dejar constancia de que en Honduras no se promueve la caza de tiburones para ningún fin, menos el comestible.

Mucho se preguntarán por qué preservar el tiburón en el espacio marítimo hondureño, a lo que el doctor en biología marina, Steve Box, manifestó que entre otras causa figura que las especies se comen a pequeños peces que se encargan de destruir los arrecifes coralinos.

Se ha conocido que los pescadores de diferentes zonas del país, durante la caza, atrapan tiburones, les cortan sus aletas y luego lanzan los cuerpos al mar.

Y posteriormente venden las piezas como si fuesen filete; esto a criterio de Box, perjudica la salud humana, puesto que al cuerpo del tiburón se adhiere mayor cantidad de lo normal de toxinas y metales dañinos para el ser humano.

Honduras es uno de los pocos países de todo el mundo que tiene un “Santuario de Tiburones Biocéanico”, mismo que fue creado a través de la declaratoria que se produjo el 5 de julio del 2011, en Roatán, Islas de la Bahía, mediante decreto del Congreso Nacional 107-2011. (NJA).