Avión Corsario 609 volverá a rugir en cielos catrachos

El legendario avión que luchó en la guerra “de las cien horas” está por “volver a la vida”.

* Legendaria aeronave fue pieza clave en defensa de la soberanía
* FAH trabaja en su reparación para verlo volar a fin de año

En un ambiente de hermandad, pasión y patriotismo trabajan oficiales retirados y técnicos de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), para restaurar uno de los aviones más legendarios de la historia hondureña: el Corsario 609.

A mediados de julio pasado, un grupo de veteranos aviadores se puso como meta sacarlo del baúl del recuerdo para trabajar en su reparación y volver a escuchar rugir el motor de la aeronave, la cual defendió la soberanía nacional cuando se necesitaba.

Esta importante pieza del Museo del Aire se mantiene como la insigne de la aviación hondureña.

Fue el 17 de julio de 1969 cuando el coronel Fernando Soto Henríquez, más conocido como “Sotillo”, derribó tres aviones adversarios del vecino país de El Salvador, en la guerra denominada “de las 100 horas”.

Superado ese episodio oscuro entre los países hermanos, las aeronaves se ocuparon para el entrenamiento de los nuevos pilotos, pero a finales de los años 70 y principios de los 80, la flota se fue vendiendo y solo quedó el 609, con la huella de los tres adversarios derribados.

Desde entonces permaneció en el olvido por mucho tiempo y su deterioro se incrementaba, pese a que es una pieza clave del la historia nacional. Por este motivo, exmilitares y nuevos efectivos buscan la forma de hacerlo funcionar.

Parte del equipo que trabaja con la ilusión de verlo circular por la base Hernán Acosta Mejía (HAM) son el coronel Alfredo San Martín, el capital Carlos Padgett, los mayores Óscar Rivera y Daniel Casco, el teniente Heriberto Sierra, los sargentos Renoy Castro, Mario Aceituno, Germán Tróchez y el suboficial Hugo Villamil.

UNA LABOR METICULOSA

Este es parte del equipo de voluntarios que quiere volver a carretear la aeronave.

Después de cinco semanas de haber comenzado con los trabajos de reparación, se ha avanzado en un 50 por ciento, ya que lo más importante era verificar las condiciones del motor, que trabaja en un 80 por ciento, y de ciertos sistemas que son importantes para que el avión se pueda encender.

“El motor ya está en condiciones para poder ser encendido, solo falta trabajar en el sistema de combustible, eléctrico e hidráulico, que lo pretendemos hacer el próximo mes”, aseguró el coronel San Martín, quien es el presidente de Asociación del Museo de Aire.

Al finalizar esta primera fase se procederá al revestimiento, que consiste en lijar su estructura, prepararlo y pintarlo, manteniendo el color original, que no es el que tiene en la actualidad, dejándolo con todas las insignias que rigen a la FAH.

Resaltó que los mecánicos retirados y otros elementos han colaborado en un cien por ciento y que la comandancia de la base nombró a otros elementos para que apoyen el trabajo de reacondicionamiento.

San Martín refirió que los trabajos se están haciendo gracias a las donaciones que se han conseguido de algunas empresas comerciales aéreas, exmiembros de la Fuerza Aérea, así como de otras instituciones y personas. De esta manera, de a poco avanzan para poderlo exhibir a finales del año.

SALVAR LA HISTORIA

El personal de la FAH ya ha avanzado en un 50 por ciento la reparación del avión, lavando incluso sus piezas.

Al sueño de ver con “vida” la aeronave insigne de la FAH y de Honduras se han sumado varias personas que todos los fines de semana se dan cita en uno de los hangares de la base HAM y que, con herramientas en mano, comienzan a desarmar y mover piezas.

Entre anécdotas, refrescos y bocadillos, toman cuberas, mangueras o se prestan para sostener algo y ayudar en la misión que se han encomendado con el único propósito de salvar parte del historia nacional.

El mayor Óscar Rivera comentó que el avión es una reliquia y la población dentro de poco podrá verlo carretear en la base; “aprovechamos los fines de semana y los días feriados para avanzar en la restauración, porque lo encontramos en calamidad, hasta lágrimas le rodaban a uno al ver sus condiciones”.

“Es importante el trabajo que tenemos, porque el día de mañana nuestros hijos, nietos, bisnietos van a poder ver este avión, que es parte de nuestra historia y de la Fuerza Aérea Hondureña”, afirmó.

Por su parte, el capitán Padgett recordó el día que llegó a la FAH; tantas eran sus ganas de volar el Corsario que sin permiso lo prendió, provocando un incendio.

“Estamos poniendo nuestra voluntad y deseo para que a esta aeronave le vuelvan a rugir sus motores”, dijo.

Indicó que de momento necesitan apoyo económico para la compra de materiales y repuestos, como mangueras, empaques, aceites y otros insumos para echarlo a funcionar lo más pronto posible.

Por: Yony Bustillo
Fotos: Mario Fajardo