Pastores en política divide a la Iglesia Evangélica

TEGUCIGALPA.- La intervención de líderes religioso en la política ha provocado una marcada división entre miembros de la Iglesia Evangélica, entre grupos a favor y otros en contra, sobre todo por diversas interpretaciones a tres leyes que hablan del mismo tema.

Miles de cristianos en todo el país son indiferentes a la participación de pastores en la política.

La pretensión del pastor Mario Tomás Barahona y los obstáculos que ha tenido encendió la mecha para que las pasiones se desbordaran y provocaran opiniones encontradas.

Pese a que existe la Ley Marco de las Iglesias Evangélicas, la cual da luz verde para que algunos pastores entren al campo político, algunos continúan en desacuerdo, ya que son de la opinión que la pretensión es contraria al llamado original de Dios, por lo que no es ético ni bíblico.

Los que están a favor de pastores en política sostienen que también pueden aportar al país, debido a que son hombres de bien y pueden revolucionar la política y no cometer los errores de siempre.

El decreto legislativo 185- 2010 fue el que dio vida a la Ley Marco de las Iglesias Evangélicas y en esta se contempló que los ministros de la fe podían participar en la política.

En nuestro país hay aproximadamente unos nueve mil pastores evangélicos y más de un millón de fieles que se congregan en esa religión.

En octubre del 2010, varios miembros de la Iglesia Evangélica protestaron frente a la Corte Suprema en rechazo a la Ley Marco.

Las leyes vigentes en el país “chocan” con sus diferentes interpretaciones sobre si los pastores pueden participar o no en la política.

Para el aspirante a la Alcaldía capitalina y pastor evangélico, Vicente Valladares, un cristiano cuando llega a obtener un cargo público tiene la posibilidad de sacarlo del subdesarrollo, de manejar los fondos con transparencia y no caer en los vicios de los actuales políticos.

“El temor a Dios es fundamental para dirigir un rebaño por el camino indicado y que nuestra Honduras salga de los problemas que lo tienen en el abismo”, subrayó.

Por su parte el presidente de las Sociedad Bíblica de Honduras, Miguel Valeriano, afirmó que la refundación del país puede estar en manos de un hombre cristiano que conozca muy bien las cosas de Dios y le tema, pues él nos guía por el buen camino y nos enseña el verdadero camino.

SERVIMOS A DIOS O A LA POLÍTICA

Hay una diferencia entre un hondureño común o “mundano” y alguien que asiste consecutivamente a la iglesia, y trata de llevar las cosas por el buen camino es el temor a Dios.

“No somos santos como nuestro señor Jesucristo, cometemos pecados y errores pero el estar diariamente en contacto con la palabra de Dios nos hace tomar decisiones más acertadas y manejar las cosas alejadas de la corrupción”, agregó.

Blanca Erazo, pastora de la iglesia Monte Santo.

Consultado sobre el peligro de la utilización del diezmo con fines políticos, expresó que aquellos pastores, en caso que los hubiera no le estarían robando al pueblo, ni engañándolo, sino robándole a Dios, y en su oportunidad tendrá que darle cuentas a él.

Sin embargo, la pastora de la iglesia evangélica Monte Santo, Blanca Erazo, dijo estar de acuerdo que muchos hijos de Dios participen en la política, pero estos deben ser siervos y no pastores.

Cada quien en la vida, nuestro Señor le ha destinado un camino, un servicio y los pastores de la fe están programados por él para servir la palabra a la feligresía.

O servimos a Dios o a la política, pero no se puede jugar doble papel pues son roles encontrados que al final no sería visto con buenos ojos por nuestro omnipotente, señaló.

Asimismo el pastor Rodimiro Velásquez dijo que no se debe perder el rol escogido por nuestro señor en la tierra, tal vez la ley terrenal no lo prohíba pues el hombre muchas veces hace las leyes a su conveniencia, pero esta decisión no es del agrado de Dios.

Los hombres que servimos a Dios podemos hacerlo de diferentes maneras, inclusive en la política, pero haciendo líderes a muchos jóvenes o creando hombres de bien, pero no usando el púlpito para fines políticos, finalizo.

VIVIMOS EN ESTADO SEGLAR

Olban Valladares fue tajante al expresar que los pastores no deben ser políticos.

A juicio del analista político Olban Valladares, todos los hombres de un país deben apegarse a la ley, y si estas no complacen los intereses de las mayorías debe legislarse a fin de mejorar.

“Si nuestra constitución reza que vivimos en un Estado seglar, significa que ningún pastor o religioso puede participar en política”.

Las demás llámese Ley Marco de las Iglesias Evangélicas, la Ley Electoral, etc., todas estas están bajo una ley primaria que es la Constitución de la República, agregó.

La ciudadanía debe ser el mejor juez para observar y denunciar si algunos ministros de la fe empiezan a utilizar sus iglesias y sus púlpitos como catapultas políticas para beneficiar sus propios intereses, concluyó. (Mario López)

REACCIONES

TRES LEYES SOBRE EL MISMO TEMA
¿Qué dice la Constitución?
Artículo 77:
Se garantiza el libre ejercicio de todas las religiones y cultos sin preeminencia alguna, siempre que no contravengan las leyes y el orden público.

Los ministros de las diversas religiones no podrán ejercer cargos públicos, ni hacer en ninguna forma propaganda política invocando motivos de religión o valiéndose, como medio para tal fin, de las creencias religiosas del pueblo.

¿Qué dice la Ley Electoral?
Artículo 98:
Para optar a los cargos de presidente y designados a la presidencia de la República, y diputados al Congreso Nacional se observará lo dispuesto en la Constitución de la República.

Artículo 104: El Estado de Honduras por medio del Tribunal Superior Electoral vigilará en todas las estructuras de gobierno de los partidos políticos y en las candidaturas a cargo de elección popular, no exista discriminación por razón de género, credo, raza o religión y cualquier otra forma de discriminación.

¿Qué dice la Ley Marco de las Iglesias?
Artículo 4: Es libre el derecho para que todos aquellos miembros de la Confraternidad Evangélica puedan aspirar a un cargo público o participar en política.

Artículo 66: La Confraternidad se declara una institución religiosa, fraterna y apolítica.