La Escuela Pilar Salinas celebra su 65 aniversario

Comenzando con una alborada, la Escuela para Ciegos Pilar Salinas, situada al costado oeste del Hospital San Felipe en Tegucigalpa, celebró ayer sus 65 años de fundación.

Los maestros siempre están pendientes de los niños, hasta en la fiesta de aniversario.
Los maestros siempre están pendientes de los niños, hasta en la fiesta de aniversario.

Fue un lunes 4 de octubre de 1948 cuando una noble mujer, de nombre Pilar Salinas Padilla, decidió fundar una escuela para personas ciegas.
La fiesta de aniversario contempló la celebración de una misa, juegos tradicionales por la tarde y están programadas una serie de actividades culturales y artísticas hasta el 31 de octubre.
El 1 de noviembre se tiene previsto un congreso deportivo que se llevará a cabo en el Hotel Honduras Maya, el cual será televisado, precisó María Victoria Rosales (Vicky), directora de ese centro educativo.
“Pilarcita”, como cariñosamente la llamaban, nació en Tegucigalpa el 16 de febrero de 1924 y murió el 23 de agosto de 2005. Era hija de Manuel Salinas, de origen español, y de la hondureña María de la Cruz Padilla.

Estas personas con discapacidad visual son parte del inventario de la Escuela Pilar Salinas, donde han aprendido a seguir adelante.
Estas personas con discapacidad visual son parte del inventario de la Escuela Pilar Salinas, donde han aprendido a seguir adelante.

Esta dama de tremendo corazón humano perdió la vista a sus 19 años mientras se encontraba en Guatemala, donde estudiaba magisterio.
Al regresar a Honduras, la joven Pilarcita tuvo la iniciativa de fundar una escuela para personas ciegas y en 1948 se le concede el sueño de abrir las puertas de la Escuela para Ciegos Pilar Salinas.
En el internado actualmente hay 43 niños de primero a sexto grado, pero con el programa de inclusión se beneficia a un total de 71 estudiantes.
En los dos últimos años se han capacitado alrededor de 2,000 personas, entre ellas docentes de primaria, secundaria y de educación superior que desean obtener formación para la atención de niños con discapacidad visual.

La mayoría de los pequeños le rezan a la Virgen de Guadalupe, en agradecimiento por los logros alcanzados en el centro educativo.
La mayoría de los pequeños le rezan a la Virgen de Guadalupe, en agradecimiento por los logros alcanzados en el centro educativo.

Asimismo, personas adultas que por una u otra razón han perdido la vista y que necesitan reincorporarse a sus actividades normales, acuden a ese centro educativo para aprender orientación y movilidad, e incluso algunos de ellos se interesan por el sistema de escritura Bradley, música y otras técnicas.
En los 65 años de existencia de la Escuela Pilar Salinas han egresado unos 300 jóvenes, quienes culminaron su educación primaria, y muchos de ellos continuaron sus estudios de secundaria y hasta la superior.
En la escuela laboran 11 maestros pagados por la Secretaría de Educación y otros siete que son pagados con las transferencias de esa misma Secretaría, lo cual significa que el 95 por ciento del presupuesto proviene del gobierno y un cinco por ciento de personas amigas y estudiantes universitarios que realizan el servicio social en el centro educativo.

Maestros, padres de familia y estudiantes son muy unidos en todas las actividades.
Maestros, padres de familia y estudiantes son muy unidos en todas las actividades.

En Honduras hay muchos niños con discapacidad visual, pero lamentablemente la mayoría de los padres no los internan en la escuela porque no comprenden el concepto de educación, creen que una persona con discapacidad visual no tiene derecho a formarse, comentó la directora del centro educativo.
María de los Ángeles Martínez, maestra asistente de primer grado, manifestó que la educación que les imparten a los niños de primero a sexto grado es formal, es similar a la que enseñan en las escuelas regulares.
Hay niños que tienen múltiples discapacidades, entonces ellos necesitan la atención de los docentes especializados en esas áreas, puntualizó.
Visitación Salgado Izaguirre (62) nació sin la vista e ingresó a la Escuela Pilar Salinas a la edad de siete años y ahora en el centro educativo transcribe textos de tinta a Bradley y dirige el coro de los niños con discapacidad visual, ya que también ejecuta teclado y piano, arte que aprendió de extranjeros que años atrás llegaron al país para enseñarles, explicó. (EB)