El párroco de la diócesis de Tegucigalpa, Carlos Rubio, exhortó en la homilía dominical, realizada en la Catedral Metropolitana, a los hondureños a dejar a un lado la soberbia y dar gracias a Dios por la alegría y la gratitud concedida en estos tiempos.
Agregó que “hay que dejar de lado la soberbia, el orgullo. Hay que tender puentes, hay que buscar el bien. El país está buscando paz”.
Exhortó a practicar la sencillez, dejando de lado la soberbia y la ley del más fuerte, recordando que nadie tiene más derechos que los desamparados.
“El fariseo es buena persona no roba, ni mata ayuda cuando se da la ocasión y paga cuando tiene que pagar pero no ama, está lleno de su propia santidad, se le nota cuando esta ante Dios y cuando se relaciona con su prójimo, es justo pero con poca fe”, sostuvo.
Añadió que “está orgulloso de sus virtudes y da gracias a Dios por lo bueno que él es, no tiene nada por lo que pedir perdón, mientras que el publicano que es pecador se presenta humildemente ante el Señor”.