Los “sobrevivientes” del humanismo cristiano

Todos entraron con la esperanza de quedarse cuatro años al frente de las distintas secretarías del humanismo cristiano (HC), sin embargo fueron pocos los que lograron sobrevivir a las tempestades que se vivieron en el periodo presidencial 2010-2014, dirigido por el Presidente Porfirio Lobo Sosa.
barco-copiaSorpresas por remociones de ministros que eran considerados “gallos”, allegados o los que ayudaron en la campaña hasta regaños por chatear en pleno Consejo de Ministros y una flatulencia en la sesión, son algunos de los sucesos inolvidables del gobierno saliente en cuanto a los funcionarios.
Sumado también uno que otro “gol” que fue atajado y otro que le metieron por cocina al gobernante y qué decir de los que se cobijaron en el ala de uno de los mandamases para que no los sacaran del poder.
Las quejas estuvieron a la orden del día de parte del mandatario, quien en cada Consejo de Ministros se “desgalillaba” porque sus escogidos cumplieran con sus misiones, sin embargo, “la maldita burocracia” como la llamaba Lobo Sosa, le hizo “de chivo los tamales” y no le permitió lograr todo lo que tenía planeado al frente del gobierno.
Se han mantenido en sus puestos, un tanto intocables, al menos 22 funcionarios, entre ellos la designada presidencial, María Antonieta Guillén; de Turismo, Nelly Jerez; de Defensa, Marlon Pascua; Desarrollo Social, Hilda Hernández; de Etnias, Luis Green; de Derechos Humanos, Ana Pineda; de Interior y Población, Áfrico Madrid; de Agricultura, Jacobo Regalado; de ICF, José Trinidad Suazo; del Seguro Social, Mario Zelaya; del Instituto de la Mujer, María Antonia Boto.
Del Instituto de Estadística, Ramón Espinoza; del Instituto de la Propiedad, Hugo Vásquez; del Programa de Desarrollo Social, Mario Pineda; del Servicio Nacional Autónomo, Danilo Alvarado; de Banco Nacional de Desarrollo Agrícola, Johnny Handal; del Banco Central, María Elena Mondragón; de Comisión de Contingencias, Lisandro Rosales, entre otros.
Los que más “fijo” tenían su trabajo eran los funcionarios de los otros partidos, puesto que Lobo Sosa armó un gobierno de integración, con el que se mantuvo hasta el final.
Hace algunos días Lobo Sosa fue consultado quiénes (ministros) le fallaron a lo que se limitó a decir “hay algunos que se perdieron…”.

CAMBIOS

Con o sin explicación, los sobres blancos comenzaron a llegar desde el primer año de gobierno, lo que convirtió al HC en inestable ministerialmente. Para el caso en el 2010, los primeros en salir fueron las ministras directoras del Patronato Nacional de la Infancia (Pani), Abelly Lozano, Gladis Suyapa Sánchez, y quedó en el cargo, Juan Carlos Díaz, quien fue sustituido en el 2012 por Maritza Alvarado, convirtiéndose así en una de las instituciones con más cambios.
En ese mismo año fue removido de la Secretaría de Industria y Comercio Óscar Escalante, luego de un escándalo que se produjo a raíz de que permitió que un grupo de empresarios le acondicionara un lujoso despacho. Fue sustituido por Francisco Zelaya, quien después lo separaron en el 2011, junto a su viceministro Juan Ángel Artica, por haber autorizado una masiva importación de arroz en plena temporada de cosecha en el país y nombrado en su lugar a Adonis Lavaire.
El 12 de septiembre del 2011, Lobo Sosa determinó cambiar a Suyapa Núñez del Instituto de la Niñez y la Familia (Ihnfa), que fue intervenido y después nombrado a Felipe Morales como director.
Sin embargo, uno de los cambios más sorpresivos fue el de Mario Canahuati en Relaciones Exteriores, puesto que se consideraba, era un funcionario de suma confianza.
En su lugar fue colocado Arturo Corrales, quien dirigía la Secretaría de Planificación y Cooperación Externa, institución que pasó a ser dirigida por Julio Raudales.
Otro cambio “emblemático”, fue el de Óscar Álvarez, quien estaba al frente del Ministerio de Seguridad, cuya inconformidad por la determinación quedó evidenciada, y nunca se informó con certeza, cuáles fueron las verdaderas causas de la destitución.
A raíz del cambio, Álvarez en una conferencia de prensa evidentemente desconcertado declaró, “yo lo dije antes: es más fácil que me vaya yo de la Secretaría, a que se vaya un policía corrupto”, refiriéndose a la depuración policial y en cuanto a la criminalidad se justificó diciendo, “no logré el objetivo de depurar la Policía, por falta de apoyo económico”.
En su lugar fue nombrado Pompeyo Bonilla, quien prometió que en un año se verían resultados, pero que antes de cumplir ese periodo fue destituido y sustituido por Corrales, quien fue sacado de Cancillería para hacerse cargo de la seguridad de Honduras.
En ese año también separó de sus cargos a Nasry “Tito” Asfura, quien fue sustituido por Edgardo Martínez al frente del Fondo Hondureño de Inversión Social, este dejó el cargo a mediados del 2013 para lanzarse como diputado por el departamento de Comayagua y fue sustituido por Roberto Zablah.
Cambió además a Oswaldo Guillén de la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI), un hombre cercano al alcalde capitalino Ricardo Álvarez. En ese puesto fue nombrado Enrique Castellón, quien renunció luego de la intervención de esa institución, por lo que fue nombrado Mario López Stainer y este a raíz de un problema cardiaco dejó la empresa recaudadora de impuestos, y ahora el puesto lo ocupa la primera funcionaria del gobierno del presidente electo, Juan Orlando Hernández, Miriam Guzmán.

BARRIDA

Miriam Guzmán es una de las últimas juramentadas, a petición del Presidente electo.
Miriam Guzmán es una de las últimas juramentadas, a petición del Presidente electo.

El 2012 fue el año con la mayor “barrida” de funcionarios, Joaquín Munguía de la Empresa de Correos de Honduras (Honducor), quien al sol de hoy se continúa preguntando por qué lo cortaron.
William Chong Wong, quien renunció de Finanzas sin aclarar las causas reales de su salida, la que se produjo luego de que el Presidente hiciera calificativos como “es un duro como un caparazón de tortuga”, pero días después se convirtió en uno de los asesores económicos del HC.
También fue separado el tesorero general de la República, donde fue nombrada Maritza Alvarado.
Un “bombazo” también resultó la separación de Roberto Martínez Lozano, al frente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), luego que este no lograra concretar la compra de 100 megavatios de energía con una empresa tailandesa, de la cual se supo después que era de maletín. El sustituto fue Emil Hawit, quien aún permanece en el cargo.
Aunque a lo largo de los gobiernos, Educación ha sido un ministerio en el cual se cambian ministros como calcetines, este gobierno solo practicó un movimiento. Las presiones magisteriales lograron que Lobo Sosa sacara a Alejandro Ventura, expresidente del Primer Colegio Magisterial de Honduras (Pricphma) y un hombre que aportó mucho en la campaña del gobernante.
En su puesto fue colocado Marlon Escoto, de quien en un inicio hubo críticas, debido a su ideología, pero que se ha convertido en uno de los mejores funcionarios a raíz del orden que ha logrado imponer en el sector.
Entre tanto Miguel Pastor renunció de la Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Soptravi), para convertirse en precandidato presidencial, en su lugar fue nombrado Miguel Ángel Gámez, un hombre conflictivo, que a mediados del 2013 renunció para correr por una diputación, pero no salió electo, en su lugar fue nombrado Adolfo Raquel Quan.
En Finanzas fue sustituido Héctor “Tito” Guillén luego de un escándalo en el que se denunciaron pago de coimas y el hallazgo de un millón de lempiras a la esposa del ahora diputado, que no supo justificar. Actualmente el cargo lo ocupa Wilfredo Cerrato.
Otra sorpresa fue la de Salud, Arturo Bendaña, un amigo de la familia presidencial, de pronto inició a ser criticado por el mandatario, al punto de decir “se necesita un Escoto para Salud”.
En el cargo fue nombrada la Roxana Araujo, recomendación de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos, pero fue removida para colocar una comisión interventora, para después ser nombrado como titular de la misma Salvador Pineda.
Entre los cambios del 2013, figuran aquellos que tuvieron que renunciar a su cargo porque participarían en política, entre ellos el Instituto de la Juventud, Olga Alvarado, en sustitución de Marco Midence; Jorge Bográn, sucediendo a Felícito Ávila; Neptaly Medina del Instituto Nacional Agrario (INA), en reemplazo de César Ham, quien era el “ministro fijo” del HC.
Y el último fue el de la directora del Programa de Asignación Familiar (Praf), María Elena Zepeda, quien según trascendió no se quiso acoplar a las políticas del nuevo gobierno electo. (Por Nelly J. Amador)

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