“Lluvia” de currículos y recomendaciones

Con todo el entusiasmo de un auténtico nacionalista, don Martín García subió a buena mañana hasta el parque La Leona, en el sector norte del casco histórico de la capital, para acompañar los festejos del 112 aniversario de su partido.

Ante la difícil situación que están pasando, los activistas nacionalistas exigieron al gobierno una oportunidad de empleo.
Ante la difícil situación que están pasando, los activistas nacionalistas exigieron al gobierno una oportunidad de empleo.

Don Martín llevaba consigo una carpeta con varias recomendaciones y currículos para que se las firmaran los principales líderes que se darían cita, con seguridad, a las efemérides de ese instituto político fundado en 1902 por el expresidente de Honduras, el general Manuel Bonilla.

Como él, decenas de dirigentes y activistas con sus currículos en mano llegaron también para lograr una firma de las máximas autoridades que les permita aplicar a un trabajo dentro de la presente administración que recién inició.

Era una mañana fresca y el parque lucía espléndido con una vista escénica envidiable de una buena parte de la capital. También parecía el momento y el lugar oportuno para que activistas como don Martín pudieran abordar a los principales políticos nacionalistas considerando que a muchos de ellos no los volvieron a ver desde la campaña electoral y, además, ha pasado un mes de la asunción presidencial y persiste la incertidumbre de una oportunidad de trabajo en el gobierno.

Uno tras de otro, los principales líderes iban llegando al sitio, comenzando por el Presidente de la República, Juan Orlando Hernández; el titular del Congreso Nacional, Mauricio Oliva y los designados presidenciales Rossana Guevara y Ricardo Álvarez. Junto a ellos estaba también el resto de la cadena de mando del partido, encabezada por su presidenta Gladis Aurora López, ministros y diputados.

Sin otra alternativa, “Toño” Rivera encaró una barra de activistas con una enorme sonrisa dejando al descubierto los chocoyos que presume.
Sin otra alternativa, “Toño” Rivera encaró una barra de activistas con una enorme sonrisa dejando al descubierto los chocoyos que presume.

Sentado en una banca de frente a la estatua del general Bonilla –homenajeado con arreglos florales en cada aniversario–, don Martín escuchó todos los discursos alusivos sin ningún sobresalto excepto cuando el maestro de ceremonia gritón torturaba los tímpanos de los convidados con sus recurrentes “viva el Partido Nacional”.

También le llamó la atención cuando el mandatario, intuyendo a lo mejor lo que vendría después de los actos, pidió a los nacionalistas desempleados una tregua, “mientras nos acomodamos”, al tiempo que prometió atender cada mes a los dirigentes de base.

AVALANCHA AZUL

Pero esa tregua se rompió en el instante que el maestro de ceremonia dio por clausurado el evento. Como impulsados por un resorte, simultáneamente los activistas se lanzaron en busca de las ansiadas firmas.

Los ministros y diputados presentes reaccionaron desconcertados ante la lluvia de cartas revoloteando frente a sus rostros, acompañados de reclamos, muchos pasados de tono: “dame una firma”, “hey, vos, ya no te acordás de nosotros, te ayudamos en la campaña”, “queremos trabajo”, “mientras los liberales y los de Libre están bien, nosotros estamos fregados”.

El ministro de la Presidencia, Reynaldo Sánchez, fue el más asediado por los seguidores “azules” que buscan una recomendación de empleo.
El ministro de la Presidencia, Reynaldo Sánchez, fue el más asediado por los seguidores “azules” que buscan una recomendación de empleo.

Y así por el estilo transcurrieron los reclamos. Era una locura. Ni don Martín se imaginaba que tendría tanta competencia y por eso abandonó la banca y comenzó a romper los anillos humanos que rodeaban a cada funcionario.

Entre los más perseguidos estaba Reynaldo Sánchez (Ministro de la Presidencia), cuyos “guaruras” se vieron en apuros para contener a tantos activistas. El acoso era paso a paso. Firmando cada carta que se le presentaba, el funcionario tardó más de media hora en llegar a su vehículo en un trayecto que no pasaba de los 50 metros.

Otro que se vio en los mismos apuros, en otra esquina del famoso parque, fue el flamante director del Instituto Hondureño de Formación Profesional (Infop), Juan Diego Zelaya, quien con su famoso programa de “Yes we can” ha levantado enormes expectativas entre la población y los nacionalistas saben que esa institución ha sido “nido” de chambas.

Zelaya escapó momentáneamente del asedio de sus “fans” refugiándose en una larga entrevista de un canal de televisión que transmitía en vivo la efeméride nacionalista. Ahí fue a parar también, la mismísima presidenta del CCPN no sin antes haber sorteado, lápiz en mano, decenas de recomendaciones.

Lápiz en mano, el flamante director del Infop, Juan Diego Zelaya, escapa momentáneamente de sus “fans” dando una entrevista a un canal de televisión.
Lápiz en mano, el flamante director del Infop, Juan Diego Zelaya, escapa momentáneamente de sus “fans” dando una entrevista a un canal de televisión.

En cambio, el diputado más votado en las elecciones pasadas, Óscar Álvarez, fue arrinconado a la par de la estatua del general Bonilla ante la mirada atónita de Los Cobras que lo resguardaban. Respiró un poco más tranquilo cuando un periodista lo entrevistó un par de minutos aunque sus seguidores le respiraban al oído.

Momentos de asedio vivió también el exartillero del Olimpia y la selección nacional, el ahora congresista Wilmer Velásquez, quien tuvo que sacar su lápiz pero no para firmar autógrafos, como lo hacía con la fanaticada olimpista, sino para los activistas que esperan les dé una oportunidad en la Comisión Nacional Pro instalaciones Deportivas (Conapid) de la que ahora es su presidente.

¡No huyas cobarde!

Ningún funcionario o diputado presente salió invicto, excepto los que lograron esquivar subrepticiamente aquel ejército de desempleados, aprovechando que los activistas se volcaban hacía los políticos más influyentes.

Así se marchó el cuatro veces diputado por El Paraíso, Celín Discua, a quien los dirigentes le gritaban en son de bromas la famosa frase “no huyas, cobarde”, mientras que el popular diputado y vicepresidente de la Cámara Legislativa, “Toño” Rivera, quiso hacer lo mismo pero fue interceptado por una barra a la que encaró, sin más alternativa, con una enorme sonrisa dejando al descubierto los “chocoyos”, de los cuales presume.

Con mucho esfuerzo, don Martín García consiguió varias firmas para sus recomendados.
Con mucho esfuerzo, don Martín García consiguió varias firmas para sus recomendados.

El congresista firmó recomendaciones a más no poder y así lo hicieron todos sus compañeros. El gran ausente del evento fue el alcalde capitalino Nasry “Tito” Asfura, pero los dirigentes aseguraron que se la cobrarán en otra oportunidad.

Cuando casi todo mundo se había marchado, don Martín revisaba las recomendaciones sentado en la misma banca donde se acomodó al inicio. “Gracias a Dios que pude conseguir las firmas que buscaba. Soy coordinador de barrio y tengo que responder por mucha gente”, dijo mientras se fijaba en la rúbrica de Sánchez y Álvarez. (EG)

Por: Eris Gallegos