Tegucigalpa, (ACAN-EFE).– Miles de hondureños concurrieron hoy a los templos católicos para participar en las misas del Miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma.
Uno de los templos que más feligreses recibió fue la catedral de Tegucigalpa, donde el vicario Carlos Rubio hizo un llamamiento a los feligreses a la «humildad» y la «solidaridad».
El religioso dijo que el inicio de la Cuaresma «es un signo de humildad, de la fragilidad humana y de la caducidad de la vida», y que el Miércoles de Ceniza es un momento oportuno para que el ser humano diga «no al pecado, sí al amor y sí a la gracia de Dios».
También señaló que el Miércoles de Ceniza es tiempo para la oración, el ayuno y la limosna, y que el ser humano debe transformarse y revestirse siempre «del amor de Dios».
En San Pedro Sula (norte), la segunda ciudad más importante del país centroamericano, el obispo auxiliar, Rómulo Emiliani, expresó que la Cuaresma es la preparación para celebrar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Añadió que los cristianos en todo tiempo deben hacerse un examen de conciencia sobre su vida y su relación con Dios, y que la Cuaresma también debe servir para la reflexión, el arrepentimiento y la purificación.
La Cuaresma es una ocasión especial en la que «reflexionamos sobre el amor misericordioso de Dios, un amor que no tiene límites, que nos transforma en personas nuevas», subrayó Emiliani.
En Honduras, país con 8,5 millones de habitantes, la mayoría son católicos. ACAN-EFE