Cuatro hombres perdieron la vida violentamente, y sus cuerpos sin vida, quedaron tendidos en una calle conducente hacia una hacienda.
La escena tuvo lugar frente a la colonia Villas Paraíso de San Pedro Sula, zona norte de Honduras, y los fallecidos presentaban varias perforaciones de bala.
Las víctimas portaban documentación, y según la misma era un guatemalteco, un mexicano, un beliceño y un hondureño.
Respondían a los nombres de Miguel Torres Jiménez (mexicano), quien junto al beliceño, Mario Roberto Cocom, ingresaron al territorio hondureño, vía aérea por la terminal internacional, Ramón Villeda Morales, el 2 y el 5 de marzo, respectivamente.
Los otros dos, no fueron identificados, y sus cuerpos estaban tatuados, sin alusión a pandillas en particular, y al parecer se trató de un negocio de drogas con mal fin.