La Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) detuvo este sábado a dos supuestos extorsionadores, que operaban en varios sectores “clave” del comercio y transporte en Tegucigalpa y Comayagüela.
La acción se dio en seguimiento a denuncias de ciudadanos afectados por la cantidad de amenazas, extorsiones y delincuencia en la capital, por lo que agentes de esta unidad especial realizaron un operativo sorpresa en diferentes sectores.
A los dos sujetos, identificados como Alex Leonel Hernández (34) y José Raúl Flores Contreras (34), se les presume miembros de una de las diferentes bandas que operan en colonias como la Nueva Suyapa y alrededores, La Granja, La Primavera, Villa Adela, La Bolsa, entre otras.
En ese sentido, el primer capturado fue Hernández, en la colonia Nueva Suyapa, en Tegucigalpa, a quien se le decomisó la cantidad de siete mil 500 lempiras que habría obtenido producto de extorsiones, informaron los agentes policiales.
Según las investigaciones, Hernández sería uno de los integrantes de la banda criminal «Los Puchos», dedicada a cobrar extorsiones a los conductores y dueños de taxis y mototaxis que operan en ese sector de la capital.
En esta zona además se han reportado varios conductores muertos, incluso unidades de transporte quemadas por delincuentes, como represalia por negarse a pagar la extorsión.
Posteriormente, en la jornada de operativos de la Fuerza Nacional Antiextorsión, se aprehendió a Flores Contreras, en el barrio La Granja de en Comayagüela, por suponerlo responsable del delito de extorsión y a quien se le incautaron cinco mil lempiras que llevaba en su bolsillo, producto de un cobro reciente a sus víctimas.
Flores Contreras, con antecedentes penales por el delito de robo agravado y denuncia en curso por estafa, también es miembro de una banda que se dedica a cobrar extorsiones a los propietarios de casas de repuestos, autolotes, “yonker”, hoteles, hospedajes y terminales de buses interurbanos, ubicados en varias zonas de Comayagüela.
Incluso, el detenido pedía a los negocios pequeños que cada semana le tuvieran listos 10,000 mil lempiras en efectivo y lo mínimo que aceptaba a mediados de la semana eran cinco mil lempiras, ya que bajo amenazas a muerte de familiares presionaba para que la extorsión estuviera al día, según investigaciones policiales.
Los dos sospechosos del delito de extorsión (impuesto de guerra) que se les imputa, fueron puestos a la orden del Ministerio Público (MP), ente encargado de que se les instruya el proceso judicial. De lograr la acreditación del caso, ambos sujetos serían penalizados con una condena de 15 a 20 años de prisión.