La capital se queda “seca”

El drama que enfrentan los capitalinos por la falta de agua cada día se agudiza y muchas familias tienen que decidir si compran una medida de frijoles para alimentarse o un barril del vital líquido para calmar la sed.

Las represas de la capital ya son insuficientes para poder abastecer de agua a cerca de 1.2 millones de habitantes.
Las represas de la capital ya son insuficientes para poder abastecer de agua a cerca de 1.2 millones de habitantes.

La falta de agua impacta más fuerte en los habitantes de los barrios y colonias denominados marginales, pero en muchas sectores de clase media y alta también se escuchan quejas porque el servicio les llega racionado.

Con el paso del huracán Mitch, en 1998, cientos de familias que resultaron afectadas emigraron hacia la periferia de la ciudad donde comenzaron a invadir predios municipales y privados.

Este hecho, sumado a la migración del campo a la ciudad, contribuyó al surgimiento de números asentamientos con múltiples necesidades.

20 AÑOS DE SEQUÍA

En la colonia Unidad y Fuerza, situada en uno de los puntos más altos al norte de Comayagüela, habita doña Gladys Cruz, quien asegura que ya no soporta la sequía en la que ha estado sumida por más de 20 años.

Apenas inicia la temporada seca en la capital, la represa La Concepción, considerada la más importante, ya está en el 59 por ciento de su capacidad.
Apenas inicia la temporada seca en la capital, la represa La Concepción, considerada la más importante, ya está en el 59 por ciento de su capacidad.

Su casa es de madera y le fue donada por una misión de norteamericanos; ahí habitan unas 10 personas, la mayoría niños, y la disyuntiva diaria es decidir si compran agua o comida.

“Compramos cinco barriles de agua a la semana, en algunos carros la venden a 25 lempiras y en otros a 30, más el botellón de agua purificada para que los niños no se enfermen, que cuesta 35 lempiras”, expresa doña Gladys, quien compra el agua a carros cisternas que hacen su buen negocio.

Son alrededor de 150 lempiras semanales los que gasta su familia para poder tener el vital líquido, pero gracias a la tormenta de la semana pasada, logró recolectar un poco de agua lluvia, que a pesar que estaba amarillenta, le sirve para algunos quehaceres de la casa y ahorrarse unos lempiras.

CRISIS EN LA CAPITAL

El mayor problema por falta de agua se concentra en Tegucigalpa y Comayagüela, cuyos habitantes reciben el servicio de agua potable y saneamiento por la División Metropolitana del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), desde 1961.

En las zonas más pobres de la capital, la gente tiene que comprar el vital líquido a precios elevados.
En las zonas más pobres de la capital, la gente tiene que comprar el vital líquido a precios elevados.

Para cumplir con la demanda, el SANAA dispone de siete fuentes principales, como las represas Los Laureles y La Concepción, los afluentes superficiales de El Picacho, Sabacuante/Miraflores, El Hatillo, El Chimbo y varios pozos.

Según estudios de expertos contratados por organismos de cooperación internacional, la población de la capital tiene un incremento vegetativo del 1.78 por ciento anual, es decir que dentro de 25 años los habitantes de la capital serán unos 2.5 millones y la demanda de agua será más del doble de la actual.

Ante estos pronósticos, el gerente de la División Metropolitana del SANAA, Carlos Hernández, explica que la capital ha crecido considerablemente, pero la infraestructura para la captación de agua no se ha ido desarrollando. La última obra en este rubro data de inicios de los años 90, cuando se construyó el embalse La Concepción, y unos 20 años atrás se creó Los Laureles.

No obstante, 10 años después de que se edificó La Concepción, se necesitaba edificar otra represa, y en el año 2010 una más, por lo cual ahora urgen dos nuevos embalses para poder abastecer el 100 por ciento de la ciudad.

Hernández destaca que se han hecho unas mejoras, como la instalación de una cortina inflable en Los Laureles y la elevación de la cortina de La Concepción, que permite la captación de unos seis millones de metros cúbicos más de agua. También es prioritaria la reparación de fugas, pero aún así se pierden millones del líquido por ese problema.

A pesar de los esfuerzos, a medida pasa el tiempo, la ciudad se va quedando “seca”, ya que en este momento el SANAA no puede dar agua a diario. En la mayoría de colonias capitalinas se suministra el líquido vital un día de por medio, por horas y en otros lugares el agua llega a la semana, cada 15 días o una vez al mes.

ABASTECIMIENTO LIMITADO

Quienes pueden, prefieren comprar el botellón de agua purificada para no enfermarse.
Quienes pueden, prefieren comprar el botellón de agua purificada para no enfermarse.

La máxima cantidad de agua que puede producir el SANAA diariamente son 3,200 metros cúbicos por segundo, pero se necesitan más de 4,000 para cubrir la demanda, porque cuando las fuentes están en condiciones óptimas se cubre el 75 por ciento.

En la temporada seca, es decir, en los meses de febrero, marzo, abril, y primeros días de mayo, solo se logra abastecer entre el 50 y 60 por ciento, debido a que el abastecimiento es limitado, mostrando un desfase de 20 años.

“Eso no quiere decir que la otra mitad se queda sin agua, sino que estamos obligados a hacer una distribución más drástica a la población, porque son 48 millones de metros cúbicos los que quedan embalsados en invierno, pero no ajustan”, explica el ingeniero Hernández.

Actualmente, la cantidad de agua para la capital solo es de 28 millones de metros cúbicos, lo que indica que en este momento solo se cuenta con el 59 por ciento de la capacidad, pese a que faltan los meses más críticos.

“Pero en invierno se perdió agua, que si tuviéramos otra represa no estaríamos pasando por estos problemas”, lamenta el entrevistado.

A la falta de agua se suma el clima inestable. La Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) ya le pronosticó al SANAA que en mayo iniciará el invierno, pero con poca duración, y luego se extenderá la canícula y volverá a llover a final del año.

En consecuencia, reflexiona Hernández, “tenemos que cuidar esa reserva de agua y cada mes tenemos que hacer reajustes en los horarios de servicio para que ajuste el agua para todos y por el tiempo necesario”.

AUMENTAN RACIONAMIENTOS

Doña Gladys Cruz muchas veces deja de comprar comida para tener seguro el “pisto” del barril de agua, debido a que donde vive no hay servicio del SANAA.
Doña Gladys Cruz muchas veces deja de comprar comida para tener seguro el “pisto” del barril de agua, debido a que donde vive no hay servicio del SANAA.

En este momento los racionamientos de agua se van incrementando de a poco, ya que en algunas colonias la misma se distribuye entre 12 y 14 horas, día de por medio; unos la reciben por la noche y otros cada día, pero nadie 24 horas.

Respecto a las zonas que reciben agua una vez a la semana o cada 15 días, explicó que “debido a que la ciudad ha crecido desordenadamente, en la periferia hay cientos de colonias que no tienen la infraestructura ni el presupuesto necesario para que el SANAA supla sus necesidades”.

Para no decirles que no, asegura Hernández, se les pide que conformen una junta de agua y el SANAA también les manda el líquido entre 12 a 14 horas, día de por medio, al medidor que tienen en la colonia, como cualquier cliente y después internamente la junta de agua hace otra distribución por sector.

En la capital actualmente existen unas 300 juntas de agua, pero solo 160 tienen agua potable y las otras buscan otras alternativas, mientras que los abonados del SANAA en la capital solo llegan a los 120 mil.

Si sigue creciendo la población y no hay un proyecto nuevo, en los próximos años la situación va a ser crítica, por lo cual es urgente la construcción aunque sea de una represa para poder captar agua, advierte Hernández. (Por: Yony Bustillo)

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INFRAESTRUCTURA
Urgen $500 millones para dos represas
El expresidente de la Comisión de Agua de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), Eliseo Castro, informó que para solucionar el problema del agua en la capital se necesitan alrededor de 500 millones de dólares, que es el costo de la construcción de dos represas.

“Según estudios que analizamos con las autoridades del SANAA, en la capital se requieren dos nuevos embalses que serían Guacerique II y Río del Hombre, pero los dos proyectos alcanzan la suma de 500 millones de dólares”, destacó Castro.

Indicó que los estudios se han hecho y aunque la alcaldía anterior trató de impulsar ese proyecto, no hubo voluntad del gobierno central para buscar la forma de conseguir los fondos y evitar el sufrimiento de los ciudadanos por el vital líquido.

“Hasta el momento no he visto el interés de ninguna institución para buscar el financiamiento para la construcción, aunque sea de Guacerrique II, que son unos 280 millones de dólares”, señaló.

Consideró que son tres opciones las que existen para ir paliando la problemática, una es que el gobierno tenga los recursos para desarrollar los proyectos, la segunda es buscar financiamiento internacional y en última instancia gestionar una Alianza Público Privada (APP).

Pero la APP tiene que efectuarse mediante un acuerdo que no implique privatizar el vital líquido y que se maneje entre los parámetros de una facturación barata, teniendo el control el SANAA, o si se municipaliza el servicio que sea manejado por la alcaldía.

ESTADÍSTICAS
27.6% de población urbana habita en Distrito Central
La última Encuesta de Hogares del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) demuestra que en el municipio del Distrito Central (DC) se concentra el mayor número de población a nivel nacional.

Se estima que el total de habitantes de Honduras es de 8,535,692, de los cuales 4,099,703, es decir el 48 por ciento, son hombres y 4,435,988 son mujeres, quienes representan el 52 por ciento.

La población urbana es de 3,986,354 habitantes, y de esta, el Distrito Central concentra aproximadamente el 27.6 por ciento, es decir, 1,101,942 habitantes, mientras que San Pedro Sula está en segundo lugar con 676,959 habitantes que representan el 17 por ciento.

En relación al acceso de agua, se estima que el 13.3 por ciento de las viviendas en Honduras carecen de un servicio adecuado, mientras que en el área urbana, el 96.7 por ciento de las viviendas son abastecidas, pero el 38.2 por ciento está suscrito a un servicio privado colectivo.

Para el caso, en San Pedro Sula el 97.2 por ciento de las viviendas pagan por el agua a un ente privado. Cabe destacar que esta categoría incluye a las empresas privadas, las juntas de agua y patronatos que funcionan como entes administrativos del servicio en las comunidades rurales.