NIÑOS VÍCTIMAS Y COMUNIDAD INTERNACIONAL

arquero33PORQUE va al meollo de la delicada situación que al país aflige, sin que la comunidad internacional preste la suficiente atención que la gravedad del problema demanda, reproducimos el llamado que hace la embajadora de Honduras al Consejo Seguridad de las Naciones Unidas -en un debate abierto sobre los niños en conflictos armados- a estudiar la situación de violencia en la niñez en los países afectados por el crimen organizado y las pandillas: “Centroamérica no ha sido ajena a los infortunios de los conflictos armados que convulsionaron la región en los años 80. Desde entonces, los modestos avances para alcanzar la paz y seguridad a través de la democracia y la inversión social, con miras al desarrollo, si bien son logros contundentes, no se equiparan a la magnitud de las nuevas amenazas que enfrentamos”. “Inevitable, que naciones de muy limitados recursos, con tanta necesidad desatendida, en situaciones precarias que tientan a los desubicados para desviarse por los atajos fáciles, los niños sean las primeras víctimas del desequilibrio”.

“No se trata, entonces, de un problema solo de inseguridad, sino además de escudriñar en las causas sociales y económicas que la provocan, agravadas por la vulnerabilidad de un territorio fácilmente utilizado como puente del tráfico de sustancias ilícitas y personas, donde el arsenal de armas clandestinas conspira contra la paz. Es un coctel de circunstancias nocivas de explosivo resultado”. “Esa violencia arrastra un buen número de estos menores de edad, sujetos a toda clase de abusos”. “Si bien es cierto estas situaciones no encajan en los casos específicos de conflicto armado, y no conforman los listados que el Secretario General pueda elevar ante el Consejo, consideramos que son igualmente trágicos como relevantes”. “Urge estudiar más a fondo y de manera prioritaria el fenómeno. Para ello hacemos el más respetuoso pero a la vez enérgico llamado, a la Organización, a prestar la atención debida”.

“De la misma manera en que acogió con vehemencia la problemática de los niños soldados, procure las iniciativas y mecanismos y recomendaciones necesarios para proteger, en nuestra región, a nuestros menores atrapados en conflictos igualmente acongojantes”. “Cada una de ellas es una historia conmovedora cuyo angustioso rumor y la impotencia de contenerlo, rebasa nuestra capacidad interna, mientras con cifras de terror, trasciende nuestras fronteras nacionales. En su conjunto amenazan la paz y seguridad internacional”. “Si bien mi país hace titánicos esfuerzos por equiparar su defensa a la creciente infraestructura del crimen organizado y de los grupos delictivos, y hemos empezado, más por esfuerzo propio que con la asistencia obtenida, a revertir esta perniciosa tendencia, los niveles de inseguridad continúan siendo inaceptables”. “El furor de la violencia arrolla a cientos de niños y niñas, bien como víctimas o como victimarios. No importa con qué terminología deseen asociarlos, simple y sencillamente, son víctimas y una expectativa de futuro para el país que dolorosamente se pierde”. “Hay guerras más benévolas, en términos de la cantidad de vidas que arrancan, comparadas a esta violencia que consume a nuestras sociedades”. “El daño que a nosotros nos ocasiona este flagelo no se mide necesariamente por la droga que asimilan los mercados, sino por el espanto y el dolor que provoca tanta muerte”.

“Abominable es el uso irrestricto de menores reclutados a través de las maras para servir como mulas en actividades delictivas como la extorsión, y en el peor de los casos convertirlos en sicarios”. “Más allá de la desintegración familiar y la exclusión económica que los vuelve presas fáciles del crimen organizado en la imposibilidad de negarse o escapar una vez identificados o reclutados”. “Bajo esta premisa, mi delegación considera que la situación de los jóvenes y niños sujetos a ambientes sociales de violencia, inseguridad y vulnerabilidad extrema, debe ser analizada en un escenario más amplio que no solo incluya a los niños soldados o utilizados en los conflictos enmarcados en el concepto clásico de un escenario de guerra entre estados o de confrontación civil al interno de un país, añadiendo otra dimensión al esfuerzo global desplegado por protegerlos, y brindarles la seguridad y oportunidades que merecen”.

“No más que una respetuosa excitativa. Elevada a la sensibilidad de este Consejo de Seguridad y a la comunidad internacional, para que se tomen las providencias que dicte la conciencia”.