Una banda de jóvenes secuestradores fue desarticulada ayer mientras mantenían raptado a un ingeniero civil en un exclusivo apartamento de la colonia San Miguel de Tegucigalpa, por el cual exigían una fuerte cantidad de dinero a cambio de no hacerle daño o quitarle la vida.
El operativo de liberación comenzó a eso de las 10:30 de la noche del lunes anterior, minutos después de que cuatro personas fuertemente armadas bajaron de su vehículo a un joven profesional de Ingeniería Civil, cuando se conducía en su automóvil y regresaba de jugar fútbol.
El ingeniero liberado es Carlos Roberto Espinal Ordóñez, con una posición muy importante en la sociedad hondureña, relató el director de la DNIC, Leandro Osorio.
Según las investigaciones policiales y militares, el ingeniero fue interceptado por los secuestradores cuando se dirigía a visitar a una persona y en el trayecto le atravesaron un automóvil, bajándose del mismo cuatro hombres fuertemente armados, quienes se lo llevaron a la fuerza con rumbo hasta ayer desconocido, especificó el titular de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC).
El secuestro se practicó a inmediaciones del anillo periférico, específicamente en el acceso a la colonia 13 de Julio, minutos después de que acababa de salir de jugar fútbol, en una pequeña cancha deportiva.
RÁPIDA RESPUESTA
Luego de raptarlo los criminales pidieron una “fuerte cantidad de dinero, pero gracias a Dios el día de hoy lo hemos liberado”, repitió el titular de la DNIC, Leandro Osorio.
En menos de 15 horas, los delincuentes fueron ubicados por inteligencia militar y agentes de la DNIC.
Tras localizarlo y estar seguros de su ubicación, los agentes militares y policiales allanaron una vivienda en la colonia San Miguel de Tegucigalpa, en la que los propietarios rentan varios apartamentos.
Al entrar a la casa y en la primera planta, los elementos del orden encontraron amarrado al ingeniero, quien era cuidado por una joven de 17 años.
Aparentemente la muchacha estaba haciéndole almuerzo al profesional, cuando le cayó la Policía y militares.
Dentro del apartamento y sobre una estufa eléctrica los policías encontraron una hoya conteniendo carne molida y papas.
UN SECUESTRADOR INVÁLIDO
Simultáneamente en otros puntos de la misma colonia, los agentes daban captura a los demás integrantes de dicha banda, dedicada al secuestro “express”.
Los secuestradores son John Paul Ordóñez Lagos (20), Hansel Frank Lanza Morán (32), Bryan Rolando Fletes Ochoa y tres menores de edad, entre ellas dos mujeres con edades entre los 16 a 17 años.
Entre los detenidos está Lanza Morán, el cual es incapacitado de sus piernas y según algunos reportes policiales podría ser el “cerebro” de la banda.
Sobre esta hipótesis, Osorio dictaminó que “podría ser, porque esa gente tiene el tiempo y disponibilidad” para pensar en algunas fechorías.
De acuerdo a Leandro Osorio, la liberación del secuestrado se dio gracias al trabajo de inteligencia y a la participación de la ciudadanía, algo que “está ayudando a hacer un frente común contra la delincuencia organizada”.
El oficial dijo que en el apartamento se encontró indumentaria policial y droga, pero al preguntarle si los criminales andaban uniformados como policías cuando ejecutaron el secuestro, el director de la DNIC dictaminó que no.
Según el oficial, la liberación se dio gracias a un trabajo de inteligencia, recolección de información y “cuando se denuncia se dinamizan los procesos, se facilita la investigación y en ese sentido se esclarecen los casos”.
FUERTE CANTIDAD DE DINERO
Ayer las investigaciones seguían, ya que los agentes asignados al caso hacían un vaciado de las llamadas telefónicas, practicada por los raptores y así obtener más información, para dar con los demás miembros de la peligrosa banda.
El comisionado no quiso detallar cuánto dinero pedían los secuestradores a la familia de la víctima, porque eso es “como aumentar el ego a los delincuentes que se dedican a ese ilícito, sin embargo les puedo decir que es una fuerte cantidad de dinero la que exigían”.
Al consultarle si es el primer secuestro que se practica en la capital en este año, Leandro Osorio especificó que “de repente se dan otros, pero lo que pasa es que muchos delincuentes atemorizan a la familia de los secuestrados y ellos aprovechan esa coyuntura para que la Policía no tenga conocimiento de esos ilícitos”.
“Nosotros debemos investigar de oficio, ya que es un delito de orden público”, finalizó diciendo el jerarca policial.