Gracias papá

Por Luis Alonso Maldonado Galeas
General de Brigada ®

Gracias papá:

luis-alonso-maldonadoPor enseñarme a reprimir el llanto en cuestiones de honor, de dignidad y de coraje; pero también a permitirme derramar una lágrima, cuando las cosas son del alma, aún las que provocan sonrisas.

Por enseñarme las dimensión de la libertad, desde las licencias a propósito por mis inocentes travesuras, hasta los actos de mayor responsabilidad, cuando presté mi juramento a la Bandera Nacional.

Por mostrarme el camino con abrojos y abismos que habrá que allanar, para merecer el tránsito por las avenidas que conducen a las grandes realizaciones, posadas en las altas cumbres de lo excelso.

Por mostrarme el poder del conocimiento, cuya adquisición profunda fortalece la independencia; más la sabiduría vuelve al hombre libre.

Por enseñarme la bajeza de la avaricia y la grandeza de la honradez.

Por agacharte con dificultad, para permitirme disfrutar de un paseo a “tuto”; aunque por el peso de los años y el mío, ya no pudieses correr… ni saltar.

Por compartir conmigo el torneo deportivo, el premio de una medalla de bronce y un abrazo sin fin. Por provocar en mí la fantasía de haber ganado una medalla de oro, tan solo con tu presencia y escuchar un “te quiero campeón”.

Por pedir ininterrumpidamente la bendición de Dios, en el encuentro que aproxima la dicha y en la despedida que la aleja.

Por enseñarme a amar la naturaleza, la libertad de las aves en vuelo, a las hojas productoras de oxígeno, a las abejas cual modelo del trabajo, al pingüino cual ejemplo de papá.

Por enseñarme el valor del silencio, de la razón, del pensamiento creativo, de la lectura en soledad, del grito por la justicia, del acompañamiento de la oración.

Por enseñarme a obedecer, aún lo que no comprendía, a controlar el impulso que conllevase a perjuicio, a callar la ofensa y la mentira, a buscar permanentemente la verdad.

Por enseñarme a compartir mi juguete favorito con quienes lo imaginaron, mi pelota con los niños descalzos, mi amistad con quienes se les negase el derecho a sonreír, mi bocado con aquellos que el hambre les ha quitado el habla, mis sueños con quienes han perdido la esperanza.

Gracias Papá:

Por enseñarme la ponzoña de la envidia, las lecciones estimulantes del fracaso, el efecto degradante del pecado, el impacto edificante de la virtud y el poder infalible de la fe.

Gracias papá… por ser mi papá.