Afligidos dos hermanos ciegos porque nunca aprendieron un oficio

Los hermanos Gloria (38) y Raúl Ramírez (28) jamás han visto la luz del día ni el fulgor de las estrellas. A pesar de eso, tienen aspiraciones y una visión clara de su futuro: necesitan aprender un oficio para seguir adelante como personas productivas, pese a su limitación física.

Gloria y Raúl son ciegos. Su hermana Reina se hizo cargo de ellos luego de que su madre falleciera, hace 10 años.
Gloria y Raúl son ciegos. Su hermana Reina se hizo cargo de ellos luego de que su madre falleciera, hace 10 años.

Ambos viven en la comunidad de Comunayaca, en Juticalpa, Olancho. Desde que nacieron, estuvieron al cuidado de su madre, Reina Ramírez. Por desgracia, ella falleció cuando estos eran adolescentes y desde entonces quedaron a cargo de Reina, su hermana mayor, quien hasta la fecha les da protección en una solitaria vivienda, ubicada a la orilla de un río.

“A mí no me enseñaron ninguna cosa para ganarme la vida, pero sería bueno tener una oportunidad para aprender algo”, expresó Raúl, quien considera tener las capacidades necesarias para desempeñarse en alguna actividad que le permita generar ingresos.

TRISTE DEPENDENCIA

A Reina le preocupa que sus hermanos menores no hayan aprendido nunca un oficio, pues su mamá los sobreprotegió desde niños.
A Reina le preocupa que sus hermanos menores no hayan aprendido nunca un oficio, pues su mamá los sobreprotegió desde niños.

Reina contó que mientras sus hermanos crecían, nunca salieron de su comunidad, porque su madre los sobreprotegía y se criaron con un natural temor a valerse por sí mismos.

Con una sonrisa, Raúl recordó que lo único que aprendieron fue a sacar cangrejos del río, pero siempre escuchando las instrucciones de su mamá; ahora que ella ya no está, dejaron de hacerlo.

Al preguntarle si estaría dispuesto a aprender algún oficio que implique salir de su vivienda, Raúl respondió que “con tal se pueda y haya alguien que me ayude, sí lo hago, pero me llevaría a mi hermana, porque sin ella no puedo vivir”.

Por su parte, Gloria manifestó que ella iría a donde vaya Raúl, porque juntos se dan apoyo en sus necesidades cotidianas. “Si él me lleva,yo me voy, pero si mi hermana Reina nos da permiso”, expresó con timidez.

SON MUY TÍMIDOS

A veces, Gloria, Raúl y Reina salen a pasear a las comunidades cercanas, pero la mayor parte del tiempo pasan en casa.
A veces, Gloria, Raúl y Reina salen a pasear a las comunidades cercanas, pero la mayor parte del tiempo pasan en casa.

En la actualidad, ambos hermanos se desenvuelven en un ambiente que les ofrece escasas posibilidades de adquirir conocimientos y capacidades, pues su casa está ubicada en un lugar remoto y ellos solo se atreven a caminar por el corredor.

Preocupada, Reina comentó que “estos cipotes son muy tímidos, pero tienen mucha fortaleza, y no la desarrollaron porque la mamá los crió tímidos”.

“Yo les he enseñado muchas cosas, pero eso no es suficiente. A mí lo que me preocupa es qué va a pasar con ellos cuando yo ya no esté”.

Indicó en algunas ocasiones los lleva a pasear a Juticalpa, y se han sentido bien, pero luego los trae de regreso a casa, donde no pueden tener mayor contacto con otras personas que quizá les podrían enseñar tareas valiosas para su desenvolvimiento.

NO TIENEN DINERO

Los tres hermanos viven en una vivienda de adobe, en la comunidad de Comunayaca, en Juticalpa, Olancho.
Los tres hermanos viven en una vivienda de adobe, en la comunidad de Comunayaca, en Juticalpa, Olancho.

“A mí me gustaría sacarlos a pasear bastante seguido, pero no tenemos dinero para viajar. El papá de ellos es Irene Rodríguez, es una persona que solo pasa trabajando en el monte y casi no sale a las demás comunidades, es por eso que yo me hice cargo de ellos”, detalló.

La noble hermana dice que estaría dispuesta a dejarlos viajar a Tegucigalpa o a otra ciudad donde puedan asistir a un taller para que aprendan un oficio. Sin embargo, agregó que para ello, sería necesario “que haya quién los cuide, porque solo uno, que ha convivido con ellos, les conoce sus necesidades”.

Finalmente, Reina comentó que espera que sea Dios quien les abra a sus hermanos las puertas de un mejor futuro, porque ella conoce en Olancho a otras personas no videntes que tocan instrumentos musicales en las iglesias, otros que son maestros, e incluso quienes tienen cargos en alguna alcaldía. (ECA)