Y los cómplices de la crisis del IHSS?

Por Aldo Romero
Periodista y Catedrático Universitario

aldo-romeroHablar de corrupción en Honduras no es nada nuevo, se trata de un fenómeno histórico pero que en las ultimas tres décadas  alcanzó matices impresionantes de  escándalos públicos, muchos de los cuales trascendieron las fronteras y pusieron al descubierto la fragilidad institucional del país marcada por la debilidad judicial, el tráfico de influencias, el abuso de autoridad y el enriquecimiento ilícito.

En nombre de la corrupción el Estado perdió hasta ahora miles de millones de lempiras y sus habitantes hemos visto limitadas las opciones de desarrollo social y económico.

Pero la  alta incidencia de este flagelo  no solo fue la plataforma para poner  el nombre de Honduras bajo el calificativo de una de las naciones más corruptas del mundo, también puso en riesgo el patrimonio y las finanzas del Estado y en casos como el descalabro del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), la corrupción se lleva de encuentro la salud y la vida de los derechohabientes.

Tras el escándalo de corrupción denunciado en el IHSS y luego de la presentación del informe de más de 150 páginas de una comisión interventora,  surgen muchas interrogantes en torno a la responsabilidad directa de algunos y la complicidad de otros,  en lo que a todas luces es un delito no solo contra el Estado sino contra las personas.

Preocupante es que a medida que transcurren las investigaciones, bastante dilatadas por cierto, nos damos cuenta que en la crisis financiera de esta institución no solo están involucrados empleados y funcionarios, pues es notoria la complicidad de personajes “anónimos” hasta ahora, ligados a la política y los negocios, y que hoy tienen  al borde del colapso el sistema de prestación y servicios medico-hospitalarios.

En derecho, un “cómplice” es una persona que participa o que está asociada a un delito sin haber sido el autor directo del mismo, esto quiere decir que el cómplice coopera y es parte de la ejecución delictiva,  deduzco entonces de este concepto, que en derecho penal, la complicidad es una forma de participación criminal y por tanto debe ser castigada.

Quiénes se favorecieron, interna y externamente de los onerosos contratos firmados por el  IHSS y que hoy lo mantienen con una deuda superior a los 6,000 millones de lempiras? Qué viene ahora que la comisión interventora ha presentado su informe? Quiénes se harán cargo de la administración en esta nueva etapa? De dónde saldrá el dinero para cancelación de deudas? Cuándo el Estado y la empresa privada pagarán  los más de 3,500 millones de lempiras que entre ambos adeudan a la institución y que serían en este momento un soporte fundamental para su recuperación?

Las preguntas podrían seguir y no terminar; lamentablemente las respuestas a estas y otras interrogantes directas son muy vagas y poco convincentes.

Las autoridades políticas, de investigación, policiales y judiciales del país tienen ante sí una enorme responsabilidad para con las instituciones que representan, con ellos mismos y con la nación, de hacer lo que tengan que hacer para castigar a los autores directos e indirectos de este caso.

Por lo pronto, lo que hacemos y generamos opinión publica, tenemos la responsabilidad histórica de no permitir que este nuevo escándalo de corrupción quede solamente en las coberturas de los medios de comunicación y en los archivos de la impunidad.