Que “ahorren”… ¡pero que hagan algo!

Por Boris Zelaya Rubí

BORIS-ZELAYA-NEW3Que roben pero que hagan algo, era la frase repetida por un pueblo resignado ante la impotencia de encontrar los hombres probos para la conducción del Estado. Hace mucho tiempo y a medida que ha crecido la población, esta se da cuenta que no solamente se ganan las elecciones con votos, también se necesita mucho dinero para publicidad, logística, y “persuasivos en metálico”. La mayoría de las obras realizadas por el Estado (dinero del pueblo) cuestan cinco o más veces de lo normal, solamente son confiables, las que se realizan con fondos provenientes de donaciones de aquellos países agradecidos por la cantidad de dinero que gastamos en importar sus productos ¡ellos supervisan directamente los proyectos! Además en ciertos gobiernos, hubo donaciones para fines sociales, que  descaradamente, fueron ingresadas en cuentas personales.

En algunas obras donde se gastó exageradamente, podrían aducir que fue con el propósito de obtener fondos para mantener la democracia, comprando conciencias y eliminando la apatía, lo cual no deja de ser un delito. No está lejano que los ciudadanos gritarán ¡que viva Fidel! ¡Que viva Maduro! ¡Que viva Ortega! Pues entre más miedo se apodere de los dueños del capital, más dinero recibirá “Juan pueblo” por su voto y como dicen ¡del lobo un pelo!

Queremos gobiernos electos por ciudadanos convencidos que los funcionarios trabajarán en beneficio del pueblo y no de grupos. Sería una labor propia del Tribunal Superior Electoral, que en sus ratos de ocio (supervisando elecciones de colegios profesionales y simulacros de elecciones internas), se dedicaran a enseñar a la gente de los pueblos el significado y la importancia de ejercer el sufragio y las consecuencias de no hacerlo, igual deberían hacerlo con los estudiantes de último año en colegios de educación secundaria, quienes se aprestan a votar por primera vez y quitarles de la cabeza aquel pensamiento derrotista, ¡yo no voto porque es para lo mismo!

El abstencionismo mayoritario es una vergüenza, y falta de confianza en los que pueden llegar a gobernar de cualquier partido. Cada pueblo se da el gobierno que merece ¡mentira! es quien menos decide; su resignación e ignorancia es el beneficio de los poderosos dueños de Honduras, que heredan el país de generación en generación.

Ni había calentado el sillón presidencial el actual  mandatario y ya estaban alebrestados algunos en busca del tesoro presidencial para la próxima contienda electoral y uno de ellos, lo más seguro afectado por el “borrón de memoria por senilidad”, quiere volver. Y si se trata de estrategias políticas para desviar la atención, es un error. El pueblo quiere seguridad, salud, educación y empleo lo prometido por Juan sin miedo, con esos ofrecimientos cumplidos aunque sea a medias, se podrá retirar como un verdadero estadista y el mejor Presidente de todos los tiempos.

Desde ya los adversarios del Presidente (“ningún gobierno puede estar seguro largo tiempo sin una formidable oposición”) especulan que se dedicará durante todo su mandato, a enfrentar escándalo tras escándalo, pues cualquier institución gubernamental que “puye” brotará la pus de la corrupción. De ser cierto, tendrían que  construir una moderna penitenciaria (5 estrellas) dirigida como siempre por “los privados de libertad” solo que como estaría plagada de exfuncionarios y políticos de todos los colores, se alternarían la dirección y de repente construyen un motel de primera o algo parecido a un lujoso piso de un hotel que alquiló un exgobernante para saciar su lujuria como gran Pachá. Algunos de los corruptos de “medio pelo” pececitos o sardinas tendrán un “cuartito de amor” como el encontrado recientemente en la Dirección General de Transporte.

Por ahora los fanáticos y fervientes seguidores de “Juan sin miedo” gritan por todos lados que el Presidente es joven y se quedará por tres períodos. En los otros partidos políticos se habla de motivar e impulsar a un par de famosos periodistas.

La obligación del Presidente es despolitizar los entes contralores para evitar las dudas sobre la aplicación de la ley por compadrazgos entre correligionarios y por razones de alta seguridad el Registro Nacional de las Personas incluyendo el Tribunal Supremo Electoral; por cierto que uno de los miembros tenía el deseo de perpetuarse en el cargo y su partido no lo apoyó; su resentimiento lo hizo expresar: ¡Yo sé muchas cosas! sembrando en la mente de la sociedad la duda, como si se tratara del encubrimiento de algo ilegal.

El pueblo guarda la esperanza que los nuevos funcionarios HAGAN ALGO SIN ROBAR y el que se atreva le echaremos una comisión interventora conformada por el sisimite, la sucia y el cadejo. (Por supuesto sin alusión al abogado Leitzelar, doña Vilma Morales y otros, a quienes les guardamos gran admiración y respeto).

De rodillas solo para orar a Dios.