Mareros ultiman a tiros a “cipote” trabajador

A unos días de su cumpleaños, un joven de 17 años murió acribillado ayer, frente a su casa, luego de haber sido perseguido y alcanzado hasta la sala de su vivienda, en la colonia Divanna de Comayagüela.

El joven era sano, se dedicaba a trabajar, pero vivía rodeado de mareros, según conversaban algunos curiosos.
El joven era sano, se dedicaba a trabajar, pero vivía rodeado de mareros, según conversaban algunos curiosos.

El hecho ocurrió a eso de las 11:40 de la mañana, cuando Jefferson Alexander Sánchez,  hermano menor en una familia de cinco hijos, tomó un receso en su jornada de trabajo como ayudante en cisternas de agua que distribuye el Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), para ir a tomarse un refresco cerca del sector en la entrada de la colonia.

Minutos después, salió del lugar donde vendían los refrescos para luego regresar corriendo, porque era perseguido por sujetos desconocidos quienes armados lo sentenciaron a muerte.

En su escape, Sánchez intentó llegar hasta el refugio que podría tener en su casa, en la misma colonia, pero en el recorrido recibió los primeros disparos. Apenas logró entrar al bloque de su sencilla vivienda, ubicada en un empinado sector, en donde ningún vecino se atrevió a dar información ni de lo que escucharon, ni de lo que vieron.

Pero se conoció por otra fuente que la víctima, estando cerca de su casa, fue alcanzado por sicarios que dispararon en siete ocasiones sobre la puerta de metal de la vivienda, con la intención de evitar que entrara a su casa vivo.

El muchacho, aún con la esperanza de salvar su vida, seguía desesperado, caminando herido, pero fue alcanzado por los criminales que le siguieron disparando hasta asegurarse de su muerte.

Las hipótesis preliminares señalan que algunos mareros que operan en el sector lo habrían confundido con alguien a quien habían sentenciado a muerte; la otra, es que el joven, siendo un muchacho trabajador, no había cedido a algunas proposiciones de los grupos delincuenciales, incluso el factor envidia no fue descartado.

Las cifras de Casa Alianza indican que de enero del 2010 a diciembre del 2013 se registraron 3,793 muertes de menores. En lo que va del 2014, las cifras sobrepasan los 100 decesos.