Economía Social de Mercado (ESM): ¿Una opción para Honduras?

(Parte 1/3)

Por Francisco Daniel Zepeda Lázarus (PhD.)

FRANCISCO-ZEPEDA-HIJOLa Economía Social de Mercado (ESM) tiene diferentes concepciones. Suele asociarse como teoría, modelo, sistema, etc. En lo particular la considero un sistema porque refleja un conjunto de elementos que holísticamente deben estar presentes para entender sus principales ideas, como ser: aportaciones teóricas que sirvan para establecer un “lenguaje común”, diseños prácticos para su implementación, principios orientadores sobre fines particulares y una clara definición de los objetivos que se pretenden alcanzar en diferentes horizontes de tiempo. Un punto común en el debate es que la ESM representa una alternativa intermedia a lo que tradicionalmente hemos conocido como los dos típicos modelos socioeconómicos que siempre se discuten en la palestra pública: el capitalismo neoclásico (con sus enormes costos sociales) y el socialismo totalitario (con su absolutismo coercitivo); ambos como extremos opuestos en el espectro de alternativas para gobernar y generar prosperidad en una nación.

En esencia, la ESM es una economía de mercado que incorpora la responsabilidad social. Es el sistema que utilizó Alemania para salir adelante después de la Segunda Guerra Mundial. Su implementación llevó a la economía de Alemania a considerarse como “el milagro económico”, puesta a prueba ante varias adversidades, donde los otros modelos no han mostrado semejante solidez.

Alfred Müller-Armack (1901-1978) acuñó el concepto de ESM como tal. En su base fundamental se encuentra la libertad, la eficiencia económica y la solidaridad social. Es necesario aclarar que la ESM no es una ensalada entre libre mercado y control estatal, sino más bien, se debe visualizar como un sistema que aprovecha las bondades que ofrece el uso ético de las libertades económicas en conjunto con una calidad social compartida por los diferentes actores, donde se cultivan las eficiencias económicas junto a un orden social ecuánime. Marcelo Resico (2009) lo expresa en una forma bien sencilla: “la ESM fue desarrollada como una alternativa liberal frente a la economía planificada y una alternativa social a la economía de mercado al estilo clásico”.

Desde el punto de vista de la eficiencia de mercado, la ESM se basa en la existencia de reglas claras, tales como la efectividad de la competencia, libertad de precios, libertad para iniciar emprendimientos, libertad para la circulación de bienes, personas y capital, y el cuidado del Estado en no torcer las reglas del juego. En este sentido, se resume lo mejor del sistema basado en mercados (los impulsos de las iniciativas de emprendimiento, mayor productividad, incrementos de la eficiencia, etc.), para unirse con aportaciones de la tradición cristiana, como ser la solidaridad humana.

La ESM se conduce alrededor de tres tipos de principios. En primer lugar, está el principio rector, la búsqueda de la maximización de la dignidad humana. Sobre este orden fundamental de naturaleza ético deben estar concatenados los demás principios. Siguen los “principios estructurales”, y considerados necesarios para asegurar la presencia de la libertad económica. Citando la referencia de Resico (2009), estos son: a) Primacía de la política monetaria, cuyo objetivo primordial es la estabilización de la moneda; b) Mercados abiertos y competitivos, donde la oferta y demanda de bienes y servicios debe tener la menor cantidad de restricciones posibles; c) Libertad para establecer contratos; d) Propiedad privada de los medios de producción, requisitos indispensable para el incremento de la eficiencia y de la libertad; e) Transparencia, para servir de contrapeso a las acciones mono u oligopólicas; y f) Políticas económicas y estables, que ayuden a mantener la tranquilidad de los inversionistas privados.

De manera complementaria, y con el fin de garantizar la difusión justa en la sociedad de los beneficios de la economía basada en mercado, se presentan los “principios reguladores”. Estos son: a) Política anticíclica integral que ayude a frenar los desbalances existentes generados por los extremos dados entre períodos de crecimiento y recesión económica; b) Defensa de la competencia, necesaria para contrarrestar los abusos de poder económico; c) Políticas sociales, que sirvan de respaldo y soporte para los más débiles, brindando mayor justicia social, creando igualdad de oportunidades; y d) Precios que asuman los costos verdaderos, incluyendo externalidades.

El título de este artículo conlleva la inquietud de que si la ESM puede ser una opción para Honduras. La segunda pregunta es ¿Cómo un sistema que fue desarrollado en Europa, en un país tan particular como Alemania, puede ser aplicado en el nuestro? Ambas inquietudes se contestan en la segunda y tercera parte.

Referencia: (2009) Resico, Marcelo F., Economía Social de Mercado: una opción económica para Latinoamérica, serie Economía Social de Mercado, no. 3, Fundación Konrad-Adenauer y Universidad Rafael Landívar, Guatemala, Guatamela.