Ineficiencia en el control de incendios forestales

Por Óscar Lanza Rosales

oscar-lanza-rosales.jpg---newLos hondureños en el presente año volvimos a sufrir las consecuencias de una gran cantidad de incendios forestales, que crearon un paisaje de escasa visibilidad por la densa humareda, aumentando las enfermedades respiratorias y la suspensión de muchos vuelos principalmente en la capital.

Esta historia catastrófica se repite todos los años, porque los actores principales que tienen que ver con esta problemática se reúnen hasta en febrero que comienzan los incendios forestales, para comenzar hacer planes para hacerle frente a los mismos.

Cuando existía COHDEFOR, de vez en cuando hacía buenas campañas para reducir los incendios forestales, pero al nuevo Instituto de Conservación Forestal (ICF) no se le ha visto hasta la fecha efectividad en su desempeño.

Parece que para lo único que es bueno el ICF es para llevar las estadísticas de los incendios forestales.

Unos datos que he analizado sobre este tema de los países de Centroamérica, Panamá y México, Honduras es el país más ineficiente en el control de incendios forestales, es el que más daño sufre por año en términos porcentuales de sus áreas boscosas. Supera en un 50 % al promedio de todos los países considerados.

En un documento de la FAO del año 2000, el experto hondureño Miguel Ángel Salazar menciona que esta ineficiencia en el cuidado del bosque se debe a la falta de: un programa de protección permanente, un ordenamiento territorial del país, coordinación interinstitucional, medios logísticos e infraestructura adecuada, de educación forestal de la población hondureña, incentivos por la protección del bosque, y la persistencia en la población de prácticas tradicionales agropecuarias, problemas que todavía persisten.

Todos los hondureños creemos que por nuestra salud, y por la conservación de la biodiversidad, la protección de las fuentes de agua y el ambiente, ya basta con la abulia de nuestras autoridades en el cuidado del bosque, que es necesario diseñar un plan o campaña anual para reducir los incendios forestales que tanto daños nos causan, y en la cual deben tener presente los elementos siguientes:

La preocupación por la reducción de los incendios forestales debe ser permanente. Debe ser una tarea de todo el año, y no solo de los meses de verano.

En el diseño y ejecución del plan, hay que darle participación a todas las instituciones de gobierno que tienen que ver con el tema, como Copeco, los bomberos, las Fuerzas Armadas, Serna, la SAG, el INA, la AMHON, y a las organizaciones del sector privado y de la sociedad civil, pero quién debe llevar la voz cantante y el liderazgo, es el ICF, a quién el gobierno debe darle todo el apoyo financiero y político necesario.

El plan debe tener varios componentes entre los que se incluyen el de 1) educación y sensibilización de la población, por los medios de  comunicación masivos; 2) la compra de equipos y herramientas, partiendo de los básicos como machetes, hachas y rastrillos; 3) la contratación y formación de campesinos en el  combate de incendios forestales, de enero a mayo, porque no es con bomberos para combatir incendios urbanos que se deben combatir los incendios forestales. Son cosas muy distintas; 4) la logística, principalmente el transporte lo puede prestar el Ejército. Es en lo único que nuestros soldados pueden contribuir, porque aunque la mayoría son de origen campesino, ya se les olvidó trabajar con el machete; 5) incentivos económicos para los que denuncien a los que intencionalmente le meten fuego al bosque. Con compensaciones de 5 mil lempiras, estoy seguro que lloverían las denuncias; 6) a los denunciados habría que someterlos a las sanciones que establece el código penal; 7) la contribución de las municipalidades sería con la emisión de ordenanzas a los propietarios de terrenos, sean estos urbanos o rurales, para mantenerlos limpios de maleza, y tomar todas las acciones y decisiones pertinentes para prevenir incendios. Estas ordenanzas deben llevar implícito el pago de multas por su incumplimiento.

No esta demás agregar que hay que estimular a las municipalidades para participar en estos planes, otorgándoles reconocimientos públicos a aquellas que en forma significativa reduzcan los incendios forestales en su territorio.

Por la importancia de la reducción de los incendios forestales, el Presidente de la República debe prestarle la debida atención a este asunto, cumpliendo con los actos protocolarios de anunciar el inició de las campañas anuales, lo mismo que de su cierre, para rendir cuentas de los logros alcanzados.

Por favor ICF no siga haciendo campañas para salir del paso. Por el bien de todos cumpla con efectividad su misión.