A MEDIO PALO

arquero3NO sabríamos decir por qué lo que en otros lugares se realiza con la diligencia que el apuro amerita, aquí hasta la reparación de una pequeña obra tarda una eternidad. Si es que se termina de hacer. Nunca acabaron de dar mantenimiento al anillo periférico. Los baches que quedaron ahora se convertirán en cráteres cuando pegue fuerte el invierno. Cuántas obras quedan a medio palo, como sucedió con aquel frustrado pavimento de un tramo de carretera a Las Tres Rosas, aldea de Valle de Ángeles. Iniciaron la construcción, hicieron un infernal movimiento de tierra, se paralizaron los trabajos, el camino quedó intransitable -hasta que la alcaldía anterior de su propio peculio decidió volver a emparejar el desastre que dejó la compañía constructora- pero la asfaltada nunca fue concluida.

Ese proyecto de transporte público iniciado en la alcaldía anterior, continúa en proceso de construcción. ¿Cuánto tiempo han pasado taponados grandes sectores de la capital por la falta de apremio en terminarlo? Eso que se realiza con fondos de un préstamo de la banca internacional. Si fuera con dineros nacionales es de imaginar que el proyecto iría más despacio. El debate ahora no es para cuándo dará servicio al público, sino sobre qué tipo de vehículos rodantes -si motos, bicicletas, carretas de bueyes o patinetas-permiten, por mientras le meten más esmero a la cosa, circular por la mediana. Apresurados, antes de entregar, las autoridades edilicias de la pasada administración, decidieron inaugurar un pedazo. Las paredes de las casetas sirvieron a los marchantes del Día del Trabajo, como murales para el grafiti acostumbrado de consignas burguesa-revolucionarias. Al pobre héroe de La Trinidad lo han agarrado de encargo para pintarrajear paredes y manchar los edificios públicos y privados.

Todos los días nos toca pasar por un arreglo al periférico, una especie de paso a desnivel que hace meses construyen allá por la salida a Santa Lucía y Valle de Ángeles. Más lentos no pueden ir los trabajos. A paso de desahuciados al patíbulo. Los fines de semana hay feriado y a partir de las 5 de la tarde se ven los fatigados trabajadores empacando sus mochilas para ir a descansar. En cualquier otro lado eso hubiese estado concluido en unas semanas. Pero aquí tienen todo el tiempo del mundo. Para que la congestión del tránsito, en este hormiguero de ciudad, sea más endemoniada. Con esas trancas, enjaulando vecindarios, que coloca cualquier particular para impedir la libre circulación. No sabríamos decir si el actual alcalde decide ponerse los burros y agarra envión para ir a botar esos nocivos obstáculos que atoran más la ciudad. Lo anterior son solo ejemplos de obras de infraestructura. Pero cuántas otras cosas empiezan pero no caminan.

Hace poco nos dimos cuenta de un programa de cooperación iniciado entre una prestigiosa universidad de los Estados Unidos con una de las universidades privadas de Honduras, para complementar la educación que el país difícilmente puede ofrecer. Estamos indagando qué sucedió que pudo haber estancado ese ambicioso proyecto. Incluso suscrito por el anterior presidente de la República en calidad de testigo de honor. No sabríamos decir si fue por culpa de “la maldita burocracia” que el programa no ha caminado o por otro tipo de prejuicios. En cuanto indaguemos mejor las cosas, en esta misma sección, las vamos a compartir, con el amable lector. Para que se entere de las razones por las que al país le está costando tanto salir adelante.