Niños migrantes venden pintas de sangre para llegar a EE UU

Los niños migrantes hondureños son tratados como adultos por “coyotes” (traficantes de menores), pasan días sin bañarse y sin probar bocado, víctimas de trata sexual cuando son secuestrados y cuando no tienen dinero venden una pinta de sangre hasta por una vez a la semana con tal de obtener alimentos.

Muchos niños se duermen arriba del tren porque pasan días en el recorrido.
Muchos niños se duermen arriba del tren porque pasan días en el recorrido.

Esto fue lo que la oficial de Protección a la Infancia y coordinadora de niñez migrante del Instituto Hondureño Nacional de la Niñez y la Familia (Ihnfa), Marcella Rivera, contó a LA TRIBUNA luego que algunos niños retornados le narraron luego de cruzar por el que denominaron “camino del infierno”.

“Se imagina, uno de adulto para poder donar sangre es cada seis meses y un niño con su pequeño cuerpo que está hasta mal comido por las adversidades que sufre en el camino, los obligan a veces a que vendan sangre para darles unos cuantos pesos o a veces solo por recibir un plato de comida a cambio y es terrible porque lo hacen hasta una vez por semana”, repudió Rivera.

TRATA SEXUAL

Además, algunos son víctimas de la trata sexual en especial las niñas y muchos también son víctimas del tráfico de órganos, hay madres y padres que tiene años de no saber de sus hijos que nunca llegaron al país del norte y temen lo peor.

Los niños migrantes atraviesan una serie de adversidades con tal de reunirse con sus padres en Estados Unidos.
Los niños migrantes atraviesan una serie de adversidades con tal de reunirse con sus padres en Estados Unidos.

También los niños son lanzados del tren más conocido como “La Bestia” en México si no tienen cómo pagar 100 dólares por subir, lamentó.

“Lastimosamente los migrantes son bajados de los buses y los `coyotes´ llevan grupos de 20 o más entre adultos y niños y cuando las autoridades migratorias los requieren en México y tal vez solo andan cuatro policías de fronteras, entonces buscan escaparse y agarran la ruta por sí solos exponiéndose aún más al peligro”.

Cuando los migrantes ya ven que están en México y otras personas les dicen que están cerca de los Estados Unidos que ya subieron bastante, le llaman subir a ir pasando de Estado a Estado en México.

SIETE DÍAS EN TREN

“Y cuando ya están próximos agarran el tren que a veces dura en el camino de seis a siete días, los niños refieren que durante ese tiempo con la faja que llevan en sus pantalones se amarran en los barrotes para cuando se duerman no caerse.

“Los ángeles”, como catalogaron los niños, les lanzan comida en algunos sectores al cruzar el tren donde muchos por agarrar se sueltan.
“Los ángeles”, como catalogaron los niños, les lanzan comida en algunos sectores al cruzar el tren donde muchos por agarrar se sueltan.

“Los niños durante esos días no comen, manifiestan que hay personas alrededor del camino a quienes catalogaron como ángeles porque saben que cuando pasa el tren va lleno de migrantes, les lanzan comida y agua y es ahí donde logran agarrar, lo que es un peligro porque van arriba del tren y por querer agarrar se sueltan.

Aparte de eso cuando se bajan van completamente sucios tienen ya seis días de no bañarse y para hacer las necesidades fisiológicas entre vagón y vagón hay un espacio tanto las niñas y niños se bajan el pantalón o se suben la falda para poder acurrucarse entre en medio de ambos y poder orinar o defecar lo que es terriblemente incómodo”, dijeron.

“Los mismos niños se turnan, uno cuida arriba para que no mire que el otro está abajo haciendo sus necesidades y en esa ruta migratoria están hasta una semana, si para un adulto es traumático no digamos para un niño”, indicó.

La cantidad de 4,699 niños han sido retornados por vía aérea en el aeropuerto Ramón Villeda Morales en San Pedro Sula y vía terrestre en Corinto, sector fronterizo con Guatemala, durante el año recibiendo a 120 niños en cada vuelo comercial. (YLM)