Washington (EFE). La Conferencia de Obispos Católicos de EE UU pidió ayer al Gobierno proteger los derechos de los niños migrantes que cruzan solos la frontera desde México y abogó por que no los repatríe, porque eso equivaldría a mandarlos a «una casa en llamas».
Las autoridades federales calculan que este año podrían ingresar ilegalmente a Estados Unidos entre 60,000 y 90,000 niños que proceden, en su mayoría, de América Central, de donde huyen de la pobreza, la falta de trabajo y la violencia de bandas criminales.
En el período fiscal 2013 unos 43,000 menores de edad fueron detenidos después de haber cruzado ilegalmente la frontera y en lo que va de este año ya han sido detenidos unos 47,000.
«Estos niños escapan para salvar su vida y hay que considerarlos desde la óptica de la protección, no desde la óptica policial de imposición de la ley», dijo Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle (Washington) y presidente del Comité sobre Migración en la conferencia episcopal.
«No debemos enviarlos de retorno (a sus países) si tienen un reclamo válido de protección», dijo Elizondo, y añadió que «sería como enviarlos de retorno adentro de una casa en llamas».