Los microbuses, denominados como transporte ilegal, retaron al gobierno de Honduras este miércoles, con la paralización de al menos 200 unidades.
Los actos de protesta iniciaron en las afueras de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, donde se dirigirán a Casa de Gobierno con la intención de dialogar con el mandatario del país, Juan Orlando Hernández.
Lo anterior, es la respuesta de los transportistas por el decomiso de cien “rapiditos” el 16 de junio.
El dirigente Pompilio Cuello, manifestó que están dispuestos a luchar para que se legalice su trabajo.
“Cuantas veces nos detengan y cuantas veces logremos salir a las calles vamos a salir a trabajar porque no tenemos otra cosa que hacer”.
Al respecto, indicó que si el Estado desea retener todos los microbuses “que los decomise, y que los tenga allí”.
Además, solicitó a las autoridades de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas otorgar los permisos para que se legalicen las unidades.
Sobre los acercamientos de diálogo, cuestionó que se les “ignora, se nos ve como los feos”.
En ese sentido, enjuició que hasta se les ha catalogado como los responsables de la quema de buses ejecutivos.
A criterio de Cuello, esos señalamientos solo reflejan la incapacidad de los funcionarios.
Detalló que el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos del país centroamericano ya conoce el malestar del sector por dichas declaraciones.
Por su parte, la guardia presidencial colocó un retén militar y policial en las cercanías de la sede del Poder Ejecutivo para evitar el ingreso de las unidades.
No es la primera vez que los dueños de estos automotores protestan, el 17 de junio se apersonaron a la institución rectora del transporte.