Mineros están cansados y no aguantan el mal olor

SAN JUAN ARRIBA, El Corpus. Diez días han pasado luego de la tragedia, pero los mineros han sacado fuerzas de flaqueza para continuar con la búsqueda de ocho compañeros que permanecen soterrados en la mina La Cuculmeca, sin embargo el calor y la peligrosidad han agotado a rescatistas.

Esta es una foto panorámica donde ocurrió el accidente quedando soterrados 11 mineros, tres de ellos ya fueron rescatados.
Esta es una foto panorámica donde ocurrió el accidente quedando soterrados 11 mineros, tres de ellos ya fueron rescatados.

Debido a que no hay acceso a la mina, LA TRIBUNA se internó en una zona cercana, desde donde captó imágenes del lugar donde trabajan los mineros, allí se puede observar personas que entran y salen de las cuevas, así también a los trabajadores que bajan una pendiente, luego de realizar su trabajo y se dirigen a sus hogares.

Los trabajos han sido arduos y extenuantes. “Ellos están cansados, muchos de ellos hasta parecen estar insolados y deshidratados, necesitan de atención médica”, explicó a LA TRIBUNA el socorrista de la Cruz Verde, César Aguirre.

Continuó diciendo que “ellos están cansados, no soportan el trabajo y aunque están haciendo el esfuerzo para rescatarlos no sabemos cuánto vayan a resistir”.

La jornada no cesa, día a día los mineros se revelan para comenzar los trabajos, usando botas, casco, pico en mano y encomendados a Dios se introducen a la mina con la esperanza de encontrar con vida a sus parientes y amigos.

El pasado miércoles se produjo un derrumbe en la mina Culculmeca, en la comunidad de San Juan Arriba, El Corpus, Choluteca, allí quedaron soterrados 11 mineros, tres de ellos, Brayan Alberti Escalante, Bayron Onasis Maradiaga y Nehemías Rodríguez Muñoz, fueron rescatados el viernes anterior, pero los ocho quedaron soterrados.

Momento en los que los mineros y sus esposas bajan de la mina, luego de una ardua labor.
Momento en los que los mineros y sus esposas bajan de la mina, luego de una ardua labor.

Mineros de la zona se armaron en “cuadrillas” para iniciar los trabajos del rescate, mientras que el gobierno, a través de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) determinaron que debido a la fragilidad del terreno suspenderían la búsqueda, acción que fue repudiada por los aldeanos.

MAL OLOR

Ni el sol ni el riesgo ha detenido a los mineros que buscan con ahínco los cuerpos de sus compañeros. Tampoco lo ha hecho un pestilente olor que se expande tanto en el hueco aterrado como en las afueras de la mina.

“Mejor ni quiero acordarme, eso da ganas de arrojar, es como si usted estuviera en un matadero o no sé cómo decirle el olor que se siente, nosotros aguantamos hasta media hora adentro, pero a veces nos salimos porque eso está tufoso”, relató uno de los muchachos mineros.

Los pobladores trabajan largas horas en busca de sus compañeros soterrados.
Los pobladores trabajan largas horas en busca de sus compañeros soterrados.

De acuerdo a lo establecido por los “wiriseros” los malos olores se empezaron a sentir a partir del sábado pasado, por lo que concluyeron que ya habían muerto, sin embargo no cesó la búsqueda.

Otro de los pobladores que apoya en el rescate explicó también que “nosotros queremos seguir, pero viera que ese mal olor es que ya no lo aguantamos”. (NJA)