Además de la mala atención, en un completo mercado se había convertido el Hospital Mario Catarino Rivas, donde sin ningún control algunas personas ingresaban para delinquir y salían como si nada hubiese pasado, pero además aprovechaban para vender hasta medicamentos a los mismos pacientes y familiares.
Con la presencia de elementos de la Fuerza Nacional de Seguridad Interinstitucional (Fusina), en las entradas y salidas, así como en otras áreas, se espera que las acciones irregulares no se sigan dando.
El cirujano pediatra, Juan Craniotis, reconoció la labor que ejecuta esa organización, agregando que “vemos orden, limpieza, tranquilidad y seguridad con los militares en el hospital, sobre todo, en horas nocturnas, ya no hay presencia de aquel montón de gente que no tenían absolutamente nada que hacer y estas personas, muchas veces venían a cometer actos delictivos”.
Reveló que tenían problema con muchos vendedores que ingresaban a las salas para ofrecer a los familiares de los pacientes, los insumos que necesitaban en ese instante,
“En este hospital se miraba que vendían de todo, ropa medicamentos, al grado que habían casos en que no teníamos suero, pero como por arte de magia, aparecía un vendedor y sacaba de su mochila el líquido o cualquier otro tipo de medicamento que no sabemos de dónde lo obtenía.
Por su parte, el especialista en dermatología, Cándido Ulises Mejía, agregó que a través de la Comisión Interventora, se espera la llegada de los materiales, para poder trabajar mejor.

Cándido Ulises Mejía.
Explicó que en su departamento son atendidos entre 40 a 60 pacientes diarios y muchas veces hace falta gasas, agua oxigenada, hilos de sutura y hasta guantes.
VIOLAN LIBERTAD DE EXPRESIÓN
La intervención del centro asistencial, también ha originado restricciones para los que laboran en medios de comunicación, quienes ahora deberán portar un carné para estar en dicho lugar.
Este lunes en horas de la mañana, en clara violación a la libertar de expresión y la de informar, un elemento de la Fusina le quitó la cámara a un empleado de un canal de televisión, cuando este estaba filmando como parte de su trabajo reporteril y luego procedió a sacarlo del lobby.
El uniformado también lo amenazó, advirtiéndole que “mientras yo esté aquí en el hospital no te voy a dejar entrar ni hoy, ni mañana, ni nunca”, y luego le devolvió la cámara, pero al periodista que le acompañaba. (AEA)