Los pobladores y mineros que frecuentan y viven de las minas de esta comunidad están sumamente preocupados de que las denominadas “tierras de plata y oro” se conviertan en un pueblo fantasma y de mucha delincuencia, ante el cierre inesperado y por un mes de las minas.
Las calles de San Juan Arriba y Abajo el lunes estaban más desoladas de lo normal, ya que el tránsito vehicular y de peatones era menos, con respecto a días y meses anteriores, cuando estaban en su mayor apogeo la extracción del oro en “broza”.
Ayer y antier, las personas que se han dedicado a ese rubro de la extracción del ansiado mineral solo se acercaban al acceso de las minas, llenas y protegidas por militares y policías.
Algunas, entre jóvenes y adultos, llevaban sus herramientas de trabajo con la esperanza de que se reabrieran los túneles, pese a que muchos ya sabían que las minas fueron cerradas por una ordenanza municipal, emitida en la Alcaldía de El Corpus, Choluteca.
Muchos recorrieron grandes distancias, a pie y a jalón, para encontrarse de nuevo con la noticia que las minas siguen cerradas, debido a que dentro de ellas están enterrados ocho mineros y el terreno todavía no es estable, para sacar oro de manera artesanal.
Ante tal situación, los trabajadores de las minas se apostaron a platicar en las calles de las aldeas de El Corpus y que comunican con el acceso a las minas.
Muchos de ellos, se quedaron platicando entre amigos y compañeros de trabajo sobre qué harán y de qué vivirán por mientras siguen cerradas las minas, con las cuales les llevan el sustento diario a sus familias.
Según algunos pobladores, la comunidad de San Juan Arriba, antes del accidente que soterró a 11 personas, permanentemente y durante las 24 horas era transitada por vehículos y pobladores, algunos de regreso a sus casas, después de extenuantes jornadas trabajando en los túneles de las minas.
Otros en distintas horas del día y noche caminaban por las calles de tierra y con rumbo a las minas para trabajar sacando el mineral.
Según uno de los encargados de sacar oro en las minas, que por distintas razones no quiso dar su nombre, estimó que ahora temen que San Juan Arriba se convierta en un “pueblo fantasma”.
Digo que se convertirá en un pueblo fantasma, porque ahora a las 7:00 de la noche no va ver un alma en las calles, cuando antes uno se levantaba a las 3:00 de la madrugada y salía de su casa hacia las minas, uno veía carros y personas que iban o venían de los turnos con que se trabaja en las minas”.
PARALIZADAS LAS LABORES
De acuerdo a aldeanos en El Corpus, hay unas 30 mil personas que viven de manera directa e indirecta con la extracción, relave, reventa del mineral dorado.
Pero según los mismos pobladores de San Juan Arriba, actualmente las rastras donde se lava el mineral extraído de las minas no se están prendiendo, ya que no hay suficientes sacos con broza para buscar oro.
Al no prenderse las rastras, tampoco las personas que se dedican al relave del oro se apuestan en las quebradas cercanas, donde pretendían obtener unos “gramos o decigramos de oro”, para luego irlo a vender.
Cierran calles
Ante el cierre por un mes de las minas, ayer varios propietarios de las mismas y dedicados a extraer el metal dorado, más trabajadores, ya hablaban de tomarse la carretera que desde la ciudad de Choluteca comunica con el municipio de El Triunfo, San Marcos de Colón y que da a la frontera con Nicaragua. Los mineros no hablaron de cuánto permanecerán en las arterias viales, sin dejar pasar automóviles de carga pesada y liviana.