Experiencia del drama de mineros

La situación de los obreros que quedaron atrapados en la mina de San Juan Arriba, El Corpus, Choluteca, es una muestra de la necesidad de nuestra gente por ganarse “el pan de cada día” de una forma honrada y no delinquir como lo hacen muchos, hasta los de cuello blanco.

Según autoridades de las Secretarías de Trabajo y Seguridad Social, ellos les advirtieron de los peligros que corrían debido a la fragilidad del terreno donde estaban laborando, pero ninguno hizo caso, ya que necesitaban trabajo para sustentar a su familia.

Los cuerpos de rescate trabajaron  en la zona y la alegría embargó a la población cuando en los subsiguientes días al derrumbe los rescatistas y hasta el mismo Presidente Juan Orlando Hernández anunciaron que ya se habían rescatado los mineros.

Incluso se dieron los nombres de los supuestos salvados y que se sacarían en camillas para que fueran atendidos por los paramédicos y especialistas. Hasta el Cuerpo de Bomberos, que se supone que es la institución especializada en rescate de estructuras colapsadas, confirmó que ocho de los 11 hombres se habían salvado, pero todo fue un “alegrón de pobre”.

Así se demostró la falta de experiencia de nuestras autoridades para desarrollar ese trabajo de contingencias, que reconocemos que es nada fácil, incluso durante una situación similar en Chile, los especialistas se llevaron varias semanas en sacar a los mineros.

Pero allá las condiciones de las minas eran diferentes, porque allí sí existe regulación estricta por parte del gobierno para evitar que ocurran ese tipo de percances y cuando suceden, se cuenta con el equipo y personal especializado para resolver los problemas.

Para la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) y demás entes de socorro, el accidente es una buena experiencia para fortalecer y ejercer un trabajo efectivo de contingencias en lo siguiente.

La ilusión de todos los hondureños y, en especial de los familiares, era que los mineros lograsen aparecer con vida y que las autoridades apliquen las leyes para evitar una tragedia similar.

Héctor Mejía Valladares
Comayagüela, M.D.C.