Primera dama: Menores migrantes deben ser tratados con respeto y dignidad

En el contexto de la Conferencia Internacional sobre Migración, Niñez y familia, la Primera Dama, abogada Ana García de Hernández, exigió que los menores migrantes sean tratados con respeto y dignidad, y no se estigmaticen como delincuentes.

Ana García de Hernández: “Mi corazón de madre se me hizo pequeño en los centros de detención y ver a cientos de niños no acompañados”.
Ana García de Hernández: “Mi corazón de madre se me hizo pequeño en los centros de detención y ver a cientos de niños no acompañados”.

La esposa del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, expuso sobre “El Niño de Abisinia”, Arlen Ariel Guerra, un menor de siete años originario de Tocoa, Colón, que conoció en el centro de detención de la Patrulla Fronteriza en Fort Brown, Brownsville, Texas, Estados Unidos.

De esta manera, indicó que la historia de este menor, separado de su hermana al ser capturado en la frontera, refleja la historia de cientos de pequeños que a diario llegan a Estados Unidos llenos de angustia y confusión, sin saber a dónde ir o a quién llamar.

La Primera Dama lamentó el drama humano de la migración, especialmente el que sufren las y los niños no acompañados que han llegado ilegalmente a la Unión Americana en forma masiva en los últimos meses.

“Para nuestro gobierno, cada pequeño hondureño que llega a los Estados Unidos debe ser tratado con respeto, dignidad y ser protegidos en su integridad física y psicológica, porque son seres humanos”, demandó.

“Detrás de cada rostro de estos pequeños hay una historia, a finales de junio tuve la oportunidad de viajar a Texas y escuchar los relatos de muchos hondureñitos que un día, obligados, emprendieron una travesía sin saber el peligro a que se exponían”, apuntó.

Recordó la tristeza y la angustia reflejada en los rostros de cada menor migrante, que en la búsqueda del calor de su familia terminó en un albergue lejos de su tierra. La dignataria condenó que los traficantes de personas por un simple negocio difundan entre las familias hondureñas que si viajan acompañados de un menor de edad recibirán beneficios migratorios en la Unión Americana.

Indicó que el éxodo de migrantes hondureños hacia Estados Unidos fue declarado como una emergencia humanitaria, por el gobierno de su esposo y por eso a los retornados se les apoya con los programas sociales y oportunidades de empleo.

“ES INHUMANO”

“Al ver cientos de niños no acompañados en los centros de detención de Estados Unidos, mi corazón de madre se me hizo pequeño, observar estos menores que tienen una vida por delante, cargada de sueños, ilusiones, aspiraciones, pero sin un rumbo de cuál será su futuro”, se condolió.

Calificó de inhumano exponer a los hijos menores de edad ante un camino incierto plagado de peligros, expuestos a la lluvia, el inclemente sol del desierto, los animales y a la delincuencia organizada.

A la vez, les pidió a los padres no arriesgar la vida e integridad de sus hijos menores, porque para llegar a Estados Unidos se atraviesa por una ruta difícil, donde a cada momento desafían su integridad física y psicológica, pudiendo morir en el trayecto.

Informó que en septiembre de 2013 habían ingresado 2,700 niños y niñas no acompañados. A la fecha han migrado aproximadamente 15,000 niñas y niños no acompañados a la zona del valle del Río Grande y a diario llega un promedio de 90 menores a la frontera.

“Como gobierno de Honduras estamos aquí para brindarles esa mano amiga que les dará esperanza para que tengan una vida mejor en suelo catracho. Al regresar se les trata de incorporar laboralmente a través de programas, como Con Chamba Vivís Mejor, capacitaciones de diferentes oficios mediante el Infop y para ser microempresarias mediante Vida Mejor”, precisó.

Además reciben atención médica y psicológica, se les entrega una ayuda económica para el regreso a sus hogares, bolsas solidarias, entre otras ayudas. “Todos estos hondureños repatriados son seres humanos que vienen con sus ilusiones rotas, pero los recibimos con una sonrisa, una mano amiga y animándoles para salir adelante y cumplir su sueño catracho aquí en Honduras”, destacó.

La Primera Dama le hizo un llamado a la empresa privada, iglesias, sociedad civil en general. “Hago un llamado para que nos unamos a brindar una mano amiga de apoyo para recibir a miles de hondureños que seguirán siendo deportados de Estados Unidos”, proclamó.

“Ante esta crisis y las futuras llegadas de más vuelos de deportados desde Estados Unidos, no debemos ser indiferentes, sino colaborar integralmente, porque se trata de solidarizarnos con nuestros compatriotas y protegerlos”, exhortó.