Coronel (r) Leónidas Torres Arias

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***Van a presentar una película sobre la guerra en base a un libro que dice cosas falsas
***Polo” Paz me dijo: “Mire, Álvarez Martínez, no es el hombre indicado para ser jefe de las FF AA”

ERISEl coronel retirado apareció puntual y dispuesto a contarlo todo. Y vaya que sí tiene que contar. Se trata del célebre Leónidas Torres Arias, exhombre fuerte de los años ochenta. Convertido ahora en hombre de negocios, el exjerarca repasa algunos retazos de la vida política hondureña como la guerra de 1969, los golpes militares contra Villeda Morales y “Monchito” Cruz, el “Banagate”, la caída de López Arellano y Melgar Castro, el ascenso de “Polo” Paz y del poderoso Álvarez Martínez, los desaparecidos, en fin. Se trata de un coronel al que, a diferencia del personaje de García Márquez, políticos y empresarios famosos le siguen escribiendo por muchos motivos.

¿Usted nació en la Costa de los Amates?
No, nací en Tela, donde mi madre y mi padre se conocieron. Por razones de trabajo de mi padre vivimos ocho años en Panamá y al regreso mi mamá se fue a vivir a la Costa de los Amates, porque ella y su familia eran de Goascorán, por eso siempre me he considerado del sur.

¿Cómo llega al ejército?
Enganchado por unos compañeros de colegio fui a buscar un cupo a la Academia Militar, pensando que la cosa era fácil. Al principio no había cupo y les imploré que me dieran una oportunidad. Gracias a un sargento que estaba de turno y que conocía a mi mamá me aceptaron.

¿Y fue fácil la adaptación?
Que va….eso fue duro. Me puse flaco. Mi madre se alarmó cuando fue a verme, pero bueno, eso era lo que yo quería y no tuve más alternativa.

PORTADA¿Pensó en desertar?
Pues, fíjese, que si me hubiesen dado permiso de ir a mi casa en los primeros tres meses, téngalo seguro que no regreso.

¿Cuántos años fueron de cadete?
El contrato era de tres años, pero al final fueron cuatro, porque nos dieron una beca para la Escuela de Las Américas en Panamá, donde la formación era más general para salir con el grado de subteniente.

¿Y qué les enseñaban en ese escuela?
En ese tiempo estaban muy de moda los movimientos de izquierda, Castro con su revolución en Bolivia y Argentina también, y entonces se nos entrenaba en combatir guerrillas, ideologías de la izquierda, combatir a los comunistas.

¿Los entrenaban para matar comunistas?
No así, pero los comunistas decían que iban al poder como sean y aquí en Centroamérica existían movimientos fuertes como fue el caso de los sandinistas en Nicaragua.

¿Cuál fue su primera asignación al salir de la academia?
En el II Batallón de Infantería del Ojo de Agua, al mando del coronel Espinoza.

¿Vivió la intentona golpista del coronel Armando Velásquez Cerrato contra Villeda Morales?
Sí, era cadete de primer año, por cosas del destino yo estaba de turno cuando ingresó Armando Velásquez a la Escuela Militar. Venía con un personal de Comayagua a definir la estrategia.

¿Por qué fracasó esa famosa asonada?
Porque no lo apoyó el I Primer Batallón de Infantería. A principio dijeron que lo apoyarían, pero ante la reacción de la gente que apoyaba a Villeda Morales se desistió. El general López Arrellano y los demás dejaron solo a Velásquez Cerrato.

¿Pero López Arrellano estaba de acuerdo en un principio?
Daba la impresión que sí, pero al ver que no les convenía cambiaron de opinión y al final llevaron a Velásquez Cerrato a la embajada de Costa Rica.

Y a Villeda Morales, ¿por qué lo derrocaron después?
Como Modesto Rodas Alvarado y otros radicales decían que no ajustaría los pinos para colgar a los nacionalistas, eso indujo a las Fuerzas Armadas a pensar que no le convenía apoyar a estas personas.

¿Es cierto que Villeda Morales estaba de acuerdo con el golpe?
De algún modo, porque en la convención liberal celebrada en el cine Clamer de Tegucigalpa, le silbaron porque los convencionales apoyaban a Rodas Alvarado. Molesto, Villeda Morales les dijo: Espero que los que ahora me silban no vayan mañana a llorar a Casa Presidencial cuando venga la crisis.

¿Parecía que les estaba advirtiendo?
Prácticamente les estaba diciendo que venía un golpe de Estado y fue así como se dio el 3 de octubre de 1963.

¿Y participó en el enfrentamiento con la Guardia Civil?
Sí, nos quedamos en una posta de El Zamorano, y luego nos tomamos la posta de Suyapa. Fue un golpe militar cruento cuando se tomó Casamata. Yo pasé a otra posta del cerro Juana Laínez y de ahí al estadio Nacional.

Y a “Monchito” Cruz, ¿por qué lo derrocaron?
Su esposa tenía mucha injerencia en el gobierno y fue totalmente débil frente a la crisis que se vino. Se le pidió al general López Arellano que se hiciera cargo, de lo contrario la crisis lo envolvería a él también. El general López Arellano no quería, pero al final entendió que tenía que asumir el control para mantener la unidad del país.

¿Y cómo cae el general López Arellano?
Precisamente por el escándalo del soborno bananero, que se conoció como “Bananagate”. En ese tiempo, el ministro de Economía (Abraham Benatton Ramos) estableció, con buen tino, un impuesto de 50 centavos por caja exportada a las compañías bananeras, pero era mucho menos del valor real. Al final, el escándalo arrastró al general López Arellano y no tuvo más remedio que renunciar.

¿Con la caída del general López Arellano, quién asume el control de las Fuerzas Armadas?
Se había pensado en la necesidad de hacer un cambio en las Fuerzas Armadas con los nuevos oficiales. El general Melgar Castro asume en este nuevo esquema con el apoyo del general López Arrellano.

¿Para ese tiempo que rango tenía usted?
Mayor

Y al general Melgar Castro, ¿por qué lo defenestran?
Por diferencias políticas. Resulta que armaron una especie de congresito nombrando al coronel César Elvir Sierra y dan por hecho que en una eventual elección las ganaría el general Melgar Castro, olvidándose que quien lo tiene ahí es la Fuerzas Armadas. El general Melgar Castro ya no le hace caso al Consejo Superior y hay una fricción tremenda, porque solo le hacía caso a los políticos. Por eso, cuando llegan a decirle a Casa Presidencial que ya no era jefe de Estado no lo creía, a pesar que todo estaba consumado.

¿Cuándo aparece en escena al general Policarpo Paz García?
En ese entonces era el jefe de las Fuerzas Armadas y completamente leal a Melgar Castro. De hecho, él no quería asumir cuando aquellos oficiales le ofrecen la jefatura del gobierno. El general Paz corre a informarle a Melgar Castro de ese ofrecimiento por lealtad y entra obligado a darle el golpe. Para ese entonces, yo era G-2 (jefe de inteligencia), pero no integraba el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas.

ÉL ES
Leónidas Torres Arias

Nació en Tela, Atlántida, el 22 de octubre de 1940, en el hogar conformado por Leónidas Torres Osorio y Concepción Arias. Los primeros años escolares los pasó en Panamá y Venezuela, porque su padre trabajaba con una compañía extranjera. A su regreso, su madre se radicó en la Costa de los Amates, Alianza Valle, ya que sus familiares eran de Goascorán, en ese mismo departamento. Ingresó al Instituto “San Francisco” de Comayagüela para continuar el ciclo común. Posteriormente se inscribió en la Escuela Militar donde comenzó una destacada carrera militar, hasta convertirse en jefe de Inteligencia del gobierno del general Policarpo Paz García (1978-1982). Vive en Tegucigalpa donde atiende sus negocios.

¿Y Gustavo Álvarez Martínez dónde estaba?
Junto con un grupo oficiales de la promoción de 1964, asesores del general Polo Paz. Yo era el coordinador de este grupo en el que estaban también los coroneles Bonilla Blanco, Abdenego Bueso Rosa, Bodden Cáceres y su servidor.

¿Cómo surge el triunvirato de “Polo” Paz?
El general Polo Paz escucha todas las opiniones de todos los oficiales, restablece las buenas relaciones con el Consejo Superior y forman el triunvirato con Domingo Álvarez de la Fuerza Aérea y Amílcar Zelaya de la Fuerza de Seguridad Publica.

¿Qué tan influyente era usted en ese entonces?
Como era el jefe de Inteligencia a nivel nacional y al mismo tiempo soy el jefe del Estado Mayor Presidencial, me daba cuenta de todo. Maneja una información tremenda, demasiado poder que se le da a una persona.

¿Cómo hizo para manejar ese cargo?
Era bien complicado. Había mucha envidia, zancadillas, pero gracias a Dios lo manejé con la honestidad del trabajo, además recibí todo el apoyo del general Polo Paz.

¿Cómo fue su relación con el general Álvarez Martínez?
Él tenía otra manera de ver las cosas.

¿Radical? ¿Prepotente?
Eso. Nadie conoció mejor a Álvarez Martínez durante su gestión que yo. Estuvimos juntos en muchas cosas, lo conocí bien, fuimos compañeros en el Ojo de Agua. El era seis años más antiguo que yo, muy inteligente, se ganó a pulso su posición dentro de las Fuerzas Armadas.

¿Cómo nombran a Álvarez Martínez como jefe de las Fuerzas Armadas?
Para evitar los conflictos del pasado, decidimos escoger de manera colegiada ese cargo. Cuando le comunicamos al general Polo Paz me dijo: “Mire, Álvarez Martínez no es el hombre indicado para ser jefe de las Fuerzas Armadas”.

¿Era impulsivo el general Álvarez Martínez?
En una reunión de un empresario, que no recuerdo ahorita, se molestó con Carlos Montoya porque le reclamó que era salvadoreño. La cuestión se puso más tensa cuando el dueño de la casa le dijo que se calmara y le dio varias palmaditas en el cachete. Para qué hizo eso, aquel hombre se levantó, le dijo que no se le tocaba la cara a un hombre, se armó una tensión que hasta la escolta se puso en alerta.

¿Se dice que usted era uno de los que no quería que “Polo” Paz entregara y hasta se enfrentó con el general Walter López Reyes?
No, la idea era de algunos políticos pensando que el país todavía no estaba preparado. El general Polo Paz convocó al Consejo Superior para conocer qué pensaba sobre su continuidad. Todos estábamos de acuerdo que siguiera por las circunstancias del momento, pero el coronel Bodden Cáceres fue el que se opuso diciendo que debíamos cumplir la promesa de entregar el poder a los civiles.

¿No hubo enfrentamiento con López Reyes?
Después de la exposición de Bodden Cáceres, el coronel Walter López expuso dando a entender que nosotros estábamos manipulando para seguir, pero le aclaré que no, mi posición era respetar cualquier decisión que se tomara en consenso. Más bien él anduvo en aquella asonada del coronel Maldonado contra Melgar Castro.

¿Por qué usted no fue jefe de las Fuerzas Armadas?
Cuando gana la presidencia Suazo Córdova, nombra a Álvarez Martínez en ese cargo. Y como a mí, y a Bodden nos tenían desconfianza, nos mandó al exterior. A mí como agregado militar en Argentina y a Bodden a Taiwán. Ahí terminó todo.

Se cumplió un aniversario más de la guerra con El Salvador en 1969 ¿Qué recuerdos le trae?
Se dicen muchas cosas falsas sobre esta guerra. Hasta van a presentar una película en base a un libro que escribió el coronel César Elvir Sierra en el cual hacen parecer que todo lo que hizo las Fuerzas Armadas fue acertado, pero la realidad fue otra.

¿Cuál es la realidad?
Los que peleamos en el teatro de operaciones vivimos otra realidad. Es más, nos agarraron con los pantalones abajo, como decimos vulgarmente. No teníamos ningún tipo de armamento para responder. Lo que teníamos era unos fusiles viejos de la Guerra Mundial que de tanto uso hasta las ánimas del cañón se habían gastado.

¿Dónde peleó usted?
En Ocotepeque.

¿Y en el sur quién estaba?
Policarpo Paz García.

¿Y el coronel Elvir Sierra dónde peleó?
En ningún lado. Era miembro del Estado Mayor.

¿Entonces ese libro y por consiguiente la película no cuentan la verdad?
En algunas cosas.

Si las Fuerzas Armadas no estaban preparadas ¿Quién salvó la guerra?
El pueblo hondureño que defendió sus intereses con mucha valentía. El voluntariado fue grande.

¿Para que no vuelva a pasar lo del 69 considera que es oportuno repotenciar las Fuerzas Armadas como se discute ahorita?
Pues hombre, eso es una necesidad permanente.

¿Aunque Estados Unidos se oponga?
Bueno, Estados Unidos tiene sus contratos y su apoyo para cada quien.

AA-CORONEL-LEONIDAS-TORRES-ARIAS-DIA-7_2-110714¿Pero sí le permite a El Salvador?
Por eso le digo, es parte de su política exterior. Estados Unidos defiende sus intereses, donde tiene más intereses, ahí va, así de sencillo.

¿Conejo es de Honduras?
Claro que sí.

¿Actuó bien Vásquez Velásquez en el caso de la destitución de “Mel” Zelaya?
Simplemente cumplió con la Constitución. Precisamente, aquel grupo asesor de oficiales fue el que propuso asegurar la alternabilidad en el poder para evitar más golpes de Estado.

¿Logró aclarar las acusaciones en su contra por narcotráfico?
Todo fue aclarado, se me ha querido involucrar como parte de una campaña relacionado con el negocio que tengo con las máquinas tragamonedas, pero yo no he tenido ningún vínculo con las drogas

¿Hubo excesos con la Doctrina de Seguridad Nacional?
Hubo muchos excesos con los derechos humanos de algunas personas, pero recuerde que en guerra avisada el que pierde es porque quiere.

¿Observa cambios de aquella época a la actual en el ámbito político?
Hay mayor libertad de expresión, más bien libertinaje. Hay una evolución en el pueblo hondureño, estamos viviendo mejores tiempos y creo que podemos mejorar.

¿Le gustan los casinos?
Me han gustado, pero no es bueno, y a nadie se los aconsejo. Estoy en este rubro porque lo permite la ley, pero una persona que lo agarra como adicción y lo combina con el alcohol hace una mezcla explosiva.

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