Triste adiós: Hombres y mujeres ejemplares

Para algunos fueron hombres y mujeres ejemplares, los hijos aseguraron perder al mejor papá del mundo y ciertas esposas se quedaron con un retoño en su vientre que no conocerá a la persona que lo engendró y anhelaba besarlo.

La pena por la tragedia se vivió entre los familiares de las víctimas.
La pena por la tragedia se vivió entre los familiares de las víctimas.

Bajo los nubarrones negros del cielo que cubría el lunes a la capital, los seres queridos de los diez integrantes de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), muertos en un accidente vial en Comayagua, Comayagua, el domingo pasado recordaron los últimos momentos de vida de sus familiares.

Los compañeros militares tampoco pudieron ocultar su dolor y a pesar de su formación estricta, las lágrimas rodaron por las mejillas al tener enfrente los féretros donde yacían sus compañeros y amigos de barraca. (YB)

Era un hombre muy especial
Sheiba Lobo.
Sheiba Lobo.

Sheiba Lobo (esposa de Walter Pastrana): “La última vez que lo vimos fue el viernes que salió a las 5:00 de la mañana de la casa con su maletita, muy alegre porque iban para una misión a Cayos Cochinos, sin esperarse este suceso”.

“Él era muy entregado a su trabajo, un buen padre, buen esposo y muy especial con nosotros, teníamos 27 años de casados y procreamos dos hijos, ahora confiamos que él yace en la presencia del Señor y le pedimos fortaleza para soportar este dolor”.

“El sábado por la noche me llamó preguntándome cómo estábamos con mis hijos y se despidió de mí, diciéndome que iba a llegar temprano al siguiente día, pero de repente vimos en las noticias que había muerto”.

Se preparaba para casarse
Luis Rodríguez.
Luis Rodríguez.

Luis Rodríguez (hermano de Sandra Rodríguez): “No esperábamos esta situación que nos ha causado bastante dolor, ahora tenemos que ser fuertes, deja cuatro hijos y dos nietos que la amaban incondicionalmente”.

“Nos conmueve, porque días antes llamó a familiares y amigos que no veía desde hace mucho tiempo y les habló de la palabra de Dios, ya que ella era creyente evangélica y aconsejó a sus hijos que no se separaran de Dios”.

Comentó que su hermana estaba haciendo los preparativos para casarse en los próximos meses, situación que la mantenía ilusionada. Además este cuatro de septiembre próximo cumpliría 45 años.

No queríamos que fuera
Juana Bardales.
Juana Bardales.

Juana Bardales (madre de Lester Bardales): “Lo último que me dijo es que iba de viaje y que me amaba, después platicamos el sábado por la noche y me dijo que iba a regresar bien el domingo”.

“A él le gustaba mucho ser militar, ingresó a la Fuerza Aérea a los 18 años, después se casó y procreó una niña con su esposa, especialmente por ella nosotros no queríamos que fuera a ese viaje, porque el domingo íbamos a bautizarla, pero lo pospusieron porque él dijo que iba a misión”.

“Ahora solo me queda un buen recuerdo de él, los vecinos de la colonia La Granja lo querían bastante, esto es doloroso y horrible difícil de soportar”, apuntó.

Fue un orgullo para Marcala
Eduardo Melghem.
Eduardo Melghem.

Eduardo Melghem (hermanos de Moisés Melghem): “Vamos para Marcala, La Paz, donde están esperándolo con dolor mis padres, hermanos, amigos y muchos niños que lo apreciaban bastante, era un orgullo para el pueblo”.

“Él cursó el bachillerato en Marcala, pero siempre quiso estar en la Fuerza Aérea y con sacrificio y diciendo primero Dios, logró muchas cosas, como ser licenciado en Ciencias Aeronáuticas, piloto de vuelo, subteniente y muchas medallas”, destacó.

“Fue totalmente un orgullo para la familia y los amigos, por eso es algo doloroso para nosotros que no tiene ninguna explicación, porque fue un hombre ejemplar para la familia y la sociedad”, apuntó entre sollozos.

Su sueño era conocer La Ceiba
Ana Racarte.
Ana Racarte.

Ana Racarte (hermana de Sarahí Recarte): “Era la primera vez que iba a La Ceiba, porque uno de sus sueños era conocer esa ciudad, pero nunca pensamos que sucedería esa tragedia”.

“Antes de salir el domingo a las 7:00 de la mañana llamó a mi mamá preguntando por sus tres hijitos, qué estaban haciendo, con quién estaban y les dijo que la esperaran porque venían de regreso y que a las 5:00 de la tarde estaría en Tegucigalpa”.

“Ella era la alegría de la casa, muy juguetona y tenía muchos sueños con sus hijos, especialmente en sacarlos adelante, porque era feliz en su trabajo, le apasionaba lo que hacía, también era una mujer muy entregada a su familia”.