País a la deriva

Por: Nery Alexis Gaitán

Nery-Alexis-GaitánCuando la corrupción es la motivación principal de un gobierno. Cuando el presidente, en vez de atender los graves problemas del país se va de paseo a ver partidos de fútbol y de paso con una comitiva enorme lesionando el ya deteriorado presupuesto nacional. Cuando un gobierno no atiende los graves problemas económicos, de salud, el desempleo galopante, la miseria inhumana, aberrante, en que vive el pueblo, pareciera que no hay una salida ante tanto mal.

Cuando nuestros políticos tratan a los representantes de los países amigos con marcado irrespeto, aunque ellos en un acto de generosidad a lo que vienen es a ayudar a los pobres que sufren, como es el caso de los respetables amigos de la República China (Taiwán), se demuestra que nuestros dirigentes al no ser agradecidos no son honrados.

Cuando en los hospitales públicos no hay ni una aspirina y los médicos tratan a los pacientes peor que si fueran perros rabiosos y a las enfermeras no les importa para nada brindar atención de calidad al grado que los pacientes, que son pobres hasta la médula, se mueren engusanados a vista y paciencia de todo mundo. Cuando al gobierno no le importa si los hondureños vivimos o morimos y, de paso, ante una tragedia como la de los mineros en Choluteca decide abandonarlos y ni siquiera rescatar sus cuerpos en un acto de indiferencia total.

Cuando un expresidente declara que tenía conocimiento de los grandes robos que se efectuaban en el IHSS y que no hizo nada para no crear alboroto, convirtiéndose así en un cómplice más. Cuando la DEI solo obliga a los pobres a pagar impuestos y no les cobra a los grandes empresarios y de paso guarda silencio ante las cantidades millonarias que le adeudan al fisco en un acto de complicidad en la villanía.

Cuando la ENEE le corta el servicio a los pobres por dos meses que no han pagado sus recibos, pero en cambio no les cobra a los empresarios que deben millones y siguen gozando de energía eléctrica gratuita. Cuando el gobierno inmisericordemente le sube el precio a los combustibles y los despilfarra a diestra y siniestra en mandados personales. Cuando los precios de la canasta básica suben y suben sin que se regule realmente su costo. Cuando hay escasez de granos básicos y el gobierno es incompetente para paliar la crisis porque no le importa la salud alimenticia del pueblo.

Cuando los hondureños emigran hacia el norte en un intento por mejorar su calidad de vida, incluyendo a niños y niñas que sufren el infierno de la travesía y después el trato inhumano que les propinan los policías gringos y el gobierno hondureño no hace nada por brindarles opciones laborables aquí, ni se preocupa por rescatar a los emigrantes de las garras del crimen organizado en México.

Cuando la vida del hondureño no vale nada y campean a sus anchas el narcotráfico, el crimen organizado, los mareros, y la extorsión es un yugo más que soporta el pobre pueblo. Cuando la violencia cotidiana y el sicariato están a la orden del día y la Policía es ineficiente dejando desprotegido al ciudadano común.

Cuando los diputados en vez de legislar a favor del pueblo se dedican a desarrollar una agenda política que solo violencia deja al país. Cuando el Poder Judicial nunca enjuicia a los ladrones de cuello blanco y solo a los de pies descalzos. Cuando la vida para los pobres cada día es más terrible y a los que dirigen el país solamente les interesa su bienestar personal y el de sus familias.

Cuando todo esto pasa nuestro país está a la deriva entre la corrupción y la indolencia. Es hora de que los hondureños seamos más beligerantes y empecemos a pedirle cuentas a los políticos, de todos los partidos, que tanto daño le han hecho a Honduras.

¡Los hondureños merecemos un mejor destino en la vida!