DÉJENME DECIRLES QUE…

JORGE-MONTENEGRONalgas, tetas, cara… la verdad es que la chilena le salió cara al pueblo hondureño, don Mario Zelaya -que le clavó un cipote- le mandó a hacer cirugía en los sitios del cuerpo ya mencionados, la quería ver divina, cuerito y en una buena residencia, pero por si le salía una podrida, le compró dos ¿pero de dónde agarró esa plata? Ya lo sabemos todos, del Instituto Hondureño del Seguro Social, o sea que se llevó el pisto suyo, el de sus amigos y familiares y el mío, hizo un saqueo perro en esa institución donde desgraciadamente los políticos se le dieron en bandeja de oro.

Ahora dicen los políticos “que ya sabían” lo que estaba sucediendo en el Seguro y se hicieron los papos. ¿Por moje? ¿Por la ambición al dinero? Lo raro es que están ofreciendo un millón de lempiras para quien descubra el paradero del mejor médico de Honduras, el mejor, y superado también, en meter las cinco. El pueblo -que siempre anda en onda- tiene sus propias opiniones: “No le hicieron nada los políticos porque tenían su rajita de canela”, “ese jodido es protegido de algunos grandotes”, “no aparece porque seguramente sus cómplices lo mandaron a palmar para cerrarle el pico”, “ese loco está escondido en alguna finca de Olancho”, “a mi me parece que deben de investigar a todos los que ahí trabajan para ver quiénes eran acabados y ahora tienen grandes residencias”. “Que se investigue a los que ganaron licitaciones con Manilón el ladrón de las manos de seda”. Bueno son miles de conjeturas las que escucho diariamente en la calle.

Los bienes inmuebles decomisados suman más de la docena, carros de lujo blindados, billetón en los bancos, moje políticos -que no digan que no es cierto, es una vieja costumbre- que se hacen los santos cuando los investigan. A veces dentro de los mismos investigadores de algún caso también están involucrados, van por dentro, pero ahí están de acusadores del perro más flaco mientras ellos salen en caballo blanco repleto de dinero.

Como don Mario ha sido tan bueno con sus amantes, no se sabe cuántas tienen nueva cara, más nalgas, pantorrillas y tetas. Algunas más grandes que las de “La Sucia” de mis cuentos y leyendas. Pero la jodida es que han habido otros más pavas que Manilón Zelaya el famoso doctorcito, que ahí andan muy frescos en la calle o siguen en una chamba pública, en las paredes de sus casas tienen enmarcados las docenas de finiquitos que consiguieron siempre a base de moje.

No nos engañemos, aquí nos conocemos todos, lo que pasa es que al que habla más de la cuenta y tiene pruebas, terminan por cerrarle la boca “para siempre”, o sea que también le cierran sus ojitos. Con sobrada razón no habían medicinas si todo se lo estaban güeviando, y no habían medicinas porque otros manos largas -rateritos- se robaban los medicamentos que posteriormente los vendían fuera del Seguro o iban a parar a los mercados capitalinos. Ahí nadie sabe nada, si usted se dedica a investigar a los favorecidos de Manilón no solo le dan bochos sino que lo amenazan con que lo van a palmar.

Es que aquí los patos le tiran a las escopetas porque no hemos visto mano dura en la justicia a pesar de que frente a la Corte Suprema está la estatua de la mujer que representa la justicia y se puede leer claramente que “dura es la ley… pero es la ley”, la jodida es que ahora la ley necesita viagra para ponerse dura. “mmm -dice la gente- es que aquí las autoridades son blandengues, en otro país ya hubieran solicitado la colaboración internacional y distribuido su fotografía para que la captura del mayor depredador del Seguro Social esté seguro pero en la cárcel.

Ahora ya no le dicen Mario Zelaya, le dicen Mario Millón por la recompensa que dan para saber su paradero. Dijo una doña del mercado cuando la entrevistaron: “Si fuera un acabado ya estuviera en el mamo, pero ese jodido no lo agarran porque los mismos políticos están embarrados en esa babosada, y le voy a decir la verdad señorita periodista, todos los políticos que a lo mejor siguen ocupando cargos públicos y que están zampados en ese escandaloso robo, o se van a ir del país o van a fingir que están enfermos”.

Cada día que pasa siguen saliendo torrentes de podredumbre, compra de casas, de vehículos, licitaciones amañadas, de dádivas a los políticos que ayudaron para que don Mario Millón, conocido también como Manilón, llegara a ocupar la dirección del Seguro. Ajá y de remate cada día aparecen nuevos ladrones públicos que han hecho barbaridades en todos lados, ni la universidad pudo escapar del güeveo descarado de más de tres millones de lempiras. Ahora no se puede decir que fulano es un empleado de confianza, sino que hay que tenerle desconfianza a ese empleado. Pero como aquí así es la papada, que siga la fiesta de millones de güeviados, que siga la fiesta, que viva la Pepa, hasta luego cocodrilo y que canten el rock de la cárcel.