Responsabilidad compartida en el problema de migrantes

Por Óscar Lanza Rosales

oscar-lanza-rosales.jpg---newEn la reunión sostenida entre el presidente Barack Obama de Estados Unidos de América (EUA), y los presidentes del Triángulo Norte, llegaron al acuerdo que para frenar la migración de los centroamericanos a EUA, que constituye un gran problema para aquel país, es necesario la cooperación de los países involucrados, bajo el lema de una responsabilidad compartida.

Los presidentes reconocieron que la alta migración a EUA se da debido al alto nivel de inseguridad que se vive en estos países debido al tráfico de la droga que va dirigida a los consumidores de aquel país, y también a la falta de oportunidades de empleo que existe en Centroamérica (CA), particularmente en El Salvador, Honduras y Guatemala.

Los presidentes de estos países se han comprometido a crear las mejores condiciones sociales y económicas para hacer desistir a sus coterráneos de todas las edades, especialmente a los niños y jóvenes, a emigrar a EUA.

El presidente Obama ha ofrecido ayuda económica para que sus colegas centroamericanos cumplan ese propósito.

He leído con mucha atención un artículo al respecto que ha publicado el doctor Luis Alberto Moreno, presidente del BID, en que plantea la creación de un plan para CA,  similar al que EUA financió para su país natal Colombia, un programa ambicioso -según él- que combinó recursos nacionales con ayuda externa para reforzar las instituciones colombianas, erradicar cultivos ilícitos y ampliar programas sociales. Agregando, lo que significó  la década de sacrificio para los colombianos, pero que cambió el rumbo del país. Con el plan mejoró la seguridad, llegaron más inversiones. El crecimiento económico se fortaleció, así como el empleo y el consumo. Y lo más importante de todo: los jóvenes dejaron de ver a la emigración como la única vía a un mañana mejor.

Asimismo el doctor Moreno lanza un reto a CA, al manifestar que la credibilidad del plan dependerá de que sus ciudadanos vean reflejadas sus propias prioridades, y no una agenda impuesta desde el exterior. Según él, como conocedor de la región, entre esas prioridades figuran aumentar el empleo, mejorar la educación y la salud, y desarrollar instituciones de seguridad y justicia capaces de imponerse a la violencia y la impunidad. Además el plan debe ser  verificable, y los gobiernos deben adoptar compromisos públicos con metas claras y plazos que vayan más allá de un mandato presidencial. Y cree que será factible si todas las partes interesadas reconocen su responsabilidad compartida.

Me parece muy bien todo lo que ha dicho el doctor Moreno, sobre todo viniendo de un colombiano que vivió la experiencia de la ejecución de un plan en su país, similar al que propone para CA, y por su alta investidura de un organismo financiero internacional de gran prestigio.

Frente a su propuesta, debemos formularnos varias preguntas:

1) ¿Estarán dispuestos los EUA para financiar un plan para CA, tal como lo hicieron para Colombia? Parece que en el Congreso y el Senado de EUA no hay mucha voluntad política para apoyar un plan tal como lo propone el doctor Moreno.

2) Los gobiernos de los países del Triángulo Norte de CA, con sus exiguas finanzas, ¿serán capaces de hacerle frente a los retos que plantea el doctor Moreno? Los gobiernos centroamericanos pueden responder a esos retos, solo si estos gobiernos hacen una revolución de austeridad, transparencia y eficiencia en el manejo de los presupuestos públicos de estos países.  Si renuncian a los fondos confidenciales y si reducen la burocracia y sus gastos a lo razonable.

3) ¿Qué tan grandes deben ser los recursos financieros para el plan propuesto, para hacer desistir a los centroamericanos, para no emigrar a EUA? Sin lugar a dudas deben ser considerables, para mejorar sustancialmente las condiciones socioeconómicas, y haga olvidar a los potenciales emigrantes de ir a la conquista del  sueño americano, pues para los compatriotas que lo han logrado, ha sido rentable para ellos y también para nuestros países.

En el caso de Honduras, los emigrantes con sus remesas han logrado atender a sus familias. Alimentar, darles educación y salud a sus hijos. Y uno de los puntos importantes es que un buen porcentaje de los que se han ido han logrado construir su vivienda, proyecto que no han logrado sus similares que se han quedado en su tierra natal.

Para Honduras, el envío de remesas ha significado una fuente importante de divisas.

Así que la solución a la crisis de los migrantes, depende de todos los países involucrados, lo antes posible para que no se agudice más.