¡La energía mueve al mundo!

Por Benjamín Santos

benjamin-santos-new_70Empiezo con una verdad de Perogrullo, una perogrullada. Y a propósito, ¿se dice mueve el mundo o al mundo? Mover es un verbo transitivo cuya acción sale de la energía, que es sujeto, y recae en el mundo, por lo tanto mundo es complemento directo o acusativo y no sujeto, nominativo, en consecuencia debe decirse al mundo. ¡Esas son carajadas de antes! Ahora cada quien habla y escribe como le da la gana. Oigo todos los días a altas personalidades, de esas que pontifican al hablar, que sin ningún rubor le ponen género y número a los adverbios (esos niños están bastantes grandes) y establecen las concordancias entre los pronombres relativos (qué, cuál, quién cuyo) y sus antecedentes como les da la gana y dicen los proyectos el cual o la cual, en vez de los cuales y el mundo sigue igual. ¿Y a quién le interesa quién era Perogrullo? Personaje mítico de Asturias a quien se le atribuye haber inventado que la mano cerrada se llama puño y después de profundas investigaciones concluyó que la nieve es fría y húmeda. ¿Y quién se sorprende de que muchos funcionarios públicos sigan diciendo mis técnicos y mis empleados a sus subalternos como si viviéramos todavía en un Estado patrimonial en el cual todo (hasta las personas), era propiedad del rey?

Perogrullo se quedó a vivir entre nosotros. Todos los días antes de dar el pronóstico del tiempo nos recuerdan que la tierra es el único satélite natural de la tierra o que la vida es mejor sin gripe o que en Honduras hay corrupción, impunidad y otras zarandajas que venimos viendo y oyendo desde el vientre materno. Pues, señores y señoras, mis tolerantes lectores, tan es verdad que la energía mueve al mundo que hasta la ENEE se dio cuenta ya. Una planta no crece sin energía, un animal no se mueve sin energía, el trabajo humano es la aplicación de la energía física o intelectual para alanzar un propósito. Por eso la obesidad ahora es un problema, porque la gente ya no trabaja, solo come, es decir acumula energía y no la gasta. Son las dos de la mañana y parece que Perogrullo durmió en mi casa también.

¡Qué tragedia cuando no hay energía! Ayer faltó cuatro horas en mi casa, de 8 am a 12.30 m. no pude hacer un trabajo que me urgía para la UNICAH, la única universidad que todavía cree que los rosquitos (la tercera edad) somos productivos. No se pudo cocinar. Nadie que se levante tarde se pudo bañar. No se pudo echar el chorrito de agua que llevamos a un par de plantas del jardín, porque aunque había agua en la cisterna, nada se mueve sin energía. Porque la energía mueve al mundo. En la niñez éramos más libres: nos alumbrábamos con ocote, cocinábamos con leña (y se conservaban mejor los bosques) caminábamos o montábamos a caballo, nos divertíamos jugando cualquier cosa y nada se hacía con solo apretar un botón desde la cama. Éramos enérgicos, creativos, alegres… Y ahora si no hay tele se aburren los muchachos, ya no hacen las tareas, porque con solo el ipad o el celular, pueden contestar las preguntas en la clase. Somos esclavos de la tecnología, qué desgracia.

Por si alguien empezó a leer este artículo pensando en la ENEE, voy por ella. La estatal, como le llaman ahora, explica el racionamiento de energía por la falta de lluvias y quién puede argumentar  lo contrario si ya se perdieron los cultivos y estamos a las puertas de una hambruna. Pero estamos comprando energía a Guatemala donde tampoco llueve. ¿Y entonces? Dicen que la estatal (me da risa) le debe a los de las térmicas una millonada y que por eso no hay energía. El gerente dice que no es cierto, que sí es verdad que se les debe, no han suspendido el servicio. El  joven y eficiente ministro de Finanzas (no es ironía) dice que no se les debe lo que se dice y que se está saliendo de la deuda. El señor Aguilar, presidente del sindicato, dice que todo es una movida para enriquecer más a las térmicas que pertenecen a cinco familias. Un dirigente sindical de la CGT dice que todo aumentará de precio y que quebrarán las pequeñas empresas que venden sobre todo comida, porque falta la luz exactamente a la hora en que prestan el servicio a sus clientes. Otros dicen que aumentará la factura que pagamos todos, porque no leen los contadores, sino que ponen lo que les da la gana y que los bajones no se reflejarán en la factura.

Trate usted, mi querido y tolerante lector y lectora, de identificar el problema, dar con la causa verdadera y sugerir una solución en ese maremágnum de posiciones que salen incluso de la  misma estatal. Trate usted de identificar si el problema es real o es una patraña para a otros propósitos. ¿A quién creerle? Para echarle más fuego a la sopa dice el gerente de la estatal  que el presidente del sindicato se está aprovechando para sacar ventaja en un problema electoral interno. Lo único que sabemos con Perogrullo es que nada se mueve sin energía, que hay cortes en las horas menos indicadas, que yo no pude escribir este artículo a la hora que acostumbro y que lo estoy haciendo a las dos de la mañana y punto.