Colombianos homenajean a Luis Carlos Galán 25 años después de su asesinato

Bogotá, (EFE).– Con un clamor por justicia, celebraciones religiosas y homenajes populares los colombianos conmemoraron hoy los 25 años del asesinato del líder liberal Luis Carlos Galán Sarmiento, crimen cometido por el narcotráfico con la complicidad de agentes del Estado.

Galán, de 45 años, fue asesinado la noche del 18 de agosto de 1989 en la plaza principal de Soacha, un municipio en las afueras de Bogotá, tan pronto subió a la tarima para encabezar un mitin de su campaña para las elecciones presidenciales del año siguiente de las que era favorito.

«A nuestra patria llegó, como llegó a más de 60 países del mundo, el poder oscuro y criminal del narcotráfico», denunció Galán en uno de sus encendidos discursos contra los capos de las drogas que en la década del 80 aprovecharon su poder económico para llegar al Congreso.

El magnicidio fue atribuido a una alianza del cartel de Medellín, dirigido por el capo Pablo Escobar, con algunos sectores políticos y agentes estatales que estaban en contra de la figura de la extradición.

En una tarima instalada en la misma plaza donde hace 25 años fue asesinado, se reunieron hoy su esposa Gloria, sus hijos Juan Manuel, Carlos Fernando y Claudio, junto con autoridades civiles y militares para rendirle homenaje.

Los dos primeros son senadores, Juan Manuel, del Partido Liberal, el mismo de su padre, y Carlos Fernando, de Cambio Radical, ambos de la coalición de Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

Por el crimen fue condenado a 24 años de prisión el exsenador y exministro liberal Alberto Santofimio Botero, quien según las investigaciones fue quien sugirió a Pablo Escobar asesinar a Galán, pero los sicarios que lo cometieron fueron asesinados en los años siguientes.

Entre los llamados a juicio por su implicación directa están el general retirado de la Policía Miguel Alfredo Maza Márquez, en la época del magnicidio director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y detenido el año pasado, además de otros expolicías.

Los hijos del político dijeron hoy a Efe que aunque en los últimos años ha habido avances en la investigación del magnicidio, declarado crimen de lesa humanidad por la Fiscalía, con lo cual no prescribe, la justicia no ha llegado a todos los implicados en esta conspiración.

«Se ha avanzado en la respectivo al cartel de Medellín, queda pendiente la responsabilidad del clan Ochoa, queda la del cartel de Cali. Se ha avanzado parcialmente en el caso de políticos aliados de esos grupos ilegales y está pendiente la responsabilidad del Estado, de la Policía y el DAS. Esperamos que esas investigaciones avancen hacia la justicia», dijo a Efe el senador Carlos Fernando Galán.

Su hermano, el senador Juan Manuel, aseguró por su parte: «el daño que le hicieron al país y a nuestra familia con el asesinato de mi padre es irreparable y los responsables tienen que dar la cara y responder por lo que hicieron».

En el acto de hoy en Soacha fue inaugurada una estatua del líder político con el puño derecho en alto y también se rindió homenaje a Julio César Peñaloza, concejal de Soacha, y a Santiago Cuervo, escolta de Galán, quienes también murieron en el atentado.

Posteriormente la familia se dirigió al Cementerio Central de Bogotá, donde está sepultado Galán, para otra celebración religiosa.

Al camposanto acudieron también decenas de seguidores para rendir un homenaje espontáneo al político que soñó con transformar a Colombia y librarla del narcotráfico.

Uno de esos seguidores es Elsi Elena Ríos, que junto con otros ciudadanos ayudó hoy a ordenar las flores que desde temprano fueron depositadas en la tumba de mármol blanco de Galán.

«Para nosotros Galán fue un ejemplo de vida. Yo tenía 15 años cuando lo asesinaron y recuerdo que éramos ocho huérfanos que vivíamos en el barrio Santander, donde ayudábamos a repartir hojas volantes de su candidatura», dijo la mujer a Efe mientras acomodaba en la tumba una corona enviada por el Concejo de Bogotá. EFE