La verdadera educación que debemos recibir

Por: José Israel navarro Carrasco
Coronel de Aviación ®
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José-Israel-navarro-Carrasco-newLastimosamente la educación en nuestro país ha decaído en sus valores morales y educativos, el Estado ha invertido millones de lempiras tanto en la construcción de escuelas como en pago de maestros a lo largo y ancho de la nación, esperando resultados positivos en la calidad de educación de nuestros conciudadanos.

Recuerdo la calidad de maestros de antaño como Felipe Elvir Rojas, Ventura Ramos, profesor Silva, profesor Bolaños, Matute Canizales y algunas matronas como ser: la maestra Gonzales, maestra Ramos, todos ellos de escuelas primarias y de secundaria, cuando ellos impartían las clase todos estábamos atentos so pena de ser sacados de las aulas y llevados a la dirección para firmar un tal libro negro, que significaba que si seguíamos en tal desorden perderíamos el año y posiblemente expulsados, participar en los actos cívicos de los sábados era una obligación, también pasar las clases de cívica y moral, como música y artes a lo largo de seis años de primaria, 6 años de secundaria más la Universidad, pasamos más o menos 17 años en educación y no mirábamos el final de las carreras para poder producir y ser alguien en nuestra sociedad, en la actualidad tratamos de conseguir un trabajo al salir de nuestros primeros doce años de educación y trabajando ir a la Universidad, menos de la mitad de los que salimos vamos a la Universidad debido a que los horarios de trabajo no nos permite y al mismo tiempo a veces formamos una familia y ya no nos permite seguir con la profesionalización, renegando por el salario raquítico que recibimos, la sociedad de ahora requiere profesionales altamente calificados, con experiencia y de paso jóvenes, ya los que pasamos de los 40 años no servimos, muchos compatriotas salen del país y se destacan en el ámbito profesional y son contratados por el país donde están, podría mencionar muchos casos que con beca salieron, regresaron pero al poco tiempo mejor se regresan donde se profesionalizaron ya que son mejor tratados, pareciera que nos prefieren incultos para que así nos traten como el patrón desee, quizás porque no tenemos la calidad de educación que deberíamos tener.

Actualmente no hay mentores dignos de mencionar en las nuevas generaciones, solo los elogios, los Chávez y otros que más bien enturbian el magisterio, jorobando al gobierno que no les complace con sus latrocinios pedidos, dirigir los colegios profesionales de magisterio como hacienda propia de ellos sin importar la masa de profesores que sí enseñan, el ministro de Educación actual parece que los ha puesto en cinta, cumpliendo los días señalados de clases tal como debe ser, el señor Presidente no se ha dejado mandar de la posible anarquía que estos malos mentores que confunden lo político con la enseñanza, los profesores son los que más privilegios tienen, más que la masa salarial a nivel nacional, se les dio las canonjías con el fin de premiarlos y que dieran la calidad de educación que merecemos.

Recuerdo que para pasar el año, mínimo teníamos que obtener en los exámenes 60%, al pasar a la secundaria lo mismo, también en la Universidad, en mi caso escogí la Academia Militar de Aviación fue mi primera sorpresa para pasar 70%, ya de oficial 80% y en los curso en el exterior mínimo 90%, para poder seguir en la carrera había que esforzarse, por los años 90 el Instituto San Miguel exigió 70% a sus alumnos y nadie protestó, actualmente toda la secundaria pasa con 70%, pero los alumnos de la Universidad que es nuestra máxima casa de estudios protestando por que se aumentó de 60% a 70%, como si la educación fuera fácil, como quisiera que nuestra Universidad fuera de la altura de la Sorbona, la UNAM, Yale, Harvard y otras que sus graduados pesan en el entorno del mercado de empleo, es el resultado de los mentores y la calidad de enseñanza que se imparte, que yo sepa nadie se pone en huelga por las directrices que emanan de los entes que rectoran las universidades, esa es “la verdadera educación que debemos recibir”.
 
Una nación no se mide por la cantidad de sus habitantes, si no por su calidad de cultura y educación.