En toda Centroamérica, la calidad de los Chicharrones Del Carmen se propaga de “boca en boca”. Este es uno de los logros que más sobresalen en el 41 aniversario del Restaurante Delicias del Carmen, ubicado sobre la carretera del norte, en las cercanías de Comayagua.
La señora Carmen viuda de Hernández recuerda cuando llegó a la antañona excapital de Honduras, junto a su esposo Guillermo Hernández Pinto (QDGG). “Todo inició con una vaquita, producción de huevos y cerdos hasta transformarse en lo que es ahora”, recuerda esta visionaria mujer de 71 años.
“Mi esposo vino directamente a sembrar tabaco de la Tabacalera Hondureña y la empresa Cargill de Guatemala, posteriormenteme fui para Comayagua a fundar los mercados copanecos”.
Doña Carmen tiene una particularidad de saludar en forma atenta a todo el que llega su negocio, incluso aprovecha para sentarse a la mesa y compartir.
Precisamente esa cualidad ha contribuido en la fama que tienen sus chicharrones. “Empecé haciendo pruebas para hacer clientes, cocinaba entre 50 y 100 libras de cerdo, la mayoría los regalaba”.
Cuenta que también se trasladaba a Tegucigalpa para ofrecer el producto en oficinas. “La vida es una lucha constante, pero cuando uno tiene su fe en Dios, todas las cosas salen bien. No hay que detenerse y si caen levántense”, aconsejó.
Un sentimiento de nostalgia invade su relato cuando recuerda: “Mi esposo tiene nueve años de haberse ido (fallecido) y me dejó esta dura tarea, pero su legado está en todo momento conmigo”.
Una de sus principales fortalezas son sus cuatro hijos: Guillermo, Manuel Bayron y Juan que le han regalado 16 nietos. “Mis hijos y nietos salieron tesoneros, todos los días están trabajando, se levantan de madrugada y se acuestan hasta muy tarde”, concluyó.
LOS DATOS
La Finca y Restaurante El Carmen genera 400 empleos directos e indirectos. El producto se adquiere en varios establecimientos que operan en las principales ciudades. Costarricenses ingresan al país para llevar los exquisitos chicharrones. “Gracias a Dios hemos avanzado, de boca en boca, como cuando una mujer se porta mal la gente lo cuenta”, refiere doña Carmen Hernández.
UN SUEÑO POR GENERACIONES
El sueño de Carmen viuda de Hernández es que el negocio de extienda por generaciones. “Pido que mis hijos siempre sean emprendedores y continúen la visión que empezamos con mi esposo. Gracias a Dios son bien unidos, el mal de uno es el del otro. Los nietos también se integran al punto que salen del colegio y vienen a empacar, hacerle de cajeros, incluso, barrer y trapear”.