Sin cédulas no hay ayuda

En son de broma, algunos viejitos suelen decir: “todo lo pierdo, sino pierdo la cabeza porque la ando pegada”. Ese dicho refleja la realidad de miles de adultos mayores hondureños, quienes carecen de una tarjeta de identidad porque la extraviaron.

En Honduras, aunque parezca increíble, la cédula es la llave que les abre las puertas de la solidaridad a las personas de la tercera edad que viven en pobreza extrema.

¿No tiene su tarjeta de identidad? Ni modo, no se le puede ayudar… Esta frase la ha escuchado numerosas veces el director del Centro de Día y Reposo del Adulto Mayor (Ceder), Francisco Amador.

Muchos “viejitos” pierden sus documentos porque antes de llegar al asilo Ceder trabajaban como pepenadores y los dejaron olvidados en bolsas.
Muchos “viejitos” pierden sus documentos porque antes de llegar al asilo Ceder trabajaban como pepenadores y los dejaron olvidados en bolsas.

Según relata, hace unos meses una de las viejitas abandonadas que reside en el asilo necesitaba una operación, “y una institución la iba a gestionar de forma gratuita, pero cuando les dije que la señora no tenía su identidad, entonces dijeron, ni modo, así no le podemos ayudar”.

LLAMADO AL RNP
A criterio de Amador, “las mismas instituciones que van a apoyar a un adulto mayor, lo primero que le piden es su tarjeta de identidad, no sé para qué; si vamos a servir, vamos a hacerlo sin mirar a quién”.

Sin embargo, no se puede pasar por alto que en estos tiempos, para garantizar la transparencia, muchos organismos se valen de las tarjetas de identidad para demostrar a quién se le brindó determinada donación.

El entrevistado cuenta que ya solicitó colaboración al Registro Nacional de las Personas (RNP), para identificar a los ancianos atendidos en los asilos, sin embargo, hasta la fecha continúa esperando al personal de esta institución.

“Para ayudarlos les piden su tarjeta de identidad, y ellos ya no la tienen porque la perdieron y no la pudieron renovar, pero cuando la van a renovar, no hay nadie que les ayude con el trámite, o ya no las encuentran en el RNP”.

28 ASILOS AFECTADOS

El director de Ceder manifiesta que en Tegucigalpa hay 28 asilos de ancianos, de los cuales 13 están ubicados en Tegucigalpa y el resto en Choluteca, Copán, Cortés, Comayagua, La Paz y El Paraíso.

Según Amador, “las personas siguen siendo invisibles, los viejitos no reciben bonos de instituciones porque casi el 100 por ciento carece de identificación”.

Lamentablemente, no se le ha dado continuidad a la campaña para promover los descuentos al adulto mayor.
Lamentablemente, no se le ha dado continuidad a la campaña para promover los descuentos al adulto mayor.

En la vejez se pierde la memoria, la salud, la belleza física, las fuerzas… En Honduras también se pierde el nombre… Muchos son los ancianos rescatados de las calles que ya no recuerdan cómo se llaman y que para colmo, extraviaron su tarjeta de identidad.

LEY DE PROTECCIÓN
¿NO GOZAN DE DESCUENTOS?
El Artículo 30 de la Ley General de Protección al Adulto Mayor señala que los ancianos tienen derecho a descuentos en transporte, salud, entre otros. Sin embargo, quienes carecen de una tarjeta de identidad no pueden disfrutar de los mismos, por lo que identificar a los “viejitos” es una forma de garantizarles el goce de sus derechos.

OLVIDAN NOMBRES
Al carecer de identificación, muchos “viejitos” sin familia se inventan un nombre. Como la mayoría sobreviven como pepenadores, en el ir y venir de este oficio pierden sus cédulas.
En Ceder, para el caso, hay una anciana a la que solo conocen como María. Como habla sacando y metiendo la lengua, sus palabras resultan incomprensibles, excepto para don Luis, un jamaiquino que conversa con ella, pero en inglés. ¿Cómo platican? Solo Dios lo sabe…

El hecho de que los abuelos carezcan de sus cédulas impide a su vez la protección de sus bienes.