¿Está amenazada la democracia hondureña?

Cinco ensayos para leer

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He aquí cinco ensayos políticos escritos por profesionales especializados, cada uno en temas variados de las ciencias sociales, su quehacer fundamental es la academia, la investigación y el análisis político. Ellos permanecen en el debate público en el escaso debate que permiten las limitantes culturales de nuestro país.

En Honduras no es común opinar por escrito sobre temas especializados particularmente cuando se trata de materias controversiales, como las ideológicas, políticas o religiosas; la razón para sumir una actitud generalmente indiferente, es porque los que opinan en forma crítica, común y corriente lo hacen denigrando, descalificando, deformando, hasta llegar al boicot en contra de los que de alguna manera se pronuncian en forma divergente a tradicionales maneras de pensar. De allí que quienes se atreven a expresar su opinión por escrito corren los riesgos señalados en el mejor de los casos se les declara la ley del hielo ignorando su existencia en la comunidad en toda la extensión geográfica nacional.

En este libro se presentan cinco escritos que abordan temas de por sí controversiales, pero de alguna manera conforman un todo, guardando la individualidad del pensamiento de sus  autores, es decir, no guarda uniformidad ideológica partidaria ni religiosa, su coherencia consiste en que los cinco impulsores de este libro coinciden en su fuerte convicción democrática, en la más estricta y amplia extensión del término.

En este libro se encuentran conceptos, afirmaciones y frases controversiales que retan a abrir un debate serio con el fin de invitar a la reflexión a los más amplios sectores de nuestra comunidad, con la mayor responsabilidad profesional  o ciudadana. El propósito es discutir, abrir un debate, sobre la coincidencia o no con cada autor relativo a su opinión expresada en su trabajo.

Es necesario el debate, en este caso sobre los temas contenidos en este libro, la hondureñidad está  convencida que el único camino que conduce a la felicidad, a la prosperidad, a la libertad y al progreso individual y colectivo es la democracia en todas sus formas; por lo que tiene la obligación de fortalecer sus convicciones, no solo con la práctica del voto y la participación partidaria disciplinada, hace falta el conocimiento teórico, académico expuesto al debate permanentemente, buena práctica para fortale3cer, desarrollar y proteger al sistema democrático, mismo que al igual que la ciencia y la técnica es dinámico, cambiante en el tiempo y en el espacio.

La revolución y el ser revolucionario en nuestra época consiste en cambiar el actual sistema mejorando sus estructuras, garantizando la institucionalidad conforme con la seguridad jurídica y el bienestar colectivo viviendo con las más amplias libertades políticas y económicas, razón que demanda conocer las categorías y postulados de un verdadero sistema democrático y eso, solo se logra estudiando la realidad nacional e internacional.

Atrás quedaron los tiempos en que los revolucionarios creían que había que incendiar el sistema y sobre sus cenizas construir un paraíso terrenal bajo las leyes y principios del comunismo, eso no fue así ni es posible, pero es de hacer mención que todavía sobreviven las izquierdas fundamentalistas, conservadoras, añejas y, en consecuencia desfasadas  de la realidad histórica y de la dinámica del pensamiento científico.

El paraíso soñado por las izquierdas no fue posible en ninguna parte del mundo, en su lugar lo que construyeron fueron dictaduras crueles, arbitrarias, despóticas, personalistas, que en nombre de la revolución negaron los más elementales derechos humanos, lo real es y fue la fuerza de las armas, la cárcel, el destierro, el exilio, etc. Lamentablemente la sangre y el sacrificio de  heroicos ciudadanos que convencidos de su ideología ofrendaron sus vidas en pro de una nueva sociedad; aquellos nobles sueños fueron violados y traicionados por quienes asumieron el poder “revolucionario, lo que hicieron al triunfar fue sustituir dictaduras derechistas por dictaduras izquierdistas, en algunos casos peores que las más crueles dictaduras derechistas neofascistas.

En todo caso en esta ocasión es obligado y oportuno hacer un reconocimiento a nuestros compatriotas creadores de este libro, a César Indiano autor de varios libros, en este nos presente tesis, afirmaciones, conceptos y vocablos que ameritan reflexión, un debate serio y responsable sobre lo que él piensa y escribe.

Edgardo Rodríguez, académico, autor de varios libros, artículos y ensayos sobre temas sociales y políticos, su trabajo de por sí resulta interesante y necesario porque recuerda hechos políticos que en reflexión responsable obliga a pensar que no deben volver  a suceder, se mencionan no para recordar y tomar venganza de los que no comparten sus posiciones, algunas veces marcadamente antagónicas, lo importante es reconocer las debilidades del sistema y encontrar las coincidencias patrióticas para reconstruir una nueva Honduras y ubicarla en el concierto de las naciones más democráticas, más desarrolladas y fuertemente consolidadas.

José  Filadelfo Martínez, profesional, analista del acontecer nacional y conocedor de las entrañas de las organizaciones sociales y políticas hondureñas y de los problemas de las comunidades menos favorecidas a los que aquí se refiere con autoridad militante. Manifiesta que es una realidad la decadencia de las organizaciones populares sus causas y, además, dice que la línea política estratégica de las izquierdas hondureñas generalmente  está y estuvo equivocada por causas diferentes. Este tema invita a una larga polémica, ojalá así suceda para bien del lector y del sector popular.

Ernesto Gálvez, ha sido académico. Su trabajo resulta interesante, inquietante porque pocas veces, posiblemente la primera en Honduras, que un profesional de la sociología y a su vez teólogo, escribe sobre temas políticos, controversiales lo hace con un sentido crítico, su análisis es una combinación del método científico, con base en la concepción teológica que profesa.

El doctor en Ciencia Política, José A. Salgado, rescata el pensamiento de José Cecilio del Valle al citarlo: “No hay riqueza, no hay libertad consolidada, no hay prosperidad nacional, donde no hay espíritu público y, es imposible la existencia del espíritu público donde no hay educación que lo forme, dirija o sostenga”.

En este pensamiento, sin duda, está  contenido el esfuerzo intelectual de los autores del presente libro “Retos y amenazas a la democracia hondureña”.

José A. Salgado, después de serias consideraciones académicas propone políticas públicas especialmente en el campo educativo manifiesta que:  “El constante descontento con la violencia,  el narcotráfico, la falta de acceso a la salud, la falta de gobernabilidad y la pobre calidad del sistema educativo y, sobre todo con la descarada corrupción de funcionarios públicos”.

El autor en pocas palabras sintetiza el sentir y pensar de las mayorías nacionales que quieren vivir en democracia pero descontentas con lo que hasta estas alturas se ha  logrado desde que se iniciara el proceso democrático de las últimas tres décadas.

Es importante analizar, criticar, discrepar o coincidir con los cinco autores de este libro, quienes valientemente nos desafían a debatir y profundizar seriamente sobre los temas planteados en esta obra. Sin desconocer que sobre cada tema se pueden escribir volúmenes  interminables.

Este esfuerzo intelectual se hace con el propósito de transitar por las veredas que nos conduzcan por la avenida de una democracia  consolidada, participativa, representativa, incluyente y directa; en el marco de una institucionalidad fortalecida, respetada, segura y respetuosa de la normativa jurídica, dentro de una garantizada independencia de los poderes del Estado democrático.

Solo el debate público, sincero, objetivo y patriótico nos despertará del  sueño soporífero y enajenante en que nos quieren mantener, plumíferos domesticados y políticos corruptos antidemocráticos,  vendedores de ilusiones en las campañas electorales que se suceden cada cuatro años.

Tegucigalpa,  M.D.C., abril de 2014
JORGE YLLESCAS OLIVA