Degradación del paisaje natural de Honduras ¿por efecto del hombre o cambio climático?

Fredis Mateo Aguilar Herrera

fredis-mateo-aguilarEl paisaje según Forman y Gordon (1986), lo definen como una área terrestre que puede ser topográficamente heterogénea pero con singularidad climática, geográfica e histórica integrada por un conjunto de ecosistemas interactuantes. El paisaje en sí, es una unidad fisiográfica que se ha vuelto ambientalmente compleja a consecuencia de desequilibrios ocasionados por la influencia humana a través del tiempo o por efectos del cambio climático.

Los distintos paisajes como por ejemplo (las planicies costeras y sistemas montañosos) y subpaisajes (como laderas y abanicos aluviales) son producto de los procesos geomorfológicos y procesos erosivos y que poco a poco han sido transformados negativamente por el hombre, por lo que en la actualidad encontramos en el territorio nacional paisajes tipo mosaico, donde se mezclan fragmentos de vegetación natural, vegetación plantada tanto de especies nativas como de especies foráneas, asimismo existe la continuidad de agroecosistemas y zonas donde se ha modificado la vegetación nativa de conífera por una vegetación de sabana o pastizales y una vegetación caducifolia ha sido sustituida por una vegetación de matorral.

La transformación del paisaje natural, aumenta cada vez más, debido al uso y ocupación  inadecuado del recurso suelo, explotación, destrucción, y contaminación de algunos hábitats distribuidos en territorio nacional. La degradación ambiental sufrida en estos paisajes de manera irreversible, han repercutido de manera directa en la salud humana, trayendo consecuentemente enfermedades ligadas a esta problemática. El deterioro del medio físico, producido sobre todo por los desechos sólidos y tóxicos depositados,  afectan a los recursos: hidrológico, suelo, aire, vegetación y fauna, particularmente en  los lugares de mayor concentración poblacional.

El fenómeno del cambio climático natural o inducido por el hombre, puede ser otro de los factores que debe ser tema de análisis o de investigación para corroborar de qué manera está repercutiendo en el aumento de las temperaturas, aumento de rayos ultravioletas, aumento de insolación en épocas de verano o prolongación de las estaciones de sequía o períodos de inundaciones y cambios en la distribución o pérdida  de la cobertura vegetal.

La vulnerabilidad que sufre actualmente el pías en lo económico, legal, político, social, cultural, organizativo, participativo, institucional, educativo y técnico, lo dificultan para  poder enfrentar este tipo de situaciones adversas, como ha quedado al descubierto con el paso del huracán Mitch, o de cualquier otro fenómeno sísmico que pueda suceder. Pese a los daños sufridos en el paisaje, aún estamos a tiempo de salvarlo, si todos nos sensibilizamos y unimos esfuerzos en planificar toda actividad humana sobre el mismo,  ya que todo es viable y sostenible técnicamente. Asimismo es necesario conservar y preservar las áreas protegidas de Honduras, como también proteger las partes altas de las cuencas hidrográficas, ya que lo que sucede arriba, repercute inmediatamente en la parte media y baja de la cuenca, lástima que muchas de ellas se encuentran totalmente degradadas y que requiere de inversiones millonarias para recuperarlas.

No obstante los gobiernos aún no han focalizado como principal política la valoración del paisaje natural como eje de despegue económico pero de manera sostenible. Por el contrario algunos sectores de población han venido desarrollando prácticas tradicionales de explotación irracional de los recursos naturales, que consecuentemente afectará a  muchas de las generaciones futuras por agotamiento de los mismos. Tal situación no solo debe ser preocupación de los que dirigen el país, sino también de empresarios, educadores, ambientalistas, constructores, planificadores, geógrafos, biólogos, políticos ingenieros forestales, comunicadores sociales, legisladores y de otros profesionales comprometidos con esta temática y de sumo interés de la población en general, por salvaguardar lo que aún nos queda del paisaje natural. Por tanto debe ser un  compromiso de todos los hondureños contribuir de una manera u otra con la  sostenibilidad del paisaje natural en el cual nos desenvolvemos, por lo que no debemos  continuar cortando el bosque, contaminando las aguas, el aire, explotando  irracionalmente el recurso suelo y mineralógico, arrojando basura indiscriminadamente y extinguiendo la fauna terrestre y marina.

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