Las operaciones que se están ejecutando en contra del crimen organizado deben obligar a quienes se dedican a aplicar la justicia a “endurecer el blanco”, es decir a protegerse de los grupos criminales que podrían reaccionar cuando se ven afectados.
Expertos en seguridad entrevistados por LA TRIBUNA, coincidieron que los últimos golpes al crimen en el país, sin duda han causado malestar en sus estructuras que apenas se han debilitado y siguen operando en Honduras.
La asesora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Arabeska Sánchez, analizó que la incautación de bienes se ha hecho a los cabecillas de las estructuras, pero todavía no se ha tocado la red de testaferros que está detrás de ellos.
Eso significa que hay personas custodiando bienes que le sirven a las estructuras criminales para seguir funcionando, porque en la carrera criminal hay individuos que toda la vida han estado en esa actividad esperando ascender.
Para el caso, en las operaciones ejecutadas contra la narcoactividad se puede esperar una respuesta similar a lo que significó en Colombia hace unas tres décadas, que cuando el Estado los combatía fuertemente ellos se atomizaban, pasando de grandes carteles a bandas criminales.
REACCIONES VIOLENTAS
Sánchez refirió que las reacciones generalmente son muy violentas, “porque si hay algo que a estas estructuras les afecta mucho, es que el Estado les quite esa ganancia lucrativa que obtienen a través de la actividad irregular que realizan”, destacó.
Dijo que esa situaciones se materializa a través de secuestros, asesinatos a funcionarios públicos de alto nivel como políticos que toman decisiones relacionadas con la seguridad del país o fiscales y, se dan eventos como homicidios múltiples.
En ese sentido, recomendó que todos los operadores de justicia deben protegerse, porque corren riesgo cuando se están afectando de forma tan fuerte a redes criminales y transnacionales consideradas altamente peligrosas que operan en Honduras.
El analista Julio Navarro indicó que, las acciones hasta el momento solo se han dirigido a personas que se sospecha están implicadas en actividades ilícitas y no a una organización criminal que seguramente ha tenido todo tipo de protección, tanto institucional y de otros grupos de poder del país.
Indicó que estos grupos tienen proceso de origen, desarrollo y transformación al cual se debe dar seguimiento. “Pero se ha dado un paso importante, demostrando que no es cierto que el crimen organizado tiene mayor capacidad que el Estado”.
VENGANZA
REACCIÓN ANTE LA JUSTICIA
La ejecución de las dos fiscales Marlene Jeanette Banegas y Olga Patricia Eufragio en San Pedro Sula, debe ser un ejemplo de cómo reaccionan los grupos criminales ante la presión de las autoridades cuando se empeñan en aplicar la justicia. Situación que para los expertos en seguridad se le debe prestar atención.
ESTAR PREPARADOS
El exministro de Defensa, Edmundo Orellana, indicó que el gobierno debe lidiar con las consecuencias de lo que está haciendo, porque esas organizaciones descabezadas están tan fuertes y vigorosas como antes. Ante las amenazas a los operadores de justicia, “el gobierno debe ser muy inteligente porque sí habrán consecuencias, que son de diverso tipo, y espero que no sea tan violenta como en Colombia, pero si lo son hay que estar preparados”.