Héroe o villano

Por Patricia D´Arcy Lardizábal

patricia-darcy-2Con toda seguridad desde el siglo XVIII a la fecha, pocas personas no han escuchado el nombre de Napoleón Bonaparte que, como cualquier otro gigante de la historia universal, para unos es héroe para otros villano. La opinión dependerá mucho sobre el pensamiento del autor del libro seleccionado, así como también del espíritu crítico del lector puesto que basta leer una pequeña biografía para encontrar puntos antagónicos en la vida de N. Bonaparte.

Viendo los innumerables problemas que se han acumulado en nuestra querida Honduras: alta criminalidad, inseguridad, impunidad y corrupción, para mencionar unos pocos,  se me viene a la mente,  qué es lo que más urge en países como el nuestro.  El político es aquel que piensa en el mañana y el estadista es aquel que piensa en el pasado mañana.  Ante esa coyuntura política social se nos ha venido a la mente un grande: Bonaparte.

Es casi imposible separar uno de los eventos más importantes de la historia mundial, La Revolución Francesa, y la vida de Napoleón Bonaparte a quien le tocó vivir en esa época que tendría un gran impacto en nuestra civilización en cuanto a lo social, político, religioso e intelectual.

La Revolución Francesa se puede definir en pocas palabras como un conflicto social y político con diversos períodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.

El nombre de Napoleón se asocia por lo general con las Guerras Napoleónicas, capítulo obligado en todo curso de historia, historia que con el correr del tiempo es olvidada y a veces hasta tergiversada por nuestra mala memoria y en muchas ocasiones por haberla leído sin plena consciencia o sed de conocimiento real. Lo anterior es agravado por los métodos de enseñanza que nos inducían más a memorizar fechas y nombres de personas y lugares, sin nunca llegar a un verdadero análisis y/o discusión de las razones de tantos conflictos, así como también las consecuencias actuales de los mismos.

Al enmarcarnos en el tiempo, nos damos cuenta que la Revolución Francesa tuvo lugar años después que las 13 colonias proclamaron su independencia de Inglaterra y estos dos eventos impulsaron los cambios en las colonias que los españoles poseían en el nuevo mundo. Las ideas de la revolución influenciaron a los grandes hombres como Francisco Morazán y al libertador Simón Bolívar.

Sin duda el joven Napoleón se fascinaba por las ideas revolucionarias de los grandes pensadores como Rousseau, Voltaire, Montesquieu, Diderot y otros que con sus escritos dieron los pasos definitivos para abolir las monarquías absolutas en toda Europa. Con el correr de los años sería Napoleón quien se ganaba la admiración de millones, entre ellos uno de sus grandes contemporáneos, Ludwig Van Beethoven que hasta en un momento tuvo la idea de dedicar su Tercera Sinfonía “Heroica” para festejar el recuerdo de un gran hombre, cuando Napoleón se autoproclamó Emperador, Beethoven cambio de opinión.

Entre los capítulos más conocidos en la historia militar se encuentran muchas de las batallas de la era napoleónica, Trafalgar, Austerlitz, Leipzig, Waterloo y otras. Con el correr del tiempo muchos olvidamos que fueron las monarquías europeas las que en realidad agredieron a Francia puesto que las ideas de la revolución eran una amenaza real para mantener el poder de los reyes en naciones como de Inglaterra, Prusia, Austria, España y otras naciones, es por eso que poco a poco a las Guerras Napoleónicas igual se les va conociendo con el nombre de las Guerras de las Coaliciones.

El 5 de mayo de 1821 en la isla Santa Helena, muere uno de los hombres que más influencia ha tenido sobre el  mundo. La gran mayoría lo conoce por las guerras que se relacionan con su nombre, pero igual se le recuerda por el famoso Código Napoleónico que aun sirve como piedra fundamental de la legislación civil francesa y de muchas otras naciones que la copiaron, estas ideas revolucionarias en su tiempo garantizaron la igualdad de todos los hombres ante la ley, al igual que la libertad de culto. El eco de libertad, igualdad y fraternidad aun se escucha.

Difícilmente nos pondremos de acuerdo si Napoleón fue héroe o villano, pero lo que no necesita discusión alguna es que su nombre se recordará por muchos milenios. Un buen amigo nuestro comenta esto sobre Napoleón, “Todos los personajes históricos son discutibles, en su caso, hay que decidir,  el hombre era un pensador brillante, un genio militar,  un gobernante iluminado,  en esencia un revolucionario, por otra parte  era aun autócrata y sus críticos dicen que sus guerras llevaron la muerte a cientos de miles, pero la realidad es que Napoleón fue atacado”.

Dejamos unos pocos de sus tantos aforismos o frases célebres:
“Para gobernar hay que saber aprovecharse de los vicios de los hombres, no de sus virtudes”.
“La envidia es una declaración de inferioridad”.

“El triunfo no está en vencer siempre, sino en nunca desanimarse”.
“La victoria pertenece al más perseverante”.

“Nunca interrumpas a un enemigo cuando esté cometiendo un error”.
“La muerte es nada, vivir derrotado es morir todos los días”.

“Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo”.