¿Es posible cultivar palma africana y proteger la biodiversidad hondureña?

Honduras produce actualmente más de 300 mil toneladas métricas de aceite de palma africana, una planta que se cultiva en casi 100 mil hectáreas con tendencia a subir a nivel nacional, especialmente en la zona norte del país. A diferencia de otras regiones del planeta, como en países asiáticos y africanos, donde se han descombrado extensas zonas de bosques tropicales y áreas de gran valor ecológico para impulsar este cultivo, en Honduras se aprovechan tierras en valles de la costa norte, abandonadas después de haberse dedicado las mismas al cultivo de bananos o a la ganadería extensiva. Ante las perspectivas de avance de este cultivo, se plantea el paradigma agroecológico sobre si, ¿es posible cultivar palma africana y al mismo tiempo proteger los ecosistemas en general y la rica biodiversidad hondureña en particular? Todo parece indicar que ya existe el cultivo de palma africana amiga con el ambiente, es decir “ecológica” en Honduras.

La oficina de comunicaciones internacionales de la WWF (la Organización Mundial de Conservación, por sus siglas en inglés), informó de mejoras en la forma de producir la palma africana en pro de la conservación de los recursos marinos, trascendentales para la economía y el ambiente de Honduras, tras la firma de un convenio con una de las principales productoras de palma aceitera, en el país. Productores de palma africana hondureños y WWF, acordaron ejecutar acciones conjuntas en busca de la implementación de mejoras prácticas agrícolas que favorezcan la producción, las comunidades cercanas y los recursos naturales de la zona.

Este convenio se firmó en el 2007. El trabajo en equipo en beneficio del ambiente, las comunidades y una economía sostenible es la meta que busca la puesta en firme del memorando de entendimiento entre importantes grupos productores de palma africana en Honduras y WWF. Este convenio sella el compromiso con un manejo agrícola responsable, de parte de la empresa productora de palma aceitera Palmas de San Alejo y el objetivo es identificar y reducir el impacto ambiental en el arrecife mesoamericano, causado por el cultivo de palma africana para la producción de aceite y otros derivados alimenticios. Debido a lo escarpado de las montañas y a las fuertes lluvias de la zona, la actividad agrícola se torna en amenaza para los arrecifes, por la gran cantidad de sedimentos y agroquímicos que llegan hasta el mar, se deben tomar medidas para controlar la contaminación.

Como organizaciones patrocinadoras de la iniciativa sobresalen la Fundación Summit y la Alianza para el Arrecife Mesoamericano de la Red Internacional de Acción para los Arrecifes de Coral (ICRAN), alianza que responde a las necesidades de conservación de los arrecifes coralinos y al bienestar de las comunidades, y que es financiada por la Fundación para las Naciones Unidas (UNF) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Palmas de San Alejo y AGROTOR fueron establecidas desde los años 50. Actualmente cuentan con más 500 empleados provenientes de 14 comunidades que rodean la plantación.

El biólogo Olvin Andino, experto en este tema y vicepresidente de la Corporación Dinant, una de las empresas líderes en este cultivo en Honduras, explica que en un bosque de palma africana existe un corredor biológico que atrae diferentes especies de fauna para que puedan circular a través de la seguridad que ofrecen las plantaciones, en contraposición con los inseguros campos abiertos de los pastizales. El funcionario de Corporación Dinant señala que las plantaciones de palma africana de esta empresa se manejan y desarrollan en base a las siguientes buenas prácticas agrícolas amigables con el medio ambiente como: Implantación de certificaciones (ISO 14,001, Inocuidad, RF), elaboración de Manual de Buenas Prácticas Ambientales en la Producción, implementación de programas de Manejo Integrado de Plagas (MIP), elaboración de Manual de Malezas Benéficas, elaboración de Manual de Insectos Benéficos y elaboración de Manual Ambiental de la Empresa. La política ambiental en estos cultivos se orienta por principios como: Cumplir con la legislación nacional vigente y otras que apliquen; prevenir la contaminación; mejora continua; implementación de normas de protección ambiental, seguridad y salud ocupacional; y, satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer los recursos naturales que le corresponden a las generaciones futuras.

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