En el 2013, un “baby sicario” hondureño mató a una persona cada cinco días, según se apunta en el Informe sobre Niñez y Juventud en las Redes del Crimen Organizado, publicado hace siete meses por Casa Alianza.
La investigación menciona datos del Centro Electrónico de Documentación e Información Judicial (Cedij) que indican que de enero a octubre del año pasado se registraron 1,328 infracciones cometidas por menores.
De dichos casos, “46 son homicidios y 28 son asesinatos, lo que implica que cada 5 días hubo un menor que segó la vida de otra persona en este año”, señala Casa Alianza.
MÁS DE 800 MUERTOS
Solo en el 2013, más de 800 personas fallecieron por sicariato, según datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Para el pastor Mario Fumero, el uso de drogas es “clave” para cometer dicho delito y explica que mientras unas producen alucinaciones y pérdida de la conciencia, hay otras que dan la sensación de poder y eliminan los sentimientos, como el crack y la cocaína.
“Este tipo de droga es la que les permite perder el miedo y la culpa, dándoles una sensación de poder que los lleva a matar sin ningún remordimiento”, manifiesta Fumero.
Desde hace varias décadas, la atención psicológica y talleres de oficios son los únicos mecanismos de rehabilitación ofrecidos a los menores infractores. Sin embargo, ¿puede rehabilitarse a un pequeño matón haciendo piñatas o conversando 15 minutos con un psicólogo?
¿CÓMO REHABILITARLOS?
El pastor, fundador del Proyecto Victoria, manifiesta que en esta institución ya se han tenido varios casos de menores sicarios y drogadictos, a los cuales han tenido que rehabilitar.
“Para rehabilitar a los menores sicarios hay que utilizar técnicas de desprogramación mental, terapias psicológicas e inculcarles principios cristianos”, indica el entrevistado.
“Ellos entran en crisis, sienten culpa por lo que hicieron, tienen pesadillas con las personas a las que mataron, sienten remordimientos, es un proceso bien complejo”.
En Honduras hay una “fábrica” de chicos matones, que si no se cierra a tiempo llevará a la muerte a más personas inocentes, esas que nadie menciona ni defiende, pero que también tienen derechos humanos.
DATOS
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en Honduras el 64.5 de los hogares son pobres y más de 500 mil hogares están a cargo de madres solteras. Para algunos, estas son las causas del fenómeno de los chicos sicarios, “teoría” que es rechazada por la mayoría de los pobres que se “parten el lomo” trabajando para sobrevivir.
INDIFERENCIA NO SE USAN ESTUDIOS
El director de la Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden), Wilmer Vásquez Florentino, considera que el tema de menores sicarios amerita una profunda investigación de casos concretos por parte de la Fiscalía de la Niñez y la Adolescencia.
Vásquez lamenta que las experiencias exitosas de numerosas organizaciones no gubernamentales en materia de niñez “no están siendo aprovechadas por el Estado, tenemos años estudiando la problemática de los menores, pero toda la información de las ONG no es tomada en cuenta”.